domingo, 27 de junio de 2010

Garra Charrua y Poder Ghanes..



Los Yoruguas han hecho un mundial interesante, de la mano de quien para mi es la figura del mundial: Forlan, detuvieron al cuco del grupo: Francia, Golearon a Sudafrica y se fajaron frente a MExico, luego frente a una dificil COrea del Sur, les empatan pero vuelven arriba y terminan ganando, Dificil si se considera sobre todo lo limitado tecnicamente de este plantel.
Me gusta mucho este equipo y deberia pasar a Semis, Ojala ante Ghana, esten bien atentos.
Que mas puedo decir? bueno que este Uruguay esta haciendo muchisimo mas que el de su antecesor inmediato liderado por Francescoli, y podria igualar lo de MExico70, de Ghana que no creo que pueda con Uruguy, pero que por lo menos esta con mucha mas dignidad que el resto de paises Africanos, Excepto Costa de MArtil, el resto no tiene excusa!!!!
Chau

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MUNDIAL 2010 URUGUAY 2-COREA DE SUR 1
Luis Suárez lleva a Uruguay a cuartos 40 años después
Uruguay se convierte en el primer equipo en clasificarse para cuartos y se enfrentará al vencedor del Estados Unidos-Ghana. Luis Suárez logró los dos goles de la victoria. Lee Chung Yong logró el 1-1.

Cuarenta años han tenido que esperar los uruguayos para ver a su selección en los cuartos de final de un Mundial. La última vez, en 1970, llegaron a semifinales. Ahora, el próximo viernes, se enfrentarán al vencedor del Estados Unidos-Ghana en cuartos de final del Mundial de Sudáfrica.

Uruguay es la primera selección en clasificarse entre los ocho mejores equipos del mundo, a pesar de que Corea del Sur tal vez mereció algo más en este primer partido de octavos, ya que los de Tabárez se limitaron, durante gran parte del encuentro a aguantar el resultado sin buscar aumentar la ventaja.

El uruguayo Luis Suárez, pichichi en Holanda esta temporada, fue la estrella del encuentro al marcar los dos goles de la victoria, el primero a los siete minutos de partido, a pase de Forlán y tras un garrafal fallo del portero coreano y del lateral izquierdo.

Con la ventaja en el marcador, los uruguayos se limitaron a aguantar el resultado y permitieron que los coreanos jugaran a su antojo; aunque la defensa celeste, muy bien colocada, frenaba todos los intentos coreanos.

Poco antes del descanso Uruguay pudo incluso aumentar la ventaja si el árbitro hubiera pitado penalti por una mano en el área, pero el colegiado interpretó que era involuntaria.

En la segunda parte, los de Tabárez continuaron "dejando jugar" a los asiáticos y, como era de esperar, llegó un error defensivo y Lee Chung Yong marcó el empate. Remató con la derecha después de recibir el balón de Park Ji-Sung tras un fallo en el despeje.

Tras cuatro partidos en Sudáfrica, sólo Corea del Sur ha sido capaz de batir al guardameta uruguayo; en la fase de grupos ninguna selección (Francia, Sudáfrica, México) fueron capaces de marcar un gol.

En ese momento Uruguay despertó y volvió a tomar las riendas del partido. Diez minutos después, Luis Suárez marcaba un magnífico gol, de rosca, al recuperar un despeje de un saque de esquina y volvía a acercarse a cuartos.

En el 86 otro error de la defensa charrúa hizo que Lee Dong Gook llegara sólo ante el portero, que pudo frenar el balón para que Lugano lo sacara de la línea de gol.

El jugador del Atlético de Madrid, Diego Forlán, participó en el primer gol uruguayo y contó con varias ocasiones de gol, pero en la segunda parte pasó bastante desapercibido.

A pesar de no haber marcado, el jugador del Mónaco, Young Park, fue el mejor de su equipo y contó con las mejores ocasiones, de las que hay que destacar la primera: un saque de falta a 30 metros de la portería que se estrelló en el palo.

El estado del campo no era demasiado bueno a pesar de que en los últimos días los operarios han cambiado partes del césped y no han dejado a los jugadores entrenarse allí. El Nelson Mandela Bay se deterioró mucho durante el Inglaterra-Eslovenia por las abundantes lluvias que cayeron y además, hoy, no ha dejado de llover en todo el partido.


