viernes, 29 de julio de 2011

Ultimos Blockbusters: Captain America, Thor, Transformers 3, Kung Fu Panda2,





Comentare algunos de los estrenos 2011, hasta Julio
No estan en Orden eh!

Piratas en el caribe: buena, pero perdio algo de frescura, osea la misma tonica de las anteriores, sin el brillo de la 1era, que es la mejor, vi un poco Tensa a Penelope Cruz, Deep, como siempre: bien! Bien para pasar el rato

El dilema, muy entretenida, Vince y su partner el gordo, bien en lo suyo chistosos y Jennifer como siempre un cuerote, desde laberinto, con menos de 15 a mediados de los 80, hasta hoy 2011, siempre un cuerote, en cambio WInona cada vez veo a una gran actriz que ya paso, sin la fuerza de cuando fue veinteañera, no la veo mas...

Thor, esta pela no me lleno tanto, chevere, pero solo pa pasar el tiempo, me imaginaba que iba a tener algo mas de contenido el papel de Nat Portman, que sale regia como siempre.

X Me First Class, Esta si que me gusto, se pego a la crisis de los misiles, y me gusto la semblanza del pelao y de Magneto, muy buena! Quiza la mejor de las pelas de mutantes...

Que paso ayer 2, Brutalmente buena, me hizo recagar de la risa,mejor que la 1era, la parte donde el transexual le rompe el orto a Stu, la parte donde el chino pierde el dedo, ver al chino muerto o salir de la nevera, o ver a Mike cantar, es demasiao para mi, muy buena.

Pase Libre, otra que es buena, la escena del jamaiquino piezon y del small, la escena del falso cunnilingus, y la escena del estornudo con heces, fueron demasiao cague de risa, buena.

Sammy, la tortuguita, jeje, como tengo hija, ahora veo estas pelas, chevere, muy buena animacion.

Rio, la del pajarito azul, que no podia volar, solo dire que la vieron mi hija de 2años y mi abuela de 85 y ambas se carcajearon, osea que mala no es.

Kung Fu panda2, en las mismas, la gracia de la 1era, y el misticismo oriental, como toda pela oriental, ahora la saga pregunta por el origen del heroe, me gusto el pavo real como antagonista, todo bien, me hubiese gustado ver una pelea final mas acorde con el guerrero dragon, pero todo bien puesto, bien hecho y Angelina Jolie con mas dialogos.

Transformers 3, argumento pobre, extrañe a Megan Fox, pero de efectos increibles, la vi en 2d, y me dio vertigo!...

De Harry Potter escribi un blog entero.

Capitan AMerica y Thor, comentare ambas a la vez, creo que a ambas, les falto lo que tiene Iron Man1,gracia, y a veces creo que ello es porque Rober Downey Jr, tiene gracia de sobra, A ambas les faltaron escenas de accion o accion mas agil, sobre todo al Capitan, lo interesante es qeu las 3 estan unidas, hasta Hulk 2, esta unida a estas pelas, el final del Capitan, es la que une a las 4 pelas, habra una pelicula llamada Los Vengadores, y parece que se viene bien. Creo que al Capitan le falto se un poco mas profunda, pierde mucho tiempo en el periplo como actor recaudador de fondos, es muy estupido, pero x lo menos explica el traje, En cambio Thor pierde tiempo en su periplo como Humano, demasiado tiempo sin verlo agresivo como siempre..., Espero ver a Natalie Portman en la saga, la realza, igual Robert Downey y Scarlet Johanson, tambien interesante lo de Buckey Burnes, haran la saga de Winter Soldier? No me gusto tanto Craneo Rojo como Locky, este ultimo dio mas la talla... Igual, como me pasa siempre con el universo marvel, todos sus heroes estan interconectaos...

Los proximos 3 dias, drama intenso con un solventisimo Russell Crowe, donde hace lo imposible por sacar a su mujer de la carcel, gran pelicula., que te mantiene en suspenso de principio a fin.

Caperucita Roja, un fiasco de nueva version, ni Amanda SEyfried, levanta este bodrio.

Priest, algo de jedis, algo de Matrix, algo de algo, y al final solo queda en eso, en algo!

Enredados, la historia de Rapunzel, no es mala!

Soy el numero 4, Esta si que me gusto, interesante idea de los alinenigenas de principio a fin. Y lo mejor es que continua.

Facebook, red social, regularon pelicula, interesante para ver el origen del fenomeno facebook, pero creo que la sobredimensionaron.

Cisne Negro, Peliculon, que con justicia gano el oscar, Nat esta perfecta y Mila Kunis, superpotable!! jeje.

123 Horas, no pense que se iba a cortar el brazo, buena pela, cortita!

Temporada de Brujas, excelente diversion, medioevo, con brujeria, buena combinacion y nicolas  Cage muy fresco.

Aprendiz de Brujo, tambien bastante fresca, me gusto. Nicolas Cage Volviendo por sus fueros. En The Bad Lieutenant: Port of Call - New Orleans me super sorprendio., en Kick Ass, tambien, aunque la vuelve a fregar en Drive Angry, donde esta suerte de Terminator con Ghost Rider, no termina nunca de emprender vuelo, muy fea esa Drive...

El ultimo exorcismo, la historia del pastor exorcista farsante me parece trillada. Mala.

El turista, la dupla Deep y Jolie no desentonan, como siempre una pelicula bastante divertida.

The Fighter, tambien me gusto. buena semblanza de un boxeador que fue sinceramente mediocre, igual interesante el entorno, mas que la calidad del boxeador, en si. Cristian Bale, actuo realmente bien, pareciera que esos cambios fisicos lo mejoran harto.

True Grit, excelente remake, me encanto!!!! Jeff Bridgges, inmenso, mejor que en su anterior pela, ganadora del oscar: Crazy Heart.

El discurso del Rey, yo no se porque la academia es tan pro-corte Inglesa, No me gusto, debo de admitir, una buena pelicula, pero no es para un oscar, cisne negro es mejor, True Grit es mejor, esta pelicula esta superdimensionada, los protagonistas, Colin Firth y Geofrey Rushh, grandiosos, pero nada mas.

Del AMor y otras drogas, drama meloso, de lo cual solo saco el haber visto en paños menores a Anne Hathaway, jajajaja, fuera de ello, ese pedazo de actriz trasmite energia en todo lo que hace, la presentacion en el oscar fue solo una muestra de su vitalidad, ella salva la pelicula, y le dara un buen giro a Batman de Rise of dark night. Quiza lo mejor que he visto de ella es la boda de Rachel y realza la obra Alicia en el pais de las maravillas.

The other Fuckers, divertidisima, Robert de Niro, viejo maestro de la actuacion ahora hace estas cosas a placer.

Terminare con dos pelas estrenadas a superdestiempo, El exorcismo de Dorothy Mills, un terror bastante alejado de los estandares holliwodense, y la mediocre como conseguir Novio en 4 dias, definitivamente el cine europeo tiene mejor narrativa, tecnica, etc, etc que es lo que no tiene? Famosos!, ni glamour ni nada de ello.

Creo que no se me va ningun estreno, todo muy pobre, quiza la mejor pela, que vi en Dvd pirata fue Cuentos Chinos con Darin, muy buena, lo simple es a veces lo mejor.

ciao.

lunes, 25 de julio de 2011

Extraordinarias semblanza de Garrincha...



El mejor 7 de todos los tiempos, el mejor extremo, bien hace Cristiano en usar ese numero pero que recuerde, lo actualizara le dara glamour, pero no mas...
ciao

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Garrincha:

Desde mi eternidad sin fútbol, les doy la cordial bienvenida a bordo. Lo hago con ocasión de mi cumpleaños.

Hagamos un poco de historia. Nací en Pau Grande, un pueblo situado a 200 kilómetros del Botafogo de Río. Allí jugábamos para la tribuna vacía, o de pronto habitada por escasos parientes y amigos. O por garotas que después nos brindaban sus mieles en algún rastrojo.

El último mundial, que es carne de olvido, se calcula que lo vieron tres mil millones de personas. Lo que puede la televisión.

Jugábamos con balones proletarios, de trapo, o hechos con periódicos de ayer y amarrados con pita, para que no se desperdigaran los goles. Los sofisticados balones de hoy son un tanto afeminados: tienen de todo, hasta sauna y manicurista.

Pensando en mí, sospecho, Passolini escribió que "el goleador de un campeonato es siempre el mejor poeta del año". Javier María s, escritor y académico, dice que "el fútbol es la recuperación semanal de la infancia". Falso: es la recuperación diaria.

Aprendí a hacer goles y a amar, en ese desorden. Desde entonces supe que "el amor es eterno mientras dura", como escribió mi paisano Vinicius de Moraes. Lo supe por las múltiples mujeres que hice felices e infelices al mismo tiempo.

Es el extraño IVA que hay que pagar por amar sin medida. Nunca me gustaron las medias tintas. A veces lo siento por Iraci, mi primera dama, y por Elsa, la última musa, algo así como Vinicius pero de taco alto.

Vinicius también me dedicó un soneto: El ángel de las piernas tortas. Sí, afortunadamente, nací con las piernas un tanto desobedientes: que la una para acá, que la otra para allá; que la derecha seis centímetros más corta que la izquierda. Todo gracias a una madrugadora poliomielitis.

Como venía con el chip para jugar exquisito fútbol, convertí la poliomielitis en arte. De ambas piernas me serví para mi oficio. Los zurdos, incluído Maradona, también son gente. Muchos ven algo de Chaplin en mi forma de interpretar ese deporte. Lo mío era samba con balón.

Cuando sigo el fútbol desde mi hábitat entre las estrellas, evoco la fugaz inmortalidad que nos depara el gol. Yo los hice durante 19 años en equipos de mi país, y en el Junior, de Barranquilla, cuando mi fútbol empezaba a ocultarse, como el sol de los venados.

Los futbolistas nos suicidamos, o nos suicidan pronto en primavera.

Tenemos escasa vida útil. El olvido está al final de la escueta jornada.

Los de mi generación casi ni aprendimos a leer.

Preferíamos vivir, y practicar el "jogo bonito". Poco supimos de lidiar con la fugaz fama. Los tiempos cambian, claro está, para bien. Lo digo yo que me jacto de haber buscado primero la felicidad para mí. La caridad entra por casa. Luego divertí a mi pueblo. "Jugaba como quien cultiva orquídeas", dijo alguien de mí.

Siempre creí que el dinero no hace la felicidad, pero Âícuánto ayuda! Es mejor ser rico que ser pobre, proclamó un colega deportista que se ganaba el pan con el sudor de sus nocauts: Pambelé, de Colombia, ex campeón de boxeo.

Aprovechándose de mi nobleza, me obligaban a firmar contratos en blanco con mi primer gran empleador, el Botafogo. ÂíCristo Redentor de Corcovado si me explotaron! Por esa y otras razones que solo a mí conciernen, llegué escaso de metal al final de la andadura. Y ciego, convertido en Borges del gol. Lo que no deja de ser una ironía, porque el gaucho memorioso pocón de fútbol.

En la película "Garrincha, estrella solitaria", de Milton Alencar Jr., privilegian este aspecto de mi vida, privado de la luz. La película que a veces es documental, me pareció bella, a pesar de que la crítica no ha sido benévola con ella.

Hay más leyenda que realidad, pero así fue mi vida. A veces ni yo mismo sabía si estaba viviendo mi propia leyenda. Gajes del oficio de ser Garrincha.

Me parece que a la película le ha hecho falta público. Y mejores teatros. Mis agradecimientos a André Goncalves, quien me encarnó en la cinta. ÂíQué garotas te tocó llevar a la cama en la película, viejo!

Los colegas que me dieron el codazo generacional, sí saben de negocios.

Han convertido el fútbol en una máquina de hacer plata. Al lado de compañeros de rumba y mujeres de viento, sacadas de la pasarela, tienen asesores económicos políglotas, fugados de Harvard. Se defienden lo mismo en la mesa, el Spa, el turco, la junta de negocios, que en el campo de juego.

Que lo disfruten. Se lo merecen. Ellos, como yo, somos payasos que tenemos el encargo de distraer a los hinchas que "son cosa vana, variable y ondeante".

Antes se hablaba de pan y circo. El circo de ahora lo ponemos los futbolistas. Menos mal, la torta económica está mejor repartida. No en todas partes, por supuesto. Los de abajo siguen siendo los de abajo. Los Garrinchas.

Ronaldo, Beckham, Figo, Kaká, ganan y gastan. No se enloquecen con el billete. Y hacen bien. Para mi gusto, me quedo con Ronaldinho, cuyo fútbol se fue de vacaciones en el último mundial. No ha regresado ahora que ha retomado su puesto en el Milán.

Otros que me tramaron fueron Tévez, Messi, Robinho, que juega con la alegría, las ganas y la picardía que exhibía yo en Pau Grande.

Todos hicieron su master en los potreros, la mejor universidad.

Ellos tienen más de Garrincha, el pájaro pobre y veloz que me prestó su nombre y en el cual reencarnaba cada vez que hacía un gol, así fuera en Pau Grande, en Suecia o en Santiago, donde fuimos campeones del mundo.

Al final de mis cincuenta años me goleó el alcoholismo. No pude resistir su dribling endiablado. Lo digo yo que enloquecía a mis marcadores con mi prestidigitación. Gallego, mi marcador cuando enfrentamos a Millonarios, en Bogotá, todavía me está buscando.

