Las dos selecciones preferidas del publico MUNDIAL son por antonomasia Brazil, debido a la dos generaciones que lidero Pele, y los antecedentes del 38 y del 50, y Argentina por la calidad, de sus jugadores Diego encabezando la lista, por la sensibilidad de varios D.Ts. y por algunos grandes equipos, no tanto a nivel de seleccion., en sintesis POR BUEN JUEGO!!!!
Quedaban en la retina 5 equipos: Wunderteam Austriaco del 36, Magiares Hungaros del 54, Holanda del 74, Brazil y Francia del 82, Nunca campeonaron, ante lo cual, exceptuando a Brazil y al Wunderteam, los otros 3 fueron vencidos precisamente por Alemanes, por teutones, porque estos tienen en el chip mental la chapa de tirarse abajo a superequipos.
Esta vez, España estaba readvertida, y no paso eso.
Porque le doy vueltas a esto? Porque España tiene por liga, por jugadores, y por estilo de juego la posibilidad de en este siglo 21, adherir HINCHAS y simpatias, y convertirse porfin en la gran abanderada Europea de un gran estilo de juego, donde Ganas, Gustas y cuando puedes Goleas.
Que le falta a Esta España solo un Messi y un Rooney. Es decir un diferente y un killer...lastima el mal mundial de ambos.
Ojala Esta España logre eso, porque la verdad, los campeones europeos no se han caracterizado por ser Teams de gran espectaculo sino mas bien amarretes...
Este mundial supero al anterior, y ojo, el 2014, se viene otro mundial en Sudamerica, habra mucha fiesta, y los sudamericanos ya dieron la campanada este mundial, para el otro querran la gloria!!!!! Los equipos sudamericanos llegaran con una eliminatoria muy muy fuerte, ya saben europeos, la unica forma es la Holandesa o a laEspañola, A jugar, olvidemosnos de esas tacticas apostando al Cero, espero que con este y el prox. estan sean vencidas...
Volviendo a España de sello catalan, tiene como bases, el largo plazo, la formacion de menores, el buen juego de futbol pero preparados para los mourinhos, los sistemas cerrados, de dirigentes inteligentes y preparados,...interesante liga española donde ahora vendra el huracan mourinho y modificara o preparara para bien los conceptos y los estilos.
...Por lo pronto ese estilo ya tiene nombre, si la zamba es Jogobonito, si la destreza argentina es gambeta gaucha, este estilo español se llama Tikitaca.
Chau.
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REPORTAJE: SUDÁFRICA 2010 - ESPAÑA-HOLANDA, GRAN FINAL DEL MUNDIAL
La final de Johan Cruyff
El legendario holandés se siente más cercano a La Roja, que simboliza la evolución del juego que abanderó en los años setenta y en el Barça, mientras que la 'oranje' señala más su recesión
Johan Cruyff comenzó la Copa del Mundo con la esperanza de que España triunfara futbolísticamente y el deseo de que las cosas le fueran bien a Holanda. Ambos deseos se han cumplido, para mayor gloria de El Profeta, y a mitad de camino, a caballo de Sudáfrica y su residencia de El Montanyà, ha tenido tiempo incluso de devolver la insignia de presidente de honor del Barcelona. No necesita ninguna distinción, ni siquiera acreditación, para ser reconocido como uno de los personajes más fascinantes del fútbol. Ni siquiera ha precisado ganar el Mundial para ser considerado uno de los mejores campeones de la historia porque la grandeza no se mide necesariamente por los trofeos obtenidos, sino también por la influencia que provocan determinadas maneras de entender el juego. Más que la final de Cruyff, que también, el partido del domingo en Johanesburgo supone sobre todo el triunfo del cruyffismo como religión universal
"¿Con quién voy?, se pregunta Cruyff en su articulo de El Periódico. "Soy holandés, pero defiendo el fútbol que juega España", se responde. La misma afirmación que transmitió a EL PAÍS nada más comenzar el torneo. El drama de Cruyff es que se siente más cercano a la selección española que a la holandesa porque La Roja simboliza la evolución del juego que abanderó en la década de los setenta, regularmente reflejado en el Barça, mientras que la oranje señala más su recesión. El punto de partida continúa siendo la Holanda de 1974. Nunca levantó el trofeo, como tampoco la Hungría de 1954. Sin embargo, ambas se ganaron la credibilidad que nunca tuvieron selecciones coronadas, seguramente con la excepción de Brasil. Juegue quien juegue, la canarinha siempre será esclava del impacto que provocó su artística actuación en el Mundial de México 1970, cuando llegó a formar con cinco dieces en la delantera: Jairzinho, Gerson, Tostão, Pelé y Rivelino.
A Cruyff le da igual que el fútbol le deba una Copa a Holanda. A veces son los equipos pequeños los que se cobran las grandes deudas. La Quinta del Buitre nunca ganó la Copa de Europa y, sin embargo, su huella futbolística fue especialmente benigna para el fútbol español. Más trascendente fue todavía la onda expansiva del dream team de Cruyff. El éxito actual del fútbol español, y también el de La Roja, se explica precisamente por fenómenos como los vividos durante los ochenta en el Madrid y los noventa en el Barça. Nunca fueron éxitos nominales sino colectivos. Jamás se les conocerá por el nombre de un futbolista o un entrenador determinado, o por un cheque al portador, sino que han pasado a la posteridad por su espíritu asociativo, solidario, total, respetuoso con las leyes del fútbol, deporte de equipo por excelencia, nunca una competición individual. Ahí está la diferencia entre Diego Armando Maradona y Cruyff. Ambos han trascendido de manera muy diferente.