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mundial 2010 estados unidos 1 - ghana 2
El corazón de África late al ritmo de Ghana
El sueño americano se esfumó después de rozar un nuevo milagro de Bob Bradley, que volvió a mover piezas sobre la marcha para resucitar a su equipo. Ghana se adelantó en un primer tiempo que dominó con autoridad aplastante y Estados Unidos se rebeló tras el descanso. Empató, pudo ganar y firmó finalmente una prórroga en la que sentenció un muy buen gol de Gyan. Ghana, y con ella toda África, vive en el Mundial y jugará en cuartos contra Uruguay.

Dos sueños se cruzaban en octavos, donde sólo uno puede quedar de pie. Y fue el sueño africano. Purgada de sus referentes clásicos (Nigeria, Camerún) o de sus nuevos clubes selectos de figuras (Costa de Marfil), también de la anfitriona Sudáfrica e incluso de los aires mediterráneos de Argelia, el corazón del continente africano latía al unísono al ritmo de Ghana. Superviviente y esperanza, bastión de todo un continente en su Mundial. Ghana se llevó el partido y la clasificación. Marcó cuando lo mereció, sobrevivió después y sentenció en la prórroga, en plena hora de los valientes. Vivió, en definitiva, para luchar otro día y retar a Uruguay en cuartos de final en un duelo del que saldrá, resonante, un semifinalista improbable en casi todas las quinielas, ya todas papel mojado, anteriores a esta recta final de junio.

Estados Unidos tiene el derecho legítimo de erigir al equipo africano en su más íntima bestia negra. Le dejó fuera de los cruces en 2006 y le deja ahora fuera del panteón de los ocho mejores. Y no es una derrota más porque corta el vuelo del sueño americano en versión soccer. 'American Soccer' rezaba un artículo de Sports Illustrated que hablaba de citarse con la historia en este deporte extraño en el que no hacen falta guantes, aros, hielo o mediciones en yardas. Este deporte que de pronto rompe picos de audiencia y compite en interés con la final de la NBA (o el culebrón sobre el futuro de LeBron) mientras en las calles y en los bares los norteamericanos aprenden que muchas veces lo mejor del partido llega justo después del partido: tertulias sobre polémicas arbitrales, errores catastróficos, goles milagrosos... Todo eso ha tenido el paso de Estados Unidos por este Mundial y por eso una semifinal de repente al alcance de la mano era un sueño legítimo. No será, pero al menos hoy los norteamericanos volverán a hablar de Donovan, Dempsey o Bradley. ¿Y mañana? La voz del soccer parece por fin amplificada. Decida lo que decida LeBron James...

Ghana manda, sufre y avanza

La clasificación de Ghana parece justa. Tanto como lo hubiera sido la de Estados Unidos en un partido con un tiempo para cada equipo y un ligero triunfo yanqui en los puntos por una mayor acumulación de ocasiones que convirtió en instrumental al otras veces dudoso Kingson, que tuvo paradas cruciales, casi todas por reflejos. Después de noventa minutos y de un final en el que todos pensaron más en no cometer el error de la derrota que en marcar el gol de la victoria, el pase a cuartos lo resolvió un latigazo de Ghana con el único plan que le quedaba: un pelotazo hacia Gyan que embolsó su tercer gol del campeonato con fuerza y calidad, aguantando el choque con Bocanegra (su compañero en el Rennes) y rematando con el alma para fusilar a Howard. Era el alma de Ghana y de toda África concentrada en un remate que valía un puesto en cuartos de final de un Mundial. Así se escribe la épica del deporte, a golpe de instantes que valen universos.

Antes de la prórroga, que se desangró con Estados Unidos volcado con más fe que físico o ideas y con Howard incrustado al remate, el partido siguió el guión perfecto hacia la prórroga. Ghana salió muy fuerte y se adelantó, Estados Unidos apretó tras el descanso y empató. Lo mejor de los africanos en el primer tiempo fue su autoridad física y sus óptimas circulación y presión. Movió rápido, buscó las bandas y monopolizó la posesión. Boateng marcó pronto tras aprovechar un grueso fallo de Clark.