Como se lo dije a manera de epitafio a Cepeda Samudio, un periodista barranquillero: "Yo viví la vida, la vida no me vivió a mi". Con el gorrión de París, Edith Piaf -Garrincha de la voz- aprendí que "uno tiene que merecerse la muerte". Hice mi tarea. Ahí les dejo el cuero, uno de los alias del balón.

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Por ÁLVARO CEPEDA SAMUDIO

Qué grato y oportuno reunir detrás del tiempo a dos grandes personajes de nuestro siglo XX, ahora, en los albores del XXI: Garrincha y Álvaro Cepeda Samudio, invariables en su genial naturaleza. Este reportaje fue publicado inicialmente en El Heraldo, de Barranquilla, Colombia y reproducido el domingo 11 de junio en El Universal de Cartagena. Gracias a ODG, quien lo remitió).

CS: He notado que los periódicos colombianos, al mencionar su nombre, sólo hablan de su espectacular romance con la cantante Elsa Soares. ¿Es que a usted ya no le interesa el fútbol?
El rostro abotagado de Manuel Dos Santos, taciturno, sin expresión, como la de un boxeador que ha perdido muchos combates, se ilumina de pronto en una sonrisa abierta, y los ojos hasta ahora pequeños, y también sin expresión, por primera vez comienzan a aparecer inteligentes, vivos, iluminados como la sonrisa. El hombre bueno y descomplicado que es realmente esta leyenda del fútbol mundial que se llama "Garrincha", aparece como del cubilete de un prestidigitador al conjuro de un nombre: Elsa Soares.

Garrincha: "Yo no leo nunca las páginas deportivas de los periódicos, ni oigo lo que dicen por la radio: me volvería loco. Un día soy un genio del fútbol. Al otro día, mi vida privada está en todos los titulares y ya no soy un genio del fútbol porque casi nunca, al hablar de mí se habla del fútbol, sino de lo que hago fuera de la cancha y lo que hago fuera, la novela que es mi vida, hace que se olviden del fútbol que yo juego. Entonces no se puede distinguir.

"Por eso no leo nunca lo que dicen de mí: si hablan bien, son mis amigos; si hablan mal también son mis amigos. ¿Para qué molestarme? Yo soy un hombre feliz".

Esa felicidad le brota a Manuel Dos Santos por todas partes: no la esconde, muy por el contrario: la exhibe y la celebra con alegría del muchacho muy pobre, como lo fue él en Pau Grande, que por primera vez tiene un juguete. Cuatro o cinco cables salen de Barranquilla hacia Río de Janeiro todos los días, y otros tantos llegan. Además de feliz, Manuel Dos Santos es también un hombre enamorado.

ACS: ¿Todo esto de discutir su vida privada en las primeras páginas de los periódicos y a los cuatro vientos en la radio y en la televisión, no lo mortifica?

Garrincha: "A mí no. Yo vivo la vida, la vida no me vive a mí".

En el principio fue el fútbo
l

El pueblo es pequeño y en las colinas se amontonan las casas pobres, casi favelas, donde las gentes más pobres del pueblo dejan pasar el hambre viendo pasar los ríos, "montones de ríos", dice "Garrincha", que atraviesan el pueblo por todos lados. El pueblo es Pau Grande, a unos 200 kilómetros de Río. En este pueblo, y en una de las casas más pobres, nació Manuel Dos Santos "Garrincha", el 18 de octubre de 1935.

Manuel Dos Santos no se acuerda cómo comenzó a jugar al fútbol en Pau Grande. Tampoco se acuerda cuándo comenzó a trabajar, aprendiendo a coser mangas a las camisas que se producían en la fábrica de confecciones que aún funciona en el pueblo. "Debió ser muy pequeño", dice. Pero sí se acuerda del horario de la fábrica, porque todavía siente el cansancio de la jornada: de seis de la mañana a cuatro de la tarde, cosiendo mangas; de las cuatro hasta que oscurecía, jugando al fútbol; y de las siete de la noche a las nueve, estudiando en la escuela de la fábrica donde también trabajaba su padre, que era celador, y con quien se cruzaba todas las noches cuando el pequeño Manuel iniciaba el regreso, muerto de cansancio, a su casa pobre de la colina.

"Tanta pobreza y tanto trabajo no me dejaron campo para ser vanidoso ahora cuando, gracias al fútbol, lo tengo todo". Y es cierto: porque este hombre, de cuerpo pequeño y regordete —altura, 1:69; peso, 72 kilos— que en 13 años con el equipo Botafogo marcó 353 goles y ha asombrado con su endiablado juego todo rapidez, malicia y picardía, al público de tres campeonatos mundiales, es, antes que todo, un hombre sencillo, amable; a quien no afectan ni el elogio delirante ni la diatriba más implacable porque: "los jugadores profesionales no somos más que payasos: salimos al campo a divertir a un público que paga por vernos ganar o vernos perder: al igual que los payasos en el circo, nos aplauden si lo hacemos bien y nos insultan si lo hacemos mal, pero de ambas maneras los estamos divirtiendo.

Y si nos dejamos llevar por los insultos o los aplausos no podríamos hacer bien nuestro papel".
1953. Botafogo

"Siete años —esto es lo que él recuerda— jugó Manuel Dos Santos en Pau Grande, en el 'Sport Club América', formado por los empleados de la fábrica cuyas camisas daban el nombre al equipo del pueblo. 'Garrincha', era un problema técnico en el Sport Club América; su puesto, el que le habían asignado los jugadores mayores y más altos que él, era el de mediocampista, pero su velocidad innata lo mantenía metido todo el tiempo dentro del arco contrario, entregando pelotas para que los otros anotaran los goles. 'No había nada qué hacer porque ellos eran los dueños del balón'".

Pero otra cosa era en los encuentros callejeros donde los ocho hijos del celador Dos Santos eran todos dueños del balón. Aquí Manuel jugaba en el puesto que entonces le gustaba más: puntero izquierdo. "Amadeo —cuenta Garrincha—, el mayor, compró una pelota y ocho camisetas cuyo valor hubo que pagárselo por pequeñas cuotas semanales porque él tampoco tenía dinero suficiente para pagar en el almacén.

"Más de dos años nos duraron la pelota y las camisetas y más de dos años estuve pagando las cuotas, pero todo este tiempo jugué en la punta". En 1951 el Sport Club América fue llevado a Río de Janeiro para jugar contra otro equipo de quién sabe qué otra fábrica de camisas. Pero da la casualidad —no hay vida de personaje famoso cuya leyenda no esté llena de casualidades— que este encuentro, sin ninguna importancia, fue pitado, y por razones que es mejor no averiguar ahora porque se estropearía la magia de la leyenda, por Arití, uno de los árbitros más famosos del campeonato carioca.

Arití vio al pequeño Manuel, que a los 16 años seguía siendo muy pequeño para sus años, tragarse la cancha, tragarse los tarajallones del equipo contrario y tragarse el aire durante los 90 minutos con su increíble velocidad y el malabarismo de sus piernas manetas. Arití, como todo arbitro y contrariamente a lo que se cree, tenía su equipo preferido. Y habló a los dirigentes del Botafogo de este pequeño fenómeno del fútbol.

Los dirigentes del Botafogo, y ésta es quizá la única muestra de inteligencia que dieron durante los 13 años que Garrincha vistió la camiseta a rayas negras y blancas del equipo, no perdieron de vista al defensa —mediocampista— puntero de Pau Grande. Y un domingo de 1953, Manuel Dos Santos hacía su primer encuentro profesional en Río de Janeiro jugando en la punta izquierda del Botafogo contra el Flamengo. Resultado final: Botafogo 3; Flamengo 1. ¿Y Garrincha? Anotó dos goles. El improbable cosedor de mangas de Pau Grande había iniciado una carrera pocas veces igualada en la historia del fútbol, y el Brasil comenzaba a vislumbrar a uno de los hombres que llevaría los colores del país a conquistar dos campeonatos mundiales consecutivos.

"En Pau Grande —dice inicialmente— aprendí tres cosas: a ser humilde, a coser y a jugar al fútbol; en ese mismo orden".

Siempre los dirigentes

De sus 13 años en Botafogo, Garrincha guarda un contradictorio recuerdo: a la institución, Botafogo, la venera, pero a sus dirigentes no les guarda ningún afecto. Aunque tampoco rencor, pues este sentimiento no entra en su inventario.

Con Garrincha, el Botafogo fue tres veces campeón del torneo carioca y dos veces campeón del Brasil. En su primer año de profesional empató con el paraguayo Benítez, el primer puesto en la casilla de goleadores con 33 anotaciones.

Su vinculación al Botafogo termina en 1965. Garrincha tenía una rodilla lesionada y varias veces jugó anestesiado para que no perdiera su cuadro. Los dirigentes insistían en que se sometiera a la operación con el médico del equipo; Garrincha prefería a su médico particular, en quien tenía más confianza: la diferencia era solamente de 50 dólares. Los dirigentes se obstinaron. Garrincha pagó de su bolsillo la operación y se largó del Botafogo. "Cuando Amarildo se fue a Italia, los directivos le dieron un gran banquete; a mí no me dijeron ni adiós. Así son siempre los dirigentes en todas partes: les interesa la empresa, los hombres que la hacen posible no valen nada para ellos.

"Al Botafogo como institución le debo mucho, a sus dirigentes nada: ellos me deben a mí".

ACS: ¿Qué quiere decir "Garrincha"?

Garrincha: "Es un pájaro muy veloz, pero no es nada, no es un pájaro fino. No hace nada".

ACS: ¿Como la golondrina?

Garrincha: "No, no; la golondrina tiene clase; se la menciona mucho. No, éste es un pájaro maluco. No hace nada; es un pájaro pobre, pero muy veloz, más veloz que cualquier pájaro".

ACS: ¿Como el cucarachero?

Garrincha: "Tal vez sí. No lo conozco, pero debe ser así como usted dice. Mire: el garrincha es como yo".

En Pau Grande al inquieto Manuel que a los cuatro años no debía levantar mucho del suelo, le encantaba ir a cazar pájaros con su honda. A esa edad andaba por entre el monte "como una exhalación del infierno", decía su hermana Rosa Dos Santos, la mayor. Un día entró corriendo a su casa con un pájaro todavía aleteando en sus pequeñas y regordetas manos morenas. Manuel no sabía qué había cazado. Rosa le dijo: "Es igualito a ti, vuela mucho, pero no sirve para nada: es un garrincha". Manuel lo curó y lo conservó por mucho tiempo y nadie recuerda hoy qué se hizo el garrincha que perpetuó su nombre en uno de los mejores jugadores del mundo. Pero a este Garrincha sí lo recordará siempre la historia del deporte.

Bogotá, 1954

El recuerdo de Colombia es para Garrincha una mezcla de alegría y de mucha tristeza. Su primer partido internacional lo jugó en Bogotá contra Millonarios, el gran Millonarios de Rossi, Cozzi y Pedernera, que fue vencido por Botafogo dos por cero. Fue su alegría ganar el primer encuentro que jugaba fuera del Brasil. Pero al regresar a Río encontró que su hermana menor, Teresa, de tres años, había muerto ese mismo domingo que él jugaba en Bogotá. El 8 de agosto del mismo año, contra Santa Fe, y Botafogo volvió a ganar, esta vez dos por uno. Fue calificado por El Tiempo como el mejor de los visitantes. Elaboró, aunque no finalizó, el gol del triunfo.

"Se acostumbra uno a todo —dice Garrincha—, a lo bueno y a lo malo".

Chile, 1962

Se jugaba la Copa Mundo en Santiago. El encuentro Brasil-Chile comienza muy fuerte y sigue peor. Se juega duro. El público hostiliza constantemente a los brasileros. Los chilenos consiguen el primer tanto y las graderías se enloquecen. Pelota al centro. Pelé a Vavá. Se escapa Garrincha con el pase de Vavá, y anota de un tiro violento. Quince minutos más tarde recoge una pelota de Nilton Santos en el medio campo. Pica la pelota y rebasa a la defensiva chilena para fusilar al guardavallas. De las graderías energúmenas vuela una botella; Garrincha cae al suelo bañado en sangre. Lo llevan a la clínica y no puede volver al partido. "Salí riéndome. Les gané yo solo a los chilenos 3-1. ¡3 a 1! Sí. Dos goles y un botellazo que también se cuenta".

Los goles

"Se preocupan mucho de quién hace los goles en el fútbol, pero éste es y debe ser un juego de conjunto. En la cancha todos somos iguales. Detrás del que hace los goles está siempre alguien, otro jugador que no se ve y que no sale en los periódicos. Está el resto del equipo. Para mí, por ejemplo, que he anotado muchos goles, el mejor partido que creo he jugado en mi vida, fue en Chile contra Rusia, y no hice ningún gol".

Suma, 1958

De Suecia, característicamente, Garrincha no habla de la primera Copa Mundo en la cual participó a los 23 años y de donde Brasil regresó campeón con el equipo que repetiría la hazaña cuatro años más tarde en Chile. Lo que más le divirtió fue la ceremonia final, cuando el rey Gustavo Adolfo le regaló a cada uno de los once titulares un reloj de oro.

"Una tarde, dos años después, al terminar un partido en el Maracaná, descubrí que me habían robado el reloj. Me reí tanto pensando qué diría el rey de Suecia al enterarse de que yo había perdido su reloj".