Como ante Inglaterra y como ante Eslovenia, Estados Unidos regaló un gol tempranero y muchos minutos. Como en esos partidos pero esta vez sin premio final, Bradley dio una lección de reflejos y de manejo de su equipo. Antes del descanso sacó a un Clark incapaz en la medular y de vestuarios salió Feilhaber para potenciar la medular. Sin un delantero (Findley) Estados Unidos por fin atacó. Encontró fluidez y fútbol, encontró a Donovan, Dempsey y Bradley, encontró a Altidore a la espalda de los centrales. Y encontró el empate en un penalti transformado por Donovan. De ahí al final (casi 30 minutos), el equipo americano no supo cerrar la presa sobre el rival al que había demolido cambiando totalmente la inercia del partido, haciéndose con el balón y el gobierno. Al final firmó la prórroga y se encontró con el gol de Gyan y la derrota.

Ghana avanza, Estados Unidos queda en el camino. África ríe y Norteamérica despierta del sueño. Puro fútbol, la ley del Mundial cuando llega la hora de la verdad, el destino sin salida de los cruces. Para los dos equipos queda el mérito de llegar donde algunos clásicos no han podido y de hacer que sus nombres suenen cada vez menos a simple exotismo entre la elite. Pero el verdadero premio es para Ghana: El derecho a medirse a Uruguay y de, al menos hasta entonces, seguir soñando.

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Alfredo Relaño.
El villarato y la credibilidad de la Copa


Antes de nada vamos a recordar que Villar es Presidente de la Comisión de Árbitros de la FIFA, o sea, el encargado de la cosa. Y luego vamos con ello: el árbitro uruguayo del Alemania-Inglaterra le negó a Lampard un gol que a muchos nos recordó el mal concedido a Hurst en la final del 66, o el negado a Michel en México 86 contra Brasil, sólo que fue una jugada mucho más clara que esas dos. El balón entra bastante. Hubiera sido el 2-2. Luego, Inglaterra, volcada, se comió dos contraataques de libro y cayó goleada. No mucho después, el árbitro italiano del Argentina-México concedió el 1-0 en estrepitoso fuera de juego de Tévez.

No son los primeros errores valor-gol de este campeonato, desgraciadamente pródigo en ellos. Pero sí los más estrepitosos. Y les une algo: llegan en una fase del Mundial en la que las cosas ya son irremediables y en ambos casos el favorecido es mucho más poderoso que el de enfrente. Grondona, presidente de la Federación Argentina, es Vicepresidente Primero de la FIFA y Presidente de la Comisión Económica. Número dos de Blatter, en fin. En cuanto a Alemania, es el país de Adidas, patrocinador del Mundial. Ya había contado con la ventaja de disfrutar del Jabulani durante su última Liga. No era bastante, por lo visto.

Capello clamó por el arbitraje electrónico. Muchos le seguirán. Pero no se trata de eso. Viendo el cuchicheo entre Rosetti y su linier, quedó claro que estaban al cabo de la calle: en la gran pantalla en el estadio todo el mundo lo vio, pero no se volvieron atrás. No se trata de sustituir el arbitraje humano, con su arte y sus deficiencias, por el electrónico, sino de invocar la decencia, de seleccionar bien a los árbitros, de romper esa dinámica de enchufismos, favores y atropellos a los menores en que se ha instalado el fútbol. De acabar con eso que ya se llama villarato y que amenaza con destruir la credibilidad de la Copa del Mundo.


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mundial 2010 estados unidos 1 - ghana 2
El corazón de África late al ritmo de Ghana
El sueño americano se esfumó después de rozar un nuevo milagro de Bob Bradley, que volvió a mover piezas sobre la marcha para resucitar a su equipo. Ghana se adelantó en un primer tiempo que dominó con autoridad aplastante y Estados Unidos se rebeló tras el descanso. Empató, pudo ganar y firmó finalmente una prórroga en la que sentenció un muy buen gol de Gyan. Ghana, y con ella toda África, vive en el Mundial y jugará en cuartos contra Uruguay.

Dos sueños se cruzaban en octavos, donde sólo uno puede quedar de pie. Y fue el sueño africano. Purgada de sus referentes clásicos (Nigeria, Camerún) o de sus nuevos clubes selectos de figuras (Costa de Marfil), también de la anfitriona Sudáfrica e incluso de los aires mediterráneos de Argelia, el corazón del continente africano latía al unísono al ritmo de Ghana. Superviviente y esperanza, bastión de todo un continente en su Mundial. Ghana se llevó el partido y la clasificación. Marcó cuando lo mereció, sobrevivió después y sentenció en la prórroga, en plena hora de los valientes. Vivió, en definitiva, para luchar otro día y retar a Uruguay en cuartos de final en un duelo del que saldrá, resonante, un semifinalista improbable en casi todas las quinielas, ya todas papel mojado, anteriores a esta recta final de junio.