Inglaterra, 1966

En Inglaterra, para Garrincha sucedió lo que parecía imposible que sucediera: Brasil fue eliminado. En una frase define el resultado: "Nos masacraron". La selección brasilera que fue a Inglaterra, según Garrincha, no podía perder. Tenía todos los elementos y condiciones para lograr el tercer campeonato mundial para el Brasil. Pero perdieron.



ACS: ¿Por qué perdieron?

Garrincha: "Todos los equipos jugaron contra nosotros; éramos el equipo para derrotar".

ACS: ¿No jugaron fútbol?

Garrincha: "No nos dejaron jugar fútbol. Nos armaron una verdadera cacería humana. Pelé fue virtualmente cazado. Fue perseguido hasta que lo inutilizaron. Las películas lo muestran claramente".

ACS: Esa es la excusa. La realidad es otra. El fútbol, mezcla del sistema rioplatense y de la velocidad en el manejo de la pelota sin fortaleza en los jugadores, sin físico para arrolar en el ataque y romper en la defensiva, a base siempre de estatura y rudeza más que de habilidad, la organización de los avances contrarios, el fútbol sin atletas, que es el fútbol suramericano, hizo crisis en Inglaterra. La selección brasilera no estaba preparada para esta nueva modalidad del fútbol.

Garrincha: "No lo esperábamos. No estábamos preparados para un juego tan sucio. Quisimos jugar fútbol y no nos dejaron".

ACS: ¿Usted diría que la selección que fue a Inglaterra era lo mejor que podía presentar el Brasil en ese momento?

Garrincha: "No sé si era lo mejor o no, pero debíamos ganar. La otra realidad, como usted dice, no salió a jugar a la cancha: la realidad de la ineptitud de los dirigentes, que los llevaron. Todo el mundo intervino en la selección del equipo, en su preparación, en su dirección. Con decirle que fuimos a Inglaterra 22 jugadores y 22 dirigentes".

Pelé

Garrincha conoció a Pelé en 1956, cuando se enfrentaron por primera vez los dos más grandes jugadores del fútbol del Brasil, en un encuentro entre el Santos y el Botafogo. Ganó el Santos 4 a 1: Pelé hizo los cuatro goles.

ACS: ¿El rey Pelé?

Garrincha: "No somos reyes. Somos jugadores de fútbol profesional. Somos, ya le dije, payasos. Todos somos iguales.

"Yo soy igual a Pelé".

ACS: ¿Los goles?

Garrincha: "Detrás de cada gol de Pelé está uno de nosotros, uno del conjunto. El público aplaude a uno, no a todos. Es el fútbol. Lo de los reyes lo inventan los periódicos".

El mejor: Todos

Para Garrincha, todos los jugadores son iguales: todos son sus amigos. Pero si se le insiste se van conociendo sus preferencias, aunque no duran. Son cambiantes para acomodar a todos. Garrincha parece médico. No habla mal de ningún colega, y al final de la conversación se vuelve lo mismo: "todos somos iguales". Pelé es como Amarildo, Amarildo como Tostao, Garrincha como Pelé, y Ayrton como Garrincha. Pero una cosa se saca en claro: el jugador extranjero que más admira es a Yaschin, el guardameta ruso. Y de los brasileros a Zizinho. Desde pequeño su ídolo ha sido Zizinho. Su gran ilusión era la de jugar al lado de él. Solamente una vez realizó ese sueño en un encuentro amistoso entre Brasil y Paraguay en el Maracaná en 1955. Su mayor satisfacción fue la de servir las pelotas con que Zizinho hizo los goles esa tarde. "Se cambiaron los papeles: ahora Zizinho es hincha mío".

Pero se vuelve lo mismo: Nilton Santos, Vavá, Valentín, Boby Charlton, todos son iguales. Estoy seguro de que si a Garrincha se le pregunta qué le parece "Memuerde" García, dirá que es lo mismo de bueno que Pelé.

Júnior, 1968

Para Garrincha, el Júnior de este año con los jugadores que tiene, no debe perder. Un equipo cuya delantera hace siempre más de dos goles, tiene que ganar el partido, pero en el Junior todo es diferente. "Tal vez, dice Garrincha, pero ese equipo no puede perder este campeonato". Se habla de Marinho Rodríguez de Oliveira, a quien los directivos del Junior no supieron aprovechar. Marinho como director técnico del Botafogo es muy conocido de Garrincha. "Es un gran entrenador, es de los mejores entrenadores que he conocido. Sabe mucho de fútbol y maneja muy bien su equipo en la cancha. El Junior no sabe lo que perdió". Sí sabe, pero le da lo mismo: los entrenadores no llenan estadios.

ACS: ¿Qué le gustaría hacer cuando deje el fútbol?

Garrincha: "No sé. Tal vez entrenador. Pero pienso que no sirvo para eso. Un entrenador tiene que ser duro y yo soy muy buena persona y no puedo ser duro con nadie. Con el entrenador se cometen injusticias. El jugador se juega su carrera él solo en cada partido. El entrenador se la juega en cada partido también, pero se la juega once veces con los once jugadores".

Garrincha parece ser sincero cuando dice que es totalmente desinteresado. "El dinero no hace la felicidad", dice como recordando la frase de una película romántica o de vaqueros que es lo que más le gusta hacer por las noches. "Soy un hombre casero; las películas me gustan en la televisión".

ACS: ¿Por qué vino a jugar a Colombia? ¿No sería por el dinero?

Garrincha: "No".

ACS: Entonces, ¿por qué no juega en Brasil?

Garrincha: "En Río no me dejan tranquilo. Yo soy mucha noticia. Yo vendo muchos periódicos y todos los días tienen que hacer una historia nueva sobre nosotros. Que si maté a Elsa y me suicidé. Que si mi primera esposa me va a meter a la cárcel. Que si dejo a Elsa. Que si Elsa me deja a mí. A nadie le interesa cómo juego al fútbol, sino lo que hacemos Elsa y yo".

ACS: ¿Pero a usted le molesta eso?

Garrincha: "No, a mí no. A mí no me importa. Pero a Elsa sí. Se pone muy brava cuando hablan mal de mí en la televisión. Es mejor aquí en Barranquilla.

ACS: ¿Cuándo viene Elsa?

Garrincha: "Elsa no viene; yo me voy".

ACS: ¿Cree que usted y Elsa ayuden a vender periódicos en Colombia?

Garrincha: "No sé. ¿Usted qué dice?"

ACS: Creo que no. Sigamos hablando de Elsa.

Nota final: Cuando murió Garrincha lloró todo Brasil y el mundo del fútbol perdió a quien fue un mago del balón y posiblemente el mejor extremo derecho que ha habido nunca.

Cuando era pequeño (le apodaron Garrincha que quería decir pajarito feo e inútil) sufrió poliomielitis y los médicos le dijeron que nunca podría andar con normalidad; de hecho era zambo (tenia los pies girados 80 grados hacia dentro) y tenia una pierna 6 cm. más larga que la otra, pero se equivocaron, y esas piernas le sirvieron para ser el rey del regateo (amagaba hacia el centro y se iba por la derecha).

Nunca nadie ha tenido la valentía de hacer los regateos, las fintas, los amagos y las jugadas hasta la línea de fondo que hizo Garrincha. Tenía una clase individual prodigiosa y aprovechó la banda derecha como nadie. Daba igual el marcador que le pusieran, Garrincha siempre le regateaba una, dos o tres veces antes de poner el balón al compañero mejor colocado.

Jugó 60 partidos con la selección brasileña, esa selección que nunca perdió con él y Pelé en el campo. Debutó como profesional en el Botafogo, con 20 años, con el que llegó a marcar 232 goles (el día de su debut ya marcó 3). Por aquella época los partidos contra el Santos de Pelé eran memorables.

Sus problemas con el alcohol y las mujeres le llevaron a la decadencia futbolística. Se vio envuelto en un escándalo cuando dejó a su mujer y a sus 8 hijos para casarse con la cantante Elsa Soarez. También tuvo problemas con impuestos. Su muerte se produjo el 20 de Enero de 1983 en Río. Aquel día el llamado por muchos "Pájaro Cantor" no dejó de cantar para todos los buenos aficionados al fútbol, quienes aun le recuerdan como un mito.

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Por: Fernando Araújo Vélez

“Yo no leo nunca las páginas deportivas de los periódicos ni oigo lo que dicen en la radio. Me volvería loco. Un día soy un genio del fútbol. Otro, mi vida privada está en tdoos los titulares y ya no soy un genio del fútbol porque casi nunca, al hablar de mí, se habla de fútbol sino de lo que hago fuera de la cancha. Yo lo que hago afuera, la novela de la vida de Garrincha, como la llaman por ahí, hacen que se olviden del fútbol que yo juego. Entonces no se puede distinguir. Por eso no leo lo que escriben de mí. Si hablan bien, son mis amigos. Si hablan mal, son mis amigos también. ¿Para qué molestarme? Soy un hombre feliz. Yo vivo la vida, la vida no me vive a mí” (Declaraciones tomadas de una entrevista a Alvaro Cepeda cuando Garrincha jugó en el Junior, años 60).

Para él, un tipo de piel curtida, piernas arqueadas, físico de payaso-barrio barato y andar despreocupado, la pelota siempre fue lo de menos. Si no aparecía una había que inventarla, con cualquier trapo y de cualquier manera. Medias, papeles, cuero, limpión… Si aparecía había que jugar donde el dueño dijera. Todo con tal de jugar, todo con tal de sentir la pelota pegada a la piel. Lo único importante, impostergable, vital, era jugar. En la playa, en el peladero de la esquina, en el potrero. Con los amigos, los enemigos, el policía, los tíos o los desocupados. Así creció él, Manoel dos Santos… Así se acostumbró a vivir: Garrincha. Con los años aquel jugar y jugar se volvió obligación. Entonces llegó el Botafogo, años 50. Y los primeros billetes, los estadios, la selección, la idolatría…

“Los jugadores de fútbol no somos más que payasos. Salimos al campo de juego a divertir a un público que paga para vernos ganar o para vernos perder. Igual que a los payasos en el circo nos aplauden si lo hacemos bien y nos insultan si lo hacemos mal, pero de ambas maneras los estamos divirtiendo, y si nos dejáramos llevar por los insultos o los aplausos no podríamos hacer bien nuestro papel…”

Ser ídolo fue tener que ser responsable. Ser ejemplo, aunque él jamás los hubiera tenido o deseado, aunque él nunca hubiese pretendido serlo. Kle enseñaron modales, a hablar en público, a vestirse. A comienzos de 1958 lo citaron para que hiciera parte de la selección de Brasil que jugaría el Mundial de Suecia. “La posibilidad del título por fin, de la gloria, de la inmortalidad”, le dijeron. Y él se embarcó hacia aquel destino. Suecia le sonaba a frío y a rubio, a nieve. Y él tan moreno, tan hecho al sol, tan sudor.

“Se acostumbra uno a todo, a lo bueno y a lo malo…”

Su pueblo, Pau Grande, era un pueblo pequeño, pueblo de favelas, de casas con piso de barro, de siete niños en la misma habitación, de un litro de leche para todo el día. Allí nació el 18 de octubre de 1935, allí creció, y allí consiguió su primer trabajo en una fábrica de confecciones.

“A las siete de la noche volvía a la fábrica después de jugar en la tarde, porque mi padre trabajaba también en la fábrica como celador. A las 10 de la noche llegaba a la casa, y a las seis estaba de nuevo en el trabajo. Tanta pobreza y tanta fábrica no me dejaron campo para ser vanidoso ni siquiera años después, cuando gracias al fútbol lo tuve todo”.

Su pueblo lo vio jugar por siete años en el Sport Club América, el equipo de la fábrica. Un día de 1951, nadie nunca supo por qué, enfrentó a otro conjunto de fábrica de camisa en Río de Janeiro y fue la historia de siempre. Lo vieron, le halaron, lo convencieron… Dos años más tarde Manoel dos Santos debutó con el Botafogo anotándole dos goles al Flamengo. Entonces comenzaron a llamarlo Garrincha.

“El Garrincha es un pájaro muy veloz, pero no es nada, no hace nada. No es un pájaro fino… Más bien es un pájaro maluco, un pájaro pobre que no hace nada pero que es más veloz que todos los otros pájaros”.

Una tarde cualquiera, tendría 10 ó 12 años, Manoel se fue como todas las tardes a cazar pájaros con su cauchera. Entrada casi la noche regresó a casa corriendo con un pajarito entre sus manos. Estaba herido, no podía volar. El niño no sabía qué clase de ave era y le preguntó a su hermana. Ella, Rosa dos Santos, le dijo “es un garrincha, igualito a ti, vuela mucho pero no sirve para nada”. El niño se fue con el pájaro a su rincón predilecto. Lo curó.

“Sí, el garrincha no es nada, no sirve para nada pero es muy veloz. Mire, el garrincha soy yo”.

La Copa del 58 coenzó el 8 de junio. Favoritos, apuestas, la ruleta de las oportunidades girando y girando. En fin, el fútbol. Brasiol debutó ante Austria. Tres por cero. Didí, Vavá, Zagalo. “Fue demasiado”, dijo la prensa. Luego, 0-0 contra Inglaterra. Ni Didí ni Vavá ni Zagalo ni Nilton Santos. Decepción, temor, apatía… Poco fútbol… Ni un céntimo de imaginación.

“En Pau Grande aprendí tres cosas, a ser humilde, a coser yu a jugar al fútbol. En ese mismo orden”.