Estados Unidos tiene el derecho legítimo de erigir al equipo africano en su más íntima bestia negra. Le dejó fuera de los cruces en 2006 y le deja ahora fuera del panteón de los ocho mejores. Y no es una derrota más porque corta el vuelo del sueño americano en versión soccer. 'American Soccer' rezaba un artículo de Sports Illustrated que hablaba de citarse con la historia en este deporte extraño en el que no hacen falta guantes, aros, hielo o mediciones en yardas. Este deporte que de pronto rompe picos de audiencia y compite en interés con la final de la NBA (o el culebrón sobre el futuro de LeBron) mientras en las calles y en los bares los norteamericanos aprenden que muchas veces lo mejor del partido llega justo después del partido: tertulias sobre polémicas arbitrales, errores catastróficos, goles milagrosos... Todo eso ha tenido el paso de Estados Unidos por este Mundial y por eso una semifinal de repente al alcance de la mano era un sueño legítimo. No será, pero al menos hoy los norteamericanos volverán a hablar de Donovan, Dempsey o Bradley. ¿Y mañana? La voz del soccer parece por fin amplificada. Decida lo que decida LeBron James...

Ghana manda, sufre y avanza

La clasificación de Ghana parece justa. Tanto como lo hubiera sido la de Estados Unidos en un partido con un tiempo para cada equipo y un ligero triunfo yanqui en los puntos por una mayor acumulación de ocasiones que convirtió en instrumental al otras veces dudoso Kingson, que tuvo paradas cruciales, casi todas por reflejos. Después de noventa minutos y de un final en el que todos pensaron más en no cometer el error de la derrota que en marcar el gol de la victoria, el pase a cuartos lo resolvió un latigazo de Ghana con el único plan que le quedaba: un pelotazo hacia Gyan que embolsó su tercer gol del campeonato con fuerza y calidad, aguantando el choque con Bocanegra (su compañero en el Rennes) y rematando con el alma para fusilar a Howard. Era el alma de Ghana y de toda África concentrada en un remate que valía un puesto en cuartos de final de un Mundial. Así se escribe la épica del deporte, a golpe de instantes que valen universos.

Antes de la prórroga, que se desangró con Estados Unidos volcado con más fe que físico o ideas y con Howard incrustado al remate, el partido siguió el guión perfecto hacia la prórroga. Ghana salió muy fuerte y se adelantó, Estados Unidos apretó tras el descanso y empató. Lo mejor de los africanos en el primer tiempo fue su autoridad física y sus óptimas circulación y presión. Movió rápido, buscó las bandas y monopolizó la posesión. Boateng marcó pronto tras aprovechar un grueso fallo de Clark.

Como ante Inglaterra y como ante Eslovenia, Estados Unidos regaló un gol tempranero y muchos minutos. Como en esos partidos pero esta vez sin premio final, Bradley dio una lección de reflejos y de manejo de su equipo. Antes del descanso sacó a un Clark incapaz en la medular y de vestuarios salió Feilhaber para potenciar la medular. Sin un delantero (Findley) Estados Unidos por fin atacó. Encontró fluidez y fútbol, encontró a Donovan, Dempsey y Bradley, encontró a Altidore a la espalda de los centrales. Y encontró el empate en un penalti transformado por Donovan. De ahí al final (casi 30 minutos), el equipo americano no supo cerrar la presa sobre el rival al que había demolido cambiando totalmente la inercia del partido, haciéndose con el balón y el gobierno. Al final firmó la prórroga y se encontró con el gol de Gyan y la derrota.

Ghana avanza, Estados Unidos queda en el camino. África ríe y Norteamérica despierta del sueño. Puro fútbol, la ley del Mundial cuando llega la hora de la verdad, el destino sin salida de los cruces. Para los dos equipos queda el mérito de llegar donde algunos clásicos no han podido y de hacer que sus nombres suenen cada vez menos a simple exotismo entre la elite. Pero el verdadero premio es para Ghana: El derecho a medirse a Uruguay y de, al menos hasta entonces, seguir soñando.

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