Del juego contra la Unión Soviética dependía el futuro. Era ganar o ganar. La noche antes, noche del 14 de junio, Vavá y Nilton Santos solicitaron una reunión urgente con Vicente Ítalo Feola, el técnico del equipo, un hombre pesado adicto a las golosinas. “Mire, don Vicente, el problema es que no tenemos cómo ganar. Sólo hay una salida, que usted ponga en la titular a los dos muchachitos que tiene en el banco, Pelé y Garrincha. No hay de otra. Si juegan ellos, ganamos la Copa, si no juegan, no jugamos nosotros”. Nilton Santos acabó su discurso y se marchó, seguido por Vavá. Feola buscó en su armario el fólder donde consignaba lo que ocurría en y con la delegación. “Garrincha, 23 años, débil mental”. “Pelé, 17 años, pies planos”. Cerró el documento y llamó al psicólogo del grupo, Joao de Carvalhes. “Con respecto a Pelé, podemos hacer algo. Lo del otro, Garrincha, es irremediable, no hay ningún asomo de inteligencia en él”, sentenció. Al día siguiente, los dos hicieron trizas la defensa de los soviéticos. Nunca más salieron de la línea titular. Con ellos, Brasil pasó por encima, barrió a Gales, Francia y Suecia y fue campeón del mundo por vez primera en su historia.

“Fue divertido todo. Pero posiblemente lo más divertido fue que el rey Gustavo Adolfo nos regaló un reloj de otro a cada uno de los del equipo. Una tarde, dos años después, al final de un partido en el Maracaná, descubrí que me lo habían robado”.

Pelé y Garrincha se vieron por primera vez a finales del año de 1956 en un partido de fútbol. Esa tarde ganó el Santos 4-0. Los cuatro goles los anotó Pelé. Nunca fueron amigos, pero se hablaban. Jugaron juntos tres Mundiales, le dieron a Brasil dos títulos, infinidad de alegrías, vida, ilusión, pero eran distintos, diametralmente diferentes. Garrincha siempre fue el loco de la punta; Pelé, el ejemplo. Decían que uno nació para sufrir y el otro para triunfar. Dijeron que uno fue parido por una de sus hermanas, violada por su padre. El otro fue el hijo toda la vida esperado por su madre. Día y noche, infierno y cielo. Pelé se dejó ver con las mujeres más famosas del mundo. A Garrincha el pueblo le ofrecía sus hijas para que les engendrara hijos. O Rei y el Ángel de las Piernas Torcidas…

“¿O Rei? Nadie es rey en el fútbol, no somos reyes de nada. Somos jugadores de fútbol profesional. Somos, ya lo dije, payasos. Todos somos iguales. Yo soy igual a Pelé, y detrás de cada gol suyo está uno de nosotros, uno del conjunto. El público aplaude a uno, no a todos. Es el fútbol. Lo de los reyes lo inventaron los periódicos…”

La última vez que se encontraron fue durante los carnavales de Río, en 1980. Pelé estaba en el palco de honor, sentado al lado del presidente y de las altas personalidades del gobierno. El pueblo cantaba y aplaudía. Las carrozas pasaban, se iban. Pasó una que decía “de los potreros a la Jules Rimet”. Dentro iba un hombre flaco, casi amarillo, sudoroso, sentado en una butaca, mirando sin mirar, vestido con el uniforme de Brasil. “Mané, Mané, soy yo, Pelé, Mané, soy yo, Pelé”. La carroza pasó sin que nadie la detuviera, como en cámara lenta, en medio de la samba y la alegría.

“El dinero no hace la felicidad”.

Tres años más tarde, el 20 de enero de 1983, un empleado de hospital recibió el cadáver de un hombre que debía estar por los 50 años. En una ficha de identificación escribió: Nombre, Manoel Da Silva. Nacionalidad, desconocida. Luego supo que aquel hombre sin identificación era Garrincha.

“El garrincha es un pájaro muy veloz, pero no sirve para nada, no hace nada. Mire, el garrincha soy yo…”

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Entrevista a Elza Soares


Tomando como base algunas declaraciones y pronunciamientos públicos de Elza Soares, en estos 21 años transcurridos desde la muerte de Garrincha, y recogidos en diversos medios escritos brasileños, Andrés Salcedo ha preparado un monólogo en primera persona, con el que la famosa cantante recrea su vida al lado del futbolista
Por ELZA SOARES,
como lo editó Andrés Salcedo

Sí, yo sé que todavía hay gente por ahí que me sigue considerando una devoramachos, la Yoko Ono de Garrincha, la que le comió el coco, lo sacó del fútbol y lo empujó a la muerte. Eso me hacía sufrir antes, cuando todavía era joven y seguía enamorada de un carajo muerto hacía cuatro, cinco años. Como lo sigo estando ahora, 20 años después.

Y qué carajo tan fascinante, Garrincha. Una de esas criaturas que Dios nos manda cuando vuelve a escasear el amor aquí abajo, como quien echa una paletada de carbón en la locomotora. Cualquier día amaneció de buen genio y echó a volar hasta la tierra a Garrincha, que probablemente allá arriba, antes de que lo mandaran para acá, era un pájaro desorientado y desamparado, sobreviviente del edén.

Garrincha es el ser más puro y noble que he conocido. Él vino a este mundo sólo a hacer el bien. Lo hizo sin esforzarse, limitándose a ser, simplemente, él mismo. En el estadio, en la calle, cuando estaba bravo, cuando me hacía el amor. Jugaba al fútbol con el mismo entusiasmo en el Maracaná, con las tribunas a reventar, o en cualquier peladero, donde, sin hacerse de rogar, y siendo ya campeón de mundo, se cambiaba de ropa como un pelado amateur y saltaba al campo a disputar un picadito con los malandros del barrio, bajo unos árboles atestados de mirones. Mané fue toda la vida un muchacho pueblerino incapaz de odiar a nadie, que nunca culpó a alguien de nada. Que jamás se quejó. Ni de las faltas que le hacían los defensas carniceros, que se la tenían jurada, ni de las zancadillas que le tendieron fuera del campo.

Mi Mané fue un hombre apasionado que vivió intensamente grandes amores, que amó y fue amado por varias mujeres, que supo conservar los mismos amigos de siempre, a los que nunca olvidó, tuviera o no tuviera un puto peso en el bolsillo.
Pero donde nuestras almas cabalgaban juntas, se derretían y se fundían era en la cama. En esos momentos en que todo quedaba subordinado a la pasión, la luz, la sombra, los ruidos, el pulso de la tierra se percibían como elementos de una sinfonía que Garrincha y yo improvisábamos, guiados por la mano de Dios. Ahí, en el delgado borde del desborde, acercaba su boca a mi oreja y me susurraba esa palabra con la que siempre me llamó, pero que pronunciada en ese preciso, vulnerable momento, envuelta en el calor de su aliento, me empujaba, sin remedio, al éxtasis: “Criolla”.

“Criolla”: siempre me llamó así. Nunca Elza o los otros nombres con que me conocen mis amigos y la gente de la farándula. “Criolla, hazme ese cafesinho colado que te enseñó tu mamá”, “Criolla, cántame la zambinha que tú sabes, que los dos sabemos”, “Criolla”, ven, dame un beso”.

Con Garrincha descubrí lo que es el amor. Los otros hombres que pasaron por mi vida no pesaron, no dejaron huella. Con Mané aprendí que el amor es Dios. Es el sí y es el no de la vida. La sal, la poesía. Quizá eso fue posible en nuestro caso porque los dos vivimos nuestro amor con mucho respeto y a corazón abierto. La fatalidad lo interrumpió pero no pudo destruirlo.

Aquí estaría ahora, conmigo, ese bandido patas pandeadas, viendo la televisión, los dos con el pelo blanquito, bebiendo café. O escuchando la música que acompañó el hechizo de aquellos años. Las viejas baladinhas de nuestro amor. Ahora estaría yo oyendo por centésima vez la anécdota del zaguero negro de Millonarios, que lo enfrentó en Bogotá durante una gira del Botafogo, y la compasión y la solidaridad que sintió cuando miró para atrás y lo vio convertido en un montoncito de escombros, patas arriba en la pista atlética, después de comerse un par de amagues suyos y de sufrir la vergüenza pública de un túnel que desató las burlas hasta en el último rincón del estadio. Garrincha era así. Se divertía burlándose de sus marcadores pero después del partido, en la casa, con un cafesinho en la mano, los remordimientos le hacían pasar un mal rato.
Hoy las mujeres buscan a los futbolistas por puro interés. Porque ahora tienen la tula. Antes no era ningún privilegio empatarse con un futbolista y menos para alguien como yo, que ya era una estrella consagrada, reconocida internacionalmente y aceptada por los brasileños de todas las clases sociales. Yo fui durante 20 años la mujer de Mané sin exigirle nada, al contrario, ayudándolo económicamente siempre que pude. Mané no tenía ni donde caerse muerto. Nunca le pregunté cuanto tenía en el banco. Yo sólo contaba con lo que me daba a mí la música, que era más que suficiente, a mí nunca me faltaron los contratos.
No he conocido a nadie que amara tan intensamente. De vez en cuando sufría verdaderas crisis de pánico ante la sola idea de perderme, no importa que yo le prometiera, pasándole la mano por la cabeza, que eso jamás ocurriría y le canturreara al oído cancioncitas tiernas que hablaban de hadas y castillos, como se hace con los niños que no pueden dormirse.

Garrincha podía amar con tal intensidad a una mujer que el sentimiento de felicidad que me producía el tenerlo a mi lado, el gozar de sus palabras, sus mimos y sus besos, lo compartían -y se lo disputaban- la madre y la mujer que llevo dentro y esa lucha entre la pasión y la ternura, me dejaba a veces sin aliento. Pero satisfecha, como después de un orgasmo.

Hace poco vino a verme un joven periodista de Sao Paulo que quería hacerme una entrevista. Le abrí la puerta de mi casa en Praia Leme, después de muchos años en que me he negado a hablar de Garrincha con los periodistas, que siempre vienen a que les cuente las mismas anécdotas que todo el mundo conoce. Que si es verdad que yo era la que le compraba la ropa y le aconsejaba cómo debía combinarla para salir a la calle. Que si todavía me acuerdo de la receta de esa feijoada que yo le preparaba el día después de los partidos, lo que se convirtió en un ritual, al que invitaba a algunos amigos. Que les vuelva a contar lo ocurrido aquella tarde en que empezamos a insultarnos y a tirarnos los chismes de la cocina a la cabeza y terminamos riéndonos y abrazándonos, desnudos, en la cama, que era donde resolvíamos todas nuestras disputas.

Recibí a ese joven periodista de Sao Paolo con un cafesinho colado, como lo preparaban mi mamá y mi abuela, como le gustaba a él cuando regresaba de los partidos molido a patadas por los defensas. Yo también necesitaba decirle a la gente lo que siento ahora cuando ya han transcurrido tantos años y vuelvo a pensar en lo que pasó. En lo que nos hicieron los brasileños a Mané y a mí. Mejor dicho, en lo que no hicieron para ayudarlo y evitar que se fuera despedazando de a poquito.

Quería asomar un poco la cabeza sobre el muro que yo misma levanté delante de mi casa para protegerme de la gente, sin dejar de disfrutar cada día de lo que me da este Río luminoso que conoció nuestro amor.

Le dije a ese muchacho de Sao Paolo, lo que yo siempre he creído: que Garrincha y yo vivimos un amor comparable al de Romeo y Julieta. No es sino volver a ver las fotos que nos tomaron hace veinticinco, treinta años, donde se nos puede leer en la cara lo que nos estaba pasando. Estábamos tocados por la gracia de Dios. Los dos, jóvenes y radiantes, como si este pedazo de balón de la vida no se fuera a desinflar nunca.

Viví con él 20 años y le parí dos hijos que le robaron tiempo a mi carrera. Pero qué puede compararse con la dicha de tener una familia con el hombre que más hemos amado. Uno de esos hijos, lamentablemente, ya se me fue, a encontrarse con su papá, allá arriba. Me quedó Sorinha, que se ríe dormida, igual que Mané y me regaló a Joyce, mi linda nietecita. La vida te quita y te da.

Algunas tardes, me pongo a contarle a Joyce quién fue su abuelo. Pero es imposible abarcar con palabras que puedan ser entendidas por un niño, lo que fue Mané. El hombre que mejor encarnó el espíritu con que los brasileños juegan a fútbol, el que creó la mística de una camiseta con el número 7. Héroe, junto a Pelé, de dos mundiales. Los entendidos saben que Mané no fue menos importante que Pelé en las victorias de Brasil. El mismo Pelé lo sabe.

Mané fue Charlot, el mismo personaje de Charles Chaplin, pero transplantado al fútbol. Un romántico payaso del arrabal. Pelé, en cambio, supo oler a tiempo el gran negocio, la fabulosa industria que era el fútbol y las ventajas que se derivan del contacto con el poder y el dinero. Carros, mujeres, tarjetas de créditos, viagra. Ahí donde huele a prosperidad y a poder, encontraremos siempre a Pelé. Garrincha estaba hecho de otro barro. Mi Mané prefería quedarse una hora entera hablando de fútbol con el vendedor del quiosco de periódicos, que terminaba pidiéndole plata para pagar unas medicinas del hijo. Garrincha le entregaba todo lo que tenía en el bolsillo.

A Garrincha lo perjudicó el ser un carajo demasiado humano. La gente se aprovechó de su ingenuidad y de su nobleza. El fútbol le chupó la vida, lo dejó sin salud, sin plata, sin sangre, como quedan las víctimas de la víbora cuando nadie les pudo sacar el veneno del cuerpo.

El destino de Mané pudo cambiar de rumbo en 1962, recién obtenido el campeonato mundial en Chile y con su fama irradiando al mundo entero, pero con las rodillas vueltas cisco. Justo en ese momento, cuando se recuperaba conmigo, en la casa de un compadre en Niteroi, cerca de la playa, del tormento que fue para él ese mundial, jugando infiltrado todos los partidos, y recibiendo fouls de todos los calibres, llegan de Italia dos mandamases del Torino, que era el club de moda en el calcio, donde todas las estrellas del fútbol mundial querían jugar. Venían a ofrecerle 5 millones de dólares al Botafogo por el pase de Garrincha. Eso era una fortuna en esa época, sobre todo para alguien que ya estaba a punto de cumplir los 29 años y tenía estropeado el eje de todo futbolista, que son las rodillas.

Pero los sapos están llamados a cambiar la historia del mundo. Un italiano que vivía aquí en Río y que los dirigentes del Torino habían contratado como intérprete, les sugirió que le hicieran un examen a fondo a las rodillas de Garrincha. Llamaron entonces a un reumatólogo, el doctor Nelson Senise, que le sacó varias radiografías al pobre Mané en la Clínica Pío XII y diagnosticó una artrosis irreversible. Los dos italianos pidieron enseguida un taxi, recogieron sus motetes en el hotel y se fueron para el aeropuerto.

Los problemas con las rodillas venían de tiempo atrás. Jugaba un domingo y sus rodillas se inflamaban, así que tenía que guardar reposo varios días. Regresaba al campo y tácata, otra vez la bolsa sinovial, que es la que envuelve la articulación de la rodilla, poniendo problemas. Entonces tenían que extraerle el líquido y aplicarle la siguiente infiltración, que ya era con cortisona.

En todos esos años me convertí a la fuerza en una experta. Podía entender los preocupantes diálogos que sostenían los médicos frente a la cama donde Garrincha, acostado, con las piernas forradas en yeso, sonreía escuchando la radio en su pequeño transistor, comprado en Suecia en el 58, todo el tiempo pegado a la oreja. Como si la cosa no fuera con él. Como si esas piernas sobre cuyo problemático futuro discutían los médicos, le pertenecieran a otro paciente.
Garrincha era incapaz de meterse en la película de la realidad, mucho menos de aceptarla. Tenía una conflictiva mezcla de niño y de hombre. El niño era el duende que gobernaba sus piernas deformes. Salía a ratos durante los partidos y volvía a esconderse en el cuerpo de un hombre cálido y humano hasta el último hueso pero incapaz de manejar con tino su propia vida y de sacarle el merecido provecho a su fantástica manera de jugar al fútbol. Esa, hablando con dolorosa sinceridad, fue la razón por la cual la vida de Mané, fuera de los estadios, anduviera muchas veces al garete.

Un día, contra mi voluntad y el consejo de un médico amigo, dejó que le operaran los meniscos de la rodilla más afectada. Ese fue el fin de la película. Ahí comenzó la vida a pasarnos todas las facturas de una sola vez. La foto de la rodilla operada mostraba descarnadamente el estado en que quedó la poco confiable herramienta del genio de los estadios y apareció en todos los periódicos. Pero no despertó la solidaridad sino el morbo.

Eso fue en el 64. Un año negro. Nuestra vida entró en barrena. Los problemas de Mané repercutían negativamente en mi vida artística. No había muchos equipos que quisieran contratar a un hombre con las rodillas podridas.

Pasaban las semanas y los meses y él seguía desempleado y cada vez más enganchado a la botella. Para más fastidio, mi empresario empezó a cantaletearme con que mi imagen se estaba deteriorando por andar con Garrincha. Que había gente que no quería contratarme porque después él llegaba y se emborrachaba en el local y daba espectáculo. Cuando me decía eso yo lo amenazaba con no volver a cantar. Con dejarlo todo tirado. Qué iba yo a abandonar en su peor momento al hombre que amaba con toda el alma. El dinero que yo ganaba había veces que no alcanzaba pero siempre se les pudo cumplir a los hijos que él tuvo con las otras mujeres.

Mané estaba destrozado. La prensa brasileña se encargó de propagar su invalidez tras la operación. Claro que después la rodilla mejoró algo y él pudo disputar uno que otro partido y recoger algo de plata pues le pagaban por partido jugado. Como los clubes conocían su situación, sacaban el dinero de la taquilla y se lo entregaban en el mismo estadio después de los partidos.

La verdad es que su amor propio y su deseo de recoger los últimos dólares donde fuera para ayudarme a mí con los gastos de la casa, lo llevaron a cometer algunas imprudencias. Como esa de irse a jugar a Barranquilla. Garrincha, en ese momento, ya había empezado a morirse por dentro. Las mujeres leemos estas cosas en los ojos del hombre que amamos. Estaba acabado para el fútbol pero no lo quería admitir. Seguía diciendo lo mismo que dijo toda la vida: “Mañana va a estar mejor, Criolla. Hoy pierdo, mañana gano”.

Cuando regresó de la corta aventura de Barranquilla, que fue un fracaso, aunque le dejara unos buenos dólares, comenzó el drama en serio. Él estaba roto, literalmente. Desesperado. Decepcionado de la gente, que en ese momento ya le había dado la espalda. Los dirigentes, los periodistas, viejos hinchas, muchos compañeros, que dejaron de llamarlo, de preguntar por su vida. Ya la gente no se volteaba a verlo en la calle. Se entregó a la bebida. No paraba de tomar. Fueron años tormentosos, una situación que se hizo insoportable. Lo regañaba, me prometía que no volvería a beber. Al día siguiente no se acordaba de nada. Mañana será mejor, Criolla. Hoy pierdo, mañana gano.

Por las noches se iba a verme a los clubes nocturnos donde yo cantaba, se sentaba en una mesa y bebía sin parar. Aguardiente, vodca con limón, caipirinha, güisqui, lo que hubiera. Yo hice todo lo humanamente posible para apartarlo del trago. Llegué a prohibirles a los dueños de algunos locales que le sirvieran licor. Lo regañaba. Vete para la casa, Mané, acuérdate que mañana tienes que entrenar, llevas dos días sin dormir apenas. Pero él insistía en acompañarme a todas partes. Y se quedaba hasta el final de mis shows, que terminaban a las 4 de la madrugada. Garrincha era ya un caso perdido.

No me aparté un solo instante de su lado, sobre todo después de las advertencias de los médicos. Acompañé su largo y doloroso martirio físico, las piernas dañadas para siempre, el final de su carrera. Fueron demasiadas desgracias juntas para un hombre tan vulnerable.

Después me tocó enfrentar y lidiar la etapa final de su crisis, cuando su salud se desplomó del todo. Garrincha tocó fondo, es verdad, pero nunca se convirtió en un sonámbulo, o en un fantasma, como dijeron, con mala fe, los periodistas.
Lo terrible, lo que jamás olvidaré, aunque ya lo haya perdonado, es que nos dejaron solos en el momento más difícil. No hubo un solo brasileño, de los que lo llamaban “La alegría del pueblo” que se apareciera con algo en la mano o en el corazón. No tuve nadie a quien acudir, porque todo el mundo se desentendió del drama de Garrincha. A la gente le resultaba más fácil echarme la culpa a mí, la cantante de cabaré. La puta devoramachos.

Durante muchos años, el rencor por lo que nos hicieron no me dejaba vivir. Lo tenía atravesado en la garganta. Me afectaba a veces hasta para cantar. Pero un día decidí sepultar todo ese pasado. Ahora prefiero recordar los momentos lindos vividos al lado de Garrincha, viéndolo jugar, amándolo cada mañana y cada noche y oyéndolo decir a cada rato: Mañana va a esta mejor, Criolla. Hoy perdí, mañana voy a ganar. No tenía razón, pero era tan lindo oírselo decir. Sobre todo sabiendo, como lo sabía yo, que lo decía para que lo perdonáramos.


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Entrevista a Pablo Forlan, el padre de Diego...

Ex compañero de Juan Joya en el Peñarol-
Interesantisimo
Ciaoo

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¿Quién le puso el apodo de El Boniato?

Cuando llegué al primer equipo de Peñarol, en el 66, me metieron en una pensión donde había muchos jugadores del interior. Con mi 1,85 era flaquito, y por ahí, el primer día que dormí, alguien me dijo: "¡Este parece un boniato!". Aun así, mi apodo real es 'Cacho'.

Fue usted un defensa derecho de renombre en su país.

Llegué a las inferiores de Peñarol en el 63 para jugar de cinco. Y en un año hice como 12 goles, al siguiente 10... Fue Máspoli quien me subió al primer equipo para ser suplente de un jugador con mucha mística en Uruguay, Néstor Gonçalvez, que jugó 15 años en Peñarol siendo campeón de todo. En ese camino se lesionó un lateral del equipo, jugué en el puesto y ahí me quedé.

¿Le enseñó algo su suegro, el abuelo materno de Diego (Forlán), en esa tarea de defensor?

¡Habla de Corazo! Integró la línea media famosa del Independiente de los años 30, Ferrí, Corazo y Armiñán, pero yo ya lo conocí como técnico. Él y Basile son los dos únicos que pueden presumir de haber ganado dos Copas América. Él salió vencedor en el 59 (Ecuador) y 67 (Montevideo). En esa última selección estuve yo. Diego terminó jugando en el equipo del abuelo, Independiente.

Jugó usted dos Mundiales y una previa, la del 70

Una previa porque entonces, para el del 70, ya estaba en el Sao Paulo y no se permitía repatriar jugadores. Fue el único título que me faltó. Fui campeón uruguayo, de Brasil, campeón del mundo y de América de clubes, de América de selecciones...

¿Cómo era aquel Peñarol que fue campeón de América y del mundo?

Aquel equipo empezaba por un gran portero, Maidana, y después apareció Mazurkiewicz, que para mí fue un monstruo. Debutó en un partido contra el Santos de Pelé, Coutinho, Pepe, Mengálvio y Dorval, donde ganamos 2-1. Ahí sacó de la escuadra un tiro alto de Coutinho y cayó al suelo con la pelota en una mano y empezó su leyenda.

Entiendo.

Y aquel Peñarol terminaba por Spencer, un goleador implacable tanto de cabeza como con el pie. Este ecuatoriano no tendría precio hoy. El Milán se lo quiso llevar y él dijo que no.

¿Estuvo a la altura de los mejores?

Una vez me encontré con Pelé en un hotel. Yo al Negro le vi hacer goles de todo tipo, incluidos los de Maradona, de arrancar de atrás y llevarse a cuatro o cinco. Pero ese día me dijo: "Pablo, cabeceando hubo uno mejor que yo: Spencer".

¿Cuántas veces jugó contra Pelé?

Muchísimas, y hubo muchas broncas. El Negro siempre fue de frente. Le pegabas y venía, ¡y era peligroso! Maradona, con el aprecio que le tengo, no era de reaccionar, y le pegaron toda la vida. Al Negro no, el Negro era malo.

¿Jugó ante Di Stéfano?

Sólo le vi jugar desde la grada. Era un jugador de toda la cancha, armaba, volvía, atacaba, hacía goles Algo parecido a Bobby Charlton.

¿Cuál fue el atacante que le dio a usted más problemas?

Marqué a Gento en el 66 en A Coruña en uno de mis primeros partidos. Era espectacular por su velocidad. Y luego Garrincha, que sólo tenía un amague, pero se lo hacía a todo el mundo porque le daban tres metros entre la posición y la raya. Y ahí morías. Había que mirarle la pelota. Garrincha, y no Pelé, ganó el Mundial de Chile.

¿Qué jugador le impresionó más en una faceta determinada?

El más grande pateador que yo vi fue Nelinho, del Cruzeiro. Ni Rivelino, ni Rocha, ni Roberto Carlos, ninguno le ataba los zapatos. El tiro predilecto de Nelinho era el de los tres dedos, y se lesionó de importancia el menisco precisamente por pegar muchas veces en el piso. La pelota subía la barrera y volcaba. Un día O Globo le hizo una propaganda, con una cámara en el estadio y otra fuera. Y con la pelota en la mano la sacaba de un pateo del Minerao.

¿Cómo recuerda el partido de desempate del 66 ante River en la Copa Libertadores?

Siempre festejamos más este partido que cuando le ganamos la Intercontinental al Madrid. Íbamos perdiendo 2-0 y nos calentamos

¿Por qué?

En esa época no se estilaba parar la pelota con el pecho para un portero. Y con el 2-0, después de un centro mío, remató Spencer y Carrizo hizo ¡plas!, y la dejó muerta con el pecho. Eso nos picó.

¿Sí?

El lío ya venía del partido anterior en Buenos Aires. Allí perdimos 3-2 y al llegar al Alviar, en el hotel estaban 150 personas gritándonos. Ni siquiera nos mandaron el autobús antes del partido, tuvimos que ir en taxis. No pudimos ni calentar, y volvíamos al hotel con la sangre hirviendo. Allí había gente esperándonos: "¡River, River!" Hubo piñazos, una pelea de una hora. Vino la policía y todo. ¡Menudo quilombo!

¿Y qué pasó?

Nos reunió el presidente Washington Catali a las dos de la mañana y nos dijo que íbamos a tener que pagar todos los desperfectos. Nos preguntó que cuándo queríamos jugar el desempate. Le dijimos: "¡A las ocho de la mañana, si se puede!". Teníamos ganas de revancha. Al final ganamos el desempate en el alargue, el tercer gol fue un centro mío. Ahí le tiraron a River las gallinas. Ahora es el equipo Gallina. Aquel equipo tenía a Onega, que murió en accidente, Matosa, Carrizo, Sáinz, Matosas, Solari, el padre de Santi, Sarnari

¿Y qué me dice de la Intercontinental que ganó al Madrid?

Fue un Madrid que tuvo que soportar muchas comparaciones. Pirri fue para mí un gran centrocampista. Era temperamental, agresivo, jugaba A mí me dicen Beckenbauer y yo digo Pirri. Luego Velázquez, un diez con clase. ¡Y Amancio! Un jugador espectacular. Y quedaba Gento. Salimos a ganar en Montevideo. Fue récord de entradas hasta el día de hoy (60.000 personas). Quedó gente afuera. En la vuelta volvimos a ganar 0-2.

Gloria del Peñarol que ganó la Intercontinental

El padre de Diego Forlán jugó como lateral derecho en el equipo de Peñarol más recordado de 1963 a 1970 (en la imagen, junto a sus compañeros). Luego fue a Brasil: Sao Paulo (1970-76) y Cruzeiro (1977). Volvió a su país: Club Nacional (1978) y Defensor Sporting (1979-84). Ganó siete ligas uruguayas y tres campeonatos paulistas, pero será recordado por ganar la Copa Libertadores a River (1966) y luego la Intercontinental al Real Madrid (2-0 en Montevideo y 0-2 en Madrid, donde él no jugó).

"El secreto de mi hijo está en la motricidad"

"Un día, el profesor Julio Giocia, que ahora está en Arabia y que fue entrenador de las juveniles de Uruguay, vio a Diego (al que sostiene en la fotografía de la izquierda) agarrar una pelota con cuatro o cinco añitos. Me dijo: "Pablo, este niño tiene una motricidad de un chaval de ocho o nueve años". Eso pasa con Agüero, con Messi o con Robinho El secreto está en la motricidad. Iba para jugador de tenis. Yo le dije que para llegar a estar entre los 30 mejores del mundo le iba a ser más difícil que jugar en la élite del fútbol".

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domingo, 24 de julio de 2011

Markarian y la Copa America

No tuvo los brillos de la copa america del 2007, sin embargo, Esta copa america tuvo algo especial, TODOS LOS equipos han venido con sus mejores equipos, ahi esta el merito del mejor D.T. de la copa, Sergio Markarian, no se impuso el futbol, sino que fue un campeonato muy equilibrado, da para decir que fue feo?? La 1era fecha obviamente fue fea, pero no se puede tildar de tal a este campeonato, las semis fueron emocionantes, la final fue goleada, y el partido por el 3er puesto fue un 4 a 1. No fue un mal campeonato, mas bien veo que cualquier seleccion europea no va a enfrentar facilmente a las selecciones sudamericanas, veo que los 5, fuera de Brazil que vayan al proximo mundial seran terriblemente fuertes y locales, espero a Peru x esos lares.

Grande Mago, que usted ha demostrado, conocimiento tecnico, tactico, estrategico, liderazgo, y ha hecho de un equipo corto, como Peru una buena seleccion.

Markarian genero una superespectativa cuando llego, el romance decayo un poco, hoy se retoma pero ya no por sus antecedentes sino por la confirmacion de la copa, un maestro este Markarian.

Antes de hablar de algo mas, solo dire que La iniciativa de llevar la copa america a MExico y de fusionar a la copa america Concacaf es una buena idea, potenciara este torneo y lo pondra al nivel de la Eurocopa, ya dejemos de invitar a Japon o a España.

Ciao.


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Cinco cosas que Sergio Markarián le enseñó a la selección en un año



Este es un balance de lo hecho por el técnico de la bicolor durante el tiempo que lleva en el cargo. Perú venció 4-1 a Venezuela con triplete de Paolo


ÁNGEL HUGO PILARES @angelhugo
Enviado especial a Buenos Aires

1. A defender. Markarián, zorro viejo, ha calculado que la mejor forma de que un grupo aprenda a crecer es desde sus carencias. Así, puso énfasis en una tarea que parecía titánica. Puso a Pablo Bengoechea a enseñar a sus jugadores a cabecear y ordenó la línea de cuatro (o tres). Suficiente para que dejemos de contar las derrotas en goleadas.

2. Que los partidos se juegan en todos los frentes. Muchas veces la selección perdía desde antes del pitazo inicial gracias a las presiones sobre el árbitro o sobre la organización. Con su memorable conferencia de prensa del otro día, Markarián dejó claro que los encuentros se afrontan también desde el banquillo, con declaraciones, y poniendo posiciones firmes.

3. Que los partidos no acaban hasta el final. Pregúntate hace cuánto no veías a una selección que no bajaba los brazos hasta el minuto 90. La selección de estos días ha aprendido a buscar los partidos hasta que se acaban. Con éxito o sin él, al parecer ya se acabaron las manos en la cintura, las medias caídas, las manos en la cintura y la mirada baja desde el minuto 70.

4. Que no existe el ‘10’. Más allá de que el técnico puede o no usar un jugador en esa función, lo que ha hecho Markarián es desaparecer la carga simbólica que tenía el tipo con esa camiseta. En el fútbol peruano, se trata de un virtuoso que mueve el balón de lado a lado y que ordena al equipo. Claro, también se trata de alguien que no se mancha el uniforme arrojándose a pelear un balón. Eso, felizmente, dejó de existir.

5. Que el pizarrón vale. Tipo meticuloso, el técnico de la selección sabe mantener a raya a sus jugadores dentro del campo: es decir, les asigna una misión y los convence de que es lo correcto. O lo que es mejor: les mete en la cabeza que todo el plan que tiene cuidadosamente trabajado para el partido se vendría abajo si es que no lo ayudan. Y los jugadores creen en él.

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CHRISTIAN LEBLEBIDJIAN
“La Nación” / GDA

El viento Zonda fue protagonista ayer en esta ciudad, a tal punto que obligó al seleccionado de Perú a finalizar antes de tiempo su entrenamiento en Chacras de Coria. Pero al margen de eso y de lo que ocurra en los cuartos de final contra Colombia, los peruanos viven un momento de felicidad. Un estado de gracia que generó Sergio Markarian, el uruguayo que se enojó en la conferencia de prensa luego de la derrota ante Chile, que prometió “desenmascarar a todos” y que se quejó de los rótulos que pone el fútbol: “Es fácil tildar a un técnico de ofensivo o defensivo; lo que nadie hace es analizar el plantel con el que cuenta”. El enfado no fue con los peruanos, sino con el resto de los comentaristas de la Copa América. El DT dijo: “Me veo en semifinales”, “el partido con Colombia durará 120 minutos” y “quiero volverme el 25 de julio (un día después de la final)”. Tiene 66 años y una larga trayectoria, pero vale contar una anécdota para entender por qué en Perú lo adoran.

EL PERDÓN A FARFÁN
Fue hace unos meses. Guerrero, Vargas y Pizarro caminaban impacientes por una habitación. Los tres referentes intercedían para que el entrenador perdonara a Farfán, protagonista de un nuevo hecho de indisciplina. Se reunieron con Markarian y le dijeron: “Mire, profesor: nosotros vamos a dar la vida por usted, pero no tenemos poderío suficiente como equipo. Si vuelve a convocar a Farfán, tendremos más posibilidades”. El hombre en cuestión no respondió automáticamente. Al día siguiente, volvieron a juntarse esos protagonistas más Farfán, y el técnico explicó: “Voy a hacer una excepción, pero si usted o alguien de ustedes se manda otra macana, no los voy a castigar. Directamente renuncio y listo. ¿De acuerdo? Aunque Perú vaya primero en la eliminatoria. ¡Me voy!”
LOS INICIOS
Su seleccionado necesitó tocar fondo para reaccionar. Hizo el clic el último puesto en la carrera hacia Sudáfrica 2010, pero las frustraciones abarcaron a varios entrenadores: Paulo Autuori y Francisco Maturana, y luego los locales Juan Carlos Oblitas, Julio César Uribe, Freddy Ternero y José Del Solar. Los dirigentes vieron que hacía falta un cambio grande, y que los peruanos que juegan en Europa subestiman a los técnicos nacionales. Así fue como en octubre de 2010 volvió a aparecer el nombre de Markarian, que recibió en Perú el apodo de “Mago” en 1993, cuando asumió en el club Universitario estando penúltimo el equipo y lo sacó campeón. La denominación tomó fuerza en 1997, cuando con Sporting Cristal fue subcampeón de la Copa Libertadores, basando su proyecto en la “disciplina” y la “organización”. Aquel año, cuando en su departamento de Miraflores le preguntaron cuál era el secreto de su éxito, el uruguayo guió al entrevistado a una habitación donde le mostró una base de datos y un seguimiento personal de cada jugador peruano, además de las posibles incorporaciones de extranjeros.
Ahora, con el seleccionado en cuartos de final por la Copa América, muchos recuerdan el inicio del proceso, el respeto que supo ganarse de los futbolistas históricos. Y eso que exige a todos por igual, desde el primer titular hasta el último suplente.
LA MANO DEL ‘MAGO’
¿Cuáles fueron los cambios de Markarian? Cuando acordó con Manuel Burga, el presidente de la Federación Peruana, exigió “unidad”. Armó microciclos de entrenamientos con trabajos especializados por líneas, de lunes a miércoles con los jugadores del ámbito local, y luego, con los de Europa. Convocó a Aguirregaray para que enseñara a saltar a los centrales peruanos; “no puede ser que ante una pelota parada en contra el país tiemble porque los jugadores no se despegan del piso”, arguyó. Citó a su compatriota Bengoechea para que diera clases particulares en tiros libres, y como Pablo le dijo que había muchos “arqueros chiquitos”, Markarian pensó en nacionalizar al argentino Daniel Ferreyra (1,87m), de Cipolletti, de Río Negro (finalmente no lo hizo). Acercó a su psicólogo personal al plantel y le paga de su bolsillo el sueldo. Pidió consenso en la prensa y lo consiguió, pues redujo las críticas. Y con el perdón a Farfán se ganó a los referentes, que lo respetan por eso y por los métodos europeos de entrenamiento, las planificaciones de los partidos y las indicaciones tácticas que dan sus frutos durante los 90 minutos.

También él cedió; se mostró más abierto. Nadie pensaba que indultaría a Acasiete, Farfán, Galliquio y Pizarro, situación heredada del anterior DT por un incidente tras el 0-0 con Brasil de la eliminatoria para Sudáfrica. Lo hizo, aunque no baja la exigencia. “Me he metido de lleno a analizar el libro Deuteronomio, de la Biblia, que narra lo que vivieron los judíos para llegar a la tierra prometida. Algo muy parecido a lo que estamos viviendo: para nosotros, el Mundial en el país de Pelé es la tierra prometida. El gran objetivo es clasificarnos para Brasil 2014”, dice, y la obsesión es lógica: el último Mundial que contó con Perú fue España 1982.
EL MARKARIÁN ESTRATEGA
Markarian no tiene miedo de explicar un cambio táctico. Lo fundamenta. Lo mismo cuando se ve obligado a mover fichas por situaciones presentadas por el rival. Uno puede estar de acuerdo o no, pero sus dirigidos le creen y responden: “Quiero felicitar a mis jugadores, que se han comprometido fuertemente con la selección. Les agradezco el esfuerzo”.
Dicen que Sergio Markarian “ordenó” a Perú, más allá de que de sus trece partidos perdió apenas dos (frente a Panamá y Chile). Luego de una etapa muy mala en resultados y conducta, se sigue un rumbo que quizás no garantice el éxito pero que es algo: un punto de partida. La clasificación para cuartos ya es vista como un logro por hinchas y periodistas, máxime al no contar, por lesiones, con Farfán y Pizarro, “los Messi y Tevez de Perú”, según comparan en Mendoza. El DT explica: “Nadie nos tenía en cuenta. El fútbol peruano ha sufrido muchos años de frustraciones. Tenemos que hacernos fuertes con ese sufrimiento. Esta generación heredó ese peso y aunque no somos los responsables, debemos levantarlo. Hay actitud y compromiso. Y tiene que haber corazón”.

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Markarián: ''No imagino lo que pasará cuando clasifiquemos al Mundial'' 24 de julio de 2011 | 09h24 | actualizado a las 09h42
WALTER DE LA TORRE Directo de La Plata Sergio Markarián no pierde mesura. Ha cumplido un año al mando de la selección colgándose la medalla de bronce y su discurso se mantiene moderado, como aquella mañana de julio pasado en que una multitud de hinchas y periodistas lo recibió en el Jorge Chávez.

Ni el 4-1 del cierre copero ante Venezuela le hace perder su habitual prudencia. Luce agotado, pero premia nuestra vigilia con una breve charla en el lobby del hotel. Le contamos que Lima vive sus horas más felices, que en las redes sociales los peruanos lo postulan como presidente, y por un instante se echa a soñar con la pregunta: 'Profe', ¿se imagina cómo celebrará el Perú la clasificación a Brasil 2014?

''No puedo imaginar lo que va a pasar cuando clasifiquemos al Mundial. Gracias a la gente por el apoyo a este grupo de jugadores. Gracias al Perú por la oportunidad que nos ha dado. Y gracias a Dios porque estamos bien de salud y compartiendo este momento con todos. Pero queda mucho por delante. Hay que tomar las cosas con calma'', comenta el DT en el inicio del diálogo.

''No hemos ganados nada, seguimos siendo los últimos de las Eliminatorias. Lo he dicho reiteradamente, esto estuvo bueno, pero queremos más, tenemos hambre de darle al fútbol peruano un mejor lugar. Insisto en esto: el verdadero triunfo no es que es esta selección gane algo, sino que logremos las reformas estructurales que el fútbol necesita, y cambiemos el perfil del futbolista peruano'', anota el estratega uruguayo.

''El cambio lo tenemos que hacer hoy. Este tercer lugar en la Copa nos da un liderazgo de opinión para hacer los cambios que se tienen que hacer. Que la gente celebre, me parece bárbaro, pero mañana hay que enfrentarse a las obligaciones de todos los días, hay que seguir trabajando. Esperemos que esto siga, que podamos hacer una gran Eliminatoria, y que vayamos al Mundial de Brasil. Hemos empezado bien, pero el camino es muy largo'', añade el 'Mago', en su insistencia por bajarle los decibeles a tanta celebración.

''Hemos cumplido un año de trabajo y el hincha sabe que no le hemos mentido, que empezamos de cero. Hoy empezamos a tener un plantel, el equipo lo completaremos cuando estén listas las fieritas que nos faltan. Es un buen inicio, pero de verdad, creo que aún no hemos hecho nada''.

La pregunta de cierre es por Paolo Guerrero, el goleador que él ha recuperado en este Copa. ¿Es el mejor jugador del torneo? ''En una Copa en la que no ha habido muchas figuras, creo que Paolo anduvo muy bien, destacó y sus cinco goles lo ponen en una gran posición para ser el mejor jugador del torneo''.


por: Terra

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24-07-2011

Uruguay dio cátedra ante Paraguay y, con dos goles de Cachavacha Forlán, que hace más de un año no la metía con la Celeste, más uno de Suárez, se coronó como el máximo ganador de la Copa América, con 15 títulos. Así, relegó al segundo puesto a Argentina, que suma 14.


Da gusto. Así da gusto. Que gane el mejor, claro, siempre tiene un sabor a justicia. Y eso es lo que pasó con este Uruguay de Tabárez, campeón de campeones de Copa América. Sin dudas, el mejor de toda esta Copa América que tuvimos que ver desde afuera desde cuartos de final en adelante. ¿Es un aliciente haber quedado eliminados por el campeón? No, para nada, el fracaso de la Selección excede al rival que nos dejó afuera. Uruguay fue más que todos, demostrando que lo del Mundial, el cuarto puesto, no fue casualidad sino causalidad de un laburo serio y ordenado, a consciencia, con una estructura que lo solventa. Talento más laburo no es sinónimo de éxito, pero seguro que así es más fácil conseguir objetivos, mucho más probable.

Uruguay quiso el gran desafío desde primera ronda y buscó enfrentar a la Selección en cuartos de final. Y después de ganarle en los penales, se sintió capaz de todo. Y pasó a Perú y salió a demostrar contra Paraguay por qué era candidato, por qué merecía llevarse la Copa, transformarse en el más ganador de Copas América. Y ese arranque, ese primer tiempo, fue el fiel reflejo de la ideología del equipo: presión, ataque, compromiso, hambre de ganar y talento de jugadores como Suárez, un monstruo, figura de la Copa. Contra un Paraguay que es menos en lo individual y colectivo, que fue avasallado en ese PT y que en el segundo fue como pudo, con lo que tuvo.

Este equipo de Tabárez es serio de punta a punta: empezando por defender con la presión de Suárez y Forlán, y siguiendo con un equipo compacto en todas sus líneas. Con un 4-4-2 y una columna vertebral: Muslera-Lugano y los dos delanteros, más un doble 5 mordedor (cómo mete Arévalo Ríos). Más allá de ese dibujo, claro, hay características que lo distinguen, que lo fortalecen: el orden, la garra, el equilibrio. El equipo, precisamente. Acá hay equipo en la cancha y afuera, se notó claramente en el festejo colectivo del gol de Forlán, que venía seco. Todos lo felicitaban a él, especialmente. Hay un espíritu detrás de lo colectivo, por encima de cualquier individualismo.

El éxito de Uruguay demuestra que con trabajo y con un rumbo claro, siempre es más sencillo. Bajo la batuta del Maestro Tabárez, laburador y no de los verseros ni románticos, dejó en claro que es sanata eso de que se hace difícil armar un equipo con tantos que juegan en Europa (de los titulares, había nueve de 11). Que eso no es impedimento, sino al contrario, argumento para armar algo importante con talentos y gente de experiencia europea en grandes ligas. Sin ser la octava maravilla, Uruguay es un equipo en serio, lejos de aquéllos que se destacaban más por el juego brusco o por ensuciar partidos. Es un campeón que fue de menos a más, que se fue sintiendo cada vez más seguro. Un campeón para sacarse el sombrero con este 3-0. Lo tenemos cerca, será cuestión de mirar un poco más detrás del charco.

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2011

Nicolás Leoz, capo de Conmebol, confirmó que la próxima edición de la Copa América se hará en Brasil. Ya tenían asegurada la Copa de las Confederaciones 2013, el Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos 2016.


El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Nicolás Leoz, confirmó que la próxima edición de la Copa América se jugará en 2015 en Brasil.

"La Confederación había decidido establecer la rotación por orden alfabético y se ha respetado con muy buenos resultados. Según esa disposición, la próxima Copa le corresponde a Brasil", declaró Leoz a la agencia.

El máximo dirigente del fútbol sudamericano rechazó así versiones sobre un posible cambio de sede del torneo, ya que Brasil albergará una intensa agenda de grandes certámenes deportivos, con La Copa Confederaciones 2013, el Mundial de fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos en 2016.


Informaciones periodísticas citaron incluso negociaciones para llevar en 2015 la Copa América a México, nación invitada a las últimas ediciones del torneo sudamericano.

Igualmente, Leoz también le aseguró a la agencia alemana de noticias que la Copa América y la de Oro (propia de Concacaf) podrían fusionarse para construir una nueva competencia continental mucho más abarcativa. “Es posible ampliar la geografía competitiva. Aunque es una determinación que merece un tratamiento prudente”, agregó.



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Peru 3er puesto, Uruguay Campeon de la Copa America, y Guerrero, Suarez y Forlan


Peru goleo 4 a 1 a Venezuela, un partido parejo, donde el oficio de los delanteros Peruanos Chiroque y Guerrero hicieron la diferencia, el extraordinario estado fisico de los venecos fue contrarestado por el pressing, toque y anticipacion del mediocampo peruano, ese enano chiroque definitivamente es una revelacion, a diferencia de los Paolo Maldonao, Aldo Olcese, Burrito Ascoy, etc, etc Este enano habilidoso, suerte de Messi de Morropon la rompio e hizo estragos cuando le toco jugar, el primero fue una excepcional combinacion con Guerrero donde Guerrero se la pasa, luego hizo lo suyo, el partido estuvo parejo hasta a 15 del final, ganando 2 a 1, pasa que cuando Venezuela encimo peligrosamente descuido la retaguardia y a un delantero del primer mundo como Paolo no puedes darle un cachito, TE VACUNA!

Al final 4 a 1, donde Paolo mete Hat Trick, y a mi juicio se convierte en el jugador de la copa america, tambien Suarez tambien Forlan, pero creo que Paolo tuvo un mayor trabajo, Peru no siempre ataca, y jugo bien desde el 1er partido.

Ahi esta el exito de este Peru, Markarian, potencio y saco varios jugadores como Ramos, Cruzado, Yotun, Chiroque, Balbin, entre otros, hizo lo que se le pidio a Oblitas, Autori, Maturana, Ternero y Chemo, Convirtio a buenos jugadores de liga en jugadores con nivel internacional. Todo en base a trabajo cientifico, metodico, liderazgo motivacion y con la comprobacion en base a resultados, con la obtencion de mistica.

Peru subio al podio del tercer puesto, Gano respeto y demostro que sera un hueso duro de roer, Convirtio a Guerrero y a Vargas en sus estandartes y cuando Farfan reemplace a Advincula, tendra un tercer Crack en el equipo, Lo de Pizarro tendra que ser sincero con el goleador del bremen, No podra ser mas el mejor jugador peruano ni primera opcion, debido a que a sus 33años y con cada vez mas lesiones, su mejor momento ya paso, y debera si quiere remar a favor de Peru, entrar despues de Guerrero o como segunda opcion, dificil de asumir para El, dado su recorrido, pero justo en base a lso resultados obtenidos. Lo que no podemos decir es que no es necesario... Las eliminatorias son diferentes.

Guerrero el jugador de la copa america, no es el crack comun del futbol peruano, acostumbrado a ver a Cubillas, Cuetos, Perico Leon, y hoy en dia Pizarro, Palacios, Farfan, es mas bien un guerrero haciendo honor a su apellido, un tipo que deja todo en la cancha, alguien que no queire perder nunca y q ha demostrado que no es bueno, la pasa bien corto largo, dificilmente la pierde y que puede tambien jugar de volante, para ubicar al compañero mejor acomodado. Se ha impuesto como Forlan a sus limitaciones y espero que sea contratado por un mejor cuadro, escuche el atletico de Madrid, sera?

Pasando ahora al equipo mas noble de Sudamerica, Uruguay con dos verdaderos cracks, un 10 de aquellos como Forlan y un delantero matador como Suarez, y un equipo de 8 guerreros atras comandados por Lugano el mejor central de America y un arquerazo como Muslera demostro que hoy en dia esta al nivel de Argentina y Brazil, que todo lo hace desde la humildad, desde atras, que es un equipo humilde en tanto q ya no se basan en los logros pasados, sino que estos los motivan pero lo toman con mucha cautela pues el pasado no define el futuro, el futuro esta escrito por uno mismo.

Forlan fue quiza el mejor 10 de la copa, sin embargo no vimos al mejor Forlan, yo pense que mataria debido a que su pelea con el anterior D.T. Quique le hizo no jugar mucho, sin embargo se le vio en los 3 primeros partidos poco fino para definir, luego frente a Peru y a Argentina mejoro harto, es que forlan es un jugador de Raza, su abuelo campeon de la copa america Como D.T. Juan Carlos Corazo, y su padre Pablo Forlan campeon con Peñarol y de la copa america., hoy fue el mejor del partido en la final, Uruguay le metio 3 a un desgastadisimo Paraguay, que no se como llego a la esta final, pero Llego, no pudo con la garra Charrua, dio muestras de coraje, pero no pudo nunca con el solvente trabajo Uruguayo.

Forlan fuera de cumplir la tradicion familiar, alcanzo al gran Hector Scarone, el 1er mejor jugador jugador del mundo de manera unanime, un crack que fue aplaudido por todo los entendidos en las olimpiadas del 24 y del 28, y campeon del mundo en el 1er Mundial, es decir, igual a un Idolo de Idolos para el futbol yourugua. Este Forlan no tiene la espectacularidad de Messi, CR7, o varios cracks, lo que llama la atencion y ami particularmente me hacen su hincha, y lo constituyen en mi jugador favorito, es que juega siempre al limite de sus capacidades, y termina en base obviamente a sus capacidades tecnicas pero por sobre todo a su mistica de crack, a su inteligencia tactica, y a su condicion de lider convirtiendose en EL JUGADOR, en el tipo si puede la metera, pero que si tiene que asistir lo hara. 3 de sus mejores campañas, Atletico de Madrid campeon de la euroliga 2010, Uruguay 4to del mundial y el como mejor jugador de Sudafrica y esta copa america seran hitos, de este noble crack.

Este Crack no tiene Barzas ni Real MAdrids atras suyos, lo de El esta siempre rodeado de algun crack mas a su lado como Suarez o el Kun Aguero y Degea, y listo, luego hablamos de plantillas justas con mucha mistica, donde El termina siendo el lider de la camada... Este crack no es de los equipos millonarios ni con creditos ilimitados, es esfuerzo, trabajo, y mucha humildad, probablemente Esta al nivel de Hector Scarone, de Pp Schiaffino, ya supero a Recoba y a Francesoli, quiza el mejor jugador del futbol uruguayo aun tenga mucho que darnos pese a sus 32años, Espero Brazil lo vea aun radiante y crack.

Ciao.

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eL COMERCIO

Chiroque es la verdadera estrella de la Copa para columnista de ESPN



Washington Cucurto considera que el delantero peruano demuestra que “el fútbol no está muerto en su lucha contra los robots del fútbol moderno”

A sus 31 años, William Chiroque demostró una habilidad muy juvenil durante su participación en la Copa América y tuvo gran exposición mediática por su buen arte con el balón frente a rivales de mayor estatura.

Este menudo jugador peruano, que coronó su desempeño con un gol en la victoria peruana ante Venezuela, ha sido considerado hoy como la “verdadera estrella” del torneo continental por un columnista de la página web de la reconocida cadena deportiva, ESPN.

El también escritor y poeta argentino Washington Cucurto le dedica su columna de hoy al futbolista norteño, y plantea una comparación con un particular sustento.

“¡Viva William Chiroque, que es distinto, que nos demuestra con su manera de jugar simpática que el fútbol no está muerto en su lucha contra los robots del fútbol moderno!”, dice ‘Cucu’ sobre el peruano.

¿Pero a qué se refiere el gaucho con eso de “robots”? Según considera, son “tipos sin sentimientos, millonarios en un continente de pobres, pero también absolutamente previsibles como Suárez, Pereira, Cambiasso, Mascherano, Maicon, o los paraguayos Ortigoza y Haedo Valdez”.

Asimismo, considera que “desde su humilde puesto, con su pequeñez física, nos da una lección de vida a todos”, porque William Chiroque “no es una superestrella y representa el triunfo del hombre esforzado, del hombre común que lucha contra sus propias deficiencias

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Chiroque cambiará el mundoEl jugador peruano es la verdadera estrella de la opa América



EFE
Perú festejo el tercer puesto en la Copa AméricaBUENOS AIRES -- Paolo Guerrero, uno de los mejores delanteros de la Copa, tuvo su noche de sueños y convirtió tres goles, dejó a Perú con el tercer puesto y a su técnico Markarian hablando "rarezas" en la conferencia de prensa después del partido.

Extravagante y polémico, sin dudas, este director técnico que, parecería apostar mucho más a las declaraciones que al juego en sí. Pero vamos al partido que es lo que importa.

El partido fue muy bueno, casi una final. Los dos salieron a ganar y eso permitió que el espectáculo crezca, en definitiva. Sin artilugios defensivos o especulaciones inteligentes, los dos equipos jugaron con todo.

Ganó Perú y estoy triste y contento a la vez, son mis dos selecciones más queridas, las que merecieron llegar más alto que los dos equipos que jugarán la final. Pero el egoísmo reina en el mundo.

Pero también tengo que pensar que las dos ganaron, son las verdaderas campeonas: Perú que luchó contra su imposibilidad y Venezuela que luchó contra su historia y su tradición.

Quiero hablar dos palabras de un jugador especial: William Chiroque. ¡Viva William Chiroque, que es distinto, que nos demuestra con su manera de jugar simpática que el fútbol no está muerto en su lucha contra los robots del fútbol moderno!

Robots: tipos sin sentimientos, millonarios en un continente de pobres, pero también absolutamente previsibles como Suárez, Pereira, Cambiasso, Mascherano, Maicon, o los paraguayos Ortigoza y Haedo Valdez, grandes jugadores todos, pero más cercanos a robots que a seres humanos.

En William Chiroque en cambio, vive la humanidad, la vida cotidiana misma con sus errores diarios. ¡Es tiernamente vulnerable! Diganmé, ¿no da la sensación cuando Chiroque agarra la pelota que cualquiera se la puede sacar?

No nos da miedo, es humano, es tiernamente querible, Chiroque se cae, se la sacan, pero también puede gambetear a dos o tres robots uruguayos o brasileños. Desde su humilde puesto, con su pequeñez física, nos da una lección de vida a todos.

Chiroque es un hombre como usted, o como su vecino, tal vez, que está leyendo del otro lado, no es una superestrella y representa el triunfo del hombre esforzado, del hombre común que lucha contra sus propias deficiencias. Por eso, para mí es el gran jugador de la Copa. Todos los demás jugadores, estrellas en Europa, son fotocopias de sí mismos, todos juegan igual.

Van a elegir a Forlán, a Suárez, tal vez a Haedo Valdez, como los mejores jugadores de esta Copa, tipos sin onda y sin sangre en las venas, señores a los que lo único que les importa es ganar a cualquier precio. Tipos formateados para este mundo del éxito en el que vivimos.

Pero el fútbol es digno. Todavía jugando se pueden transmitir muchas cosas, casi sin hablar, pateando una pelota, todavía se pueden decir muchos mensajes.

Por su manera de jugar un hombre bueno puede mostrar su identidad al mundo. Es que en el fondo, queridos lectores, el fútbol no es un deporte para ganar miles de euros. El fútbol es digno y nos enseña y nos muestra el camino, ya verán.

Escuchen bien lo que les digo, los millones de hombres como William Chiroque cambiarán el mundo.



Washington Cucurto es escritor y poeta. Aunque su nombre real es Santiago Vega, él prefiere que lo llamen simplemente \"Cucu\". Su obra siempre recurre a las minorías y a los marginales y entre sus publicaciones se destacan Cosa de negros (2003) y Las aventuras del señor maíz (2005). Además creó Eloisa Cartonera, una editorial que publica libros de autores inéditos latinoamericanos, realizados con cartón. Actualmente está terminando una biografía de Don Ramón, personaje del Chavo del 8. Consulta su archivo de columnas.


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dIARIO as

URUGUAY 3 - PARAGUAY 0 | COPA AMÉRICA

Uruguay, rey de América

Luis Suárez y Forlán, que hizo doblete, marcaron los goles que dieron a Uruguay su 15ª Copa América, más que nadie. Paraguay empató todos sus partidos menos la final, que la perdió

ÓSCAR GARCÍA | 24/07/2011


Alguien escribió una vez que Montevideo es un campo de fútbol con casas y la definición podría extenderse a todo el territorio uruguayo. Uruguay es un pequeño país en el que las mujeres no tienen niños, sino que dan a luz futbolistas. Allí nacen campeones, deportistas de carácter irreductible que han escrito páginas brillantes en la historia de los Mundiales de fútbol y de los Juegos Olímpicos y que ya pueden presumir de haber ganado más Copas América que nadie. 15 veces salió campeón y otras tantas dio la vuelta olímpica, la última en el estadio Monumental después de superar con justicia y pocos apuros a la limitada selección de Paraguay, que empató todos sus encuentros en el torneo menos la final, que la perdió.

El inicio de Uruguay fue arrollador, esperanzador después de la desalentadora Copa América sufrida. Pero fue sólo un rato de fútbol y muchos minutos de enredo, de lucha. Se cargó Uruguay de amarillas innecesarias, de esas que no sirven para amedrentar al rival y lo único que logran es condicionar tu juego.

Pero no tardó Uruguay en encontrar lo que buscaba. Fue a los 12 minutos cuando Luis Suárez convirtió el primer gol. La pelota le llegó por casualidad, como sucedió casi todo en este torneo, y superó con algo de suerte a Justo Villar, el portero que durante el campeonato viajó por los campos de Argentina abrazado a la fortuna.

El gol bien pudo llegar antes si el árbitro brasileño Salvio Fagundes hubiera señalado penalti por una clara mano de Ortigoza en un remate de cabeza de Coates. Evitó el tanto y se mereció la expulsión.

Uruguay ya era, y continuó siendo, muy superior y Paraguay no encontró respuesta, porque tampoco supo dónde debía buscarla. Salió a ver la vida pasar y la vida le pasó por delante sin saber cómo actuar. Y es que Paraguay es una selección capaz de evitar que las cosas pasen, pero incapaz de provocar ella los acontecimientos. Esta vez hasta defendió mal, no se posicionó bien. Arruinó así toda opción que pudiera tener de acercarse al título.

Sin argumentos para cambiar la dirección del partido, Paraguay se quedó con las vergüenzas al aire cuando fue obligado a atacar. Uruguay se replegó, dio varios pasos hacia atrás, quizá porque es algo que también va en su carácter y no lo puede evitar, y el choque pareció equilibrarse de forma ficticia. Pero no había disputa posible y Uruguay sólo necesitó recomponer algo esa figura que había descuidado y adelantar las líneas para asestar un nuevo golpe a los paraguayos.

Se esforzó Villar por dejar todo en su sitio y le ganó en un mano a mano a Forlán, que no perdonó a tres minutos del descanso. Arévalo Ríos, el inagotable centrocampista uruguayo, excelente en la interpretación táctica que hace de los partidos, robó un balón y se lo cedió a Forlán para que batiera con un potente zurdazo a Villar. Hasta ese momento, Forlán había vivido de espaldas al gol, pero había sabido suplir su falta de acierto en el remate con un valiosísimo trabajo para el equipo. Nadie se benefició más de sus movimientos dentro del campo que Luis Suárez. Excelente torneo el completado por Forlán.

Uruguay salió de los vestuarios con los nervios de la mano, impreciso y con unas dudas que no tenían razón de ser. No vio el balón y Paraguay se creyó con todo el derecho de buscar su momento, de poner en un aprieto a un rival que si lo pasó mal fue por esa angustia que pareció entrarle por estar tan cerca del triunfo y, sobre todo, por renunciar a tener la pelota.

Ortigoza, desaparecido durante toda la tarde, se inventó un excelente pase a Valdez, que sin dejar caer el balón lo golpeó con fuerza para mandarlo al larguero después de que lo rozara Muslera, inédito hasta entonces. Faltaba más de media hora y ahí se agotaron las oportunidades paraguayas.

Llegó después el momento de dar aire a los equipos. Cavani sustituyó a Álvaro Pereira en Uruguay y respondió Paraguay con la entrada de Hernán Pérez y Estigarribia por Vera y Cáceres. El movimiento lo completo Eguren al reemplazar a Diego Pérez, agotado de tanto correr, luchar y pegar. Y en sus pies tuvo Eguren el tercer gol, pero la mano milagrosa de Justo Villar lo evitó.

La entrada de Lucas Barrios por Zeballos sólo fue el último intento de Paraguay por evitar su primera derrota en todo el torneo. Una derrota que le alejó de un título al que su fútbol nunca le acercó y que Diego Forlán se encargó de agrandar con un nuevo gol que cerró un campeonato mediocre.

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Copa América | Perú 4 - Venezuela 1

Bronce para Perú y Guerrero se sitúa pichichi del torneo

Hat-trick del delantero de los incas

. De La Calle | 24/07/2011


Perú se hizo con una final de consolación que resultó realmente entretenida. Las defensas dejaron trabajar con alegría a los centrocampistas y el resultado fue un partido vertical y ofensivo que resultó divertido para los pocos aficionados que se acercaron el estadio de La Plata a presenciar el encuentro. El duelo arrancó con dominio peruano, pero mediada la primera parte Venezuela se hizo con el control del partido y comenzaron a disponer de ocasiones: Maldonado, Miku, Orozco... Fue entonces cuando una contra bien llevada por Guerrero y Chiroque terminó con un gol del segundo que adelantó a los peruanos.

Arreón. En la segunda mitad fue la vinotinto la que tomó el mando y dispuso de cuatro ocasiones claras ante la meta de Fernández. Pero los arietes venezolanos no tuvieron su día. Y ante ese panorama, Perú comenzó a enlazar contras con Guerrero arriba. El arreón de Venezuela trajo consigo el gol de Arango y el empate pudo llegar, pero al final Perú sentenció con hat-trick de Guerrero, pichichi con 5 tantos. Venezuela murió de pie. Por supuesto.

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COPA AMÉRICA 2011

'Mi abuelo, mi padre y yo... Es un orgullo para la familia'

"Era un partido complicado, lo sabíamos, pero el equipo estaba bien. Los goles y cómo empezó Uruguay, nos benefició", ha explicado el delantero del Atlético de Madrid, autor de dos de los tres goles de la final.

AS.com/EFE | 24/07/2011


Diego Forlán, que ha marcado dos de los tres goles de Uruguay en la final de la Copa América ante Paraguay, ha reconocido: "Mi abuelo lo ganó, mi padre lo ganó y yo ahora. Es un orgullo para la familia". El punta se refirió de esta manera a Juan Carlos Corazo, su abuelo materno, y a su padre, Pablo Forlán, un gran futbolista del Peñarol de Montevideo.

"Estamos contentos, para todo Uruguay, para toda la gente, a festejar", subrayó.

Sobre el partido ha matizado: "Era un partido complicado, lo sabíamos, pero el equipo estaba bien. Los goles y cómo empezó Uruguay, nos benefició".

Forlán iguala a Scarone como máximo goleador de la historia de Uruguay

Diego Forlán, delantero de Uruguay, igualó hoy a Héctor Scarone como el máximo goleador histórico de su selección, con 31 tantos, al marcar dos dianas en la final de la Copa América 2011, en la que lideró el decimoquinto título continental del combinado celeste.

El atacante, el futbolista que más encuentros ha disputado en la historia de la selección celeste, con 82, ya por delante de Rodolfo Rodríguez, portero de Uruguay en la década de los setenta y ochenta, alcanzó un nuevo récord con el equipo de su país, el de máximo goleador. Ya lleva 31 goles, los mismos que Héctor Scarone.

Hoy, Forlán, mejor jugador y máximo goleador del Mundial de Sudáfrica 2010, marcó dos tantos, los trigésimo y trigésimo primero de su carrera con la camiseta celeste, con la que debutó hace más de nueve años, el 27 de marzo de 2002, en un encuentro ante Arabia Saudí.

Además, el atacante, un especialista del gol que cuenta en su palmarés con dos Botas de Oro al máximo anotador de las Ligas europeas en 2004-05, con el Villarreal, y 2008-09, con el Atlético de Madrid, rompió su sequía goleadora de los últimos doce choques con la selección, en los que no había batido la portería rival.

Antes de la disputa del torneo, no marcó en las victorias contra China (0-4), Irlanda (2-3) y Estonia (3-0) ni en el empate con Holanda (1-1) ni en las derrotas con Chile (2-0), Estonia (2-0) y Alemania (2-1), además de los cinco duelos en esta Copa América con Chile (1-1), Perú (1-1 y 2-0), México (1-0) y Argentina (1-1), en los que completó una brillante actuación, pero sin goles.

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