La Roja está impregnada del espíritu de Cruyff y de la estética del Barça, de la misma manera que tiene los rasgos reconocibles del gen competitivo del Madrid, la épica española de toda la vida, y se mantiene permeable a las influencias propias del momento futbolístico. El toque de Xavi, la garra de Ramos, el gol de Villa, el despliegue de Xabi Alonso o la naturalidad de Capdevila se complementan extraordinariamente en un equipo plurinacional que juega con la pelota del Barça. El fútbol pertenece al equipo azulgrana, la administración y gestión la llevan figuras del madridismo y el presidente es un vasco. Y la mayoría de los aficionados sienten suya la selección porque el debate de los clubes ha sido sustituido por el sentido de la identificación y pertenencia al juego. Ya no se trata de defender la furia, sino de presumir de una forma de atacar, sin complejos, provocando la admiración de los rivales, resaltando una serie de valores.
España no admite personalismos de ningún tipo ni permite el culto al egoísmo. La prensa argentina subrayaba al inicio del torneo: "A España le falta Messi". A día de hoy, a punto de finalizar el campeonato, se oye: "A Argentina le falta Xavi". Los triunfos no tienen propietario ni llevan la firma de un entrenador. Vicente del Bosque no quiere ni ser ni parecerse a José Mourinho y esquiva cualquier polémica con Luis Aragonés. "Las cosas de Luis" han pasado a mejor vida.
Imposible practicar el individualismo en La Roja. Las figuras están mal vistas en la cancha, en los despachos y en las salas de prensa. El sentido común y la discreción se impone al periodismo a distancia o de despacho y a la banalización. Casillas es noticia por sus paradas y no por su noviazgo con Sara Carbonero. También el politiqueo interesado está mal visto y ya no se pregunta por el color de las medias de los jugadores que son catalanes o vascos ni se mira qué jugadores se ponen más o menos trascendentes cuando suena el himno.
Tampoco se mercadea. No se compra ni se vende, sino que se juega. El valor del fútbol es un intangible al que ha contribuido mucha gente, sobre todo los discípulos de Cruyff y de La Naranja Mecánica. Louis van Gaal, por ejemplo, presente también en selecciones como la alemana o la holandesa además de la española. Y muy especialmente Pep Guardiola, un cruyffista radical, el mejor a la hora de desarrollar el juego del holandés. Ahí están Busquets y Pedro, dos futbolistas que hace dos temporadas militaban en la Tercera División al igual que el alemán Müller.
Los españoles juegan de memoria, tienen los automatismos muy aprendidos y su repertorio es tan importante que son muy capaces de resolver el mejor de los partidos con un córner. No desprecian ninguna de las suertes del fútbol. Únicamente se imponen tener la pelota y jugar en el campo del contrario, circunstancia que convierte el trabajo defensivo en un exigente ejercicio de tensión y concentración, tan imprescindible como la fluidez y la velocidad de circulación en el juego de los medios y la versatilidad, profundidad y dinamismo de los delanteros.
Posesión, presión y precisión. Al adversario no le queda más remedio que correr detrás del balón y de los españoles. La furia pasó a mejor vida y Cruyff siente hoy que La Roja está más cerca de la selección holandesa que perdió el Mundial de 1974 que de la que disputará el título en Johanesburgo. "España es la copia del Barça", escribe Cruyff, entusiasmado con Guardiola y más receloso con Bert van Marwijk, y sus ayudantes, Frank de Boer y Cocu, que ya pertenecen a una generación distinta de la que tuvo en el Barça, más cercana a Van Gaal.
Ahí está el éxito de Cruyff por encima de cualquier Copa. El fútbol que propagó perdurará siempre a partir de equipos como La Roja. Hoy, todos los equipos quieren ser España, gane o no el título, de la misma manera que antes la mayoría quería parecerse a Holanda por sus finales de 1974 y 1978. Difícilmente puede haber una mejor victoria y un mayor honor.
Cruyff se sentirá orgulloso el domingo de la final. A un lado, Holanda, una selección que, en palabras del periodista Simon Kuper, refleja "la inteligencia nacional del fútbol más que la calidad individual de los jugadores". Y al otro, España, la versión más modernizada de La Naranja Mecánica, sin grandilocuencia, a la española si se quiere, heredera del fútbol más revolucionario, aquel en que el espíritu colectivo prima sobre la mayor de las individualidades. Nadie la retrata mejor que Del Bosque y su jugador preferido, Busquets.
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Alfredo Relaño | 09/07/2010
"España deberá elegir algún día si quiere ser toro o quiere ser torero", me dijo hace ya tiempo Menotti. Hablábamos de la falta de estilo de la Selección Española, en contraste con tantos otros países de tradición futbolera. Ya saben de qué les hablo: Inglaterra, Argentina, Brasil, Alemania... Países en los que, mundial tras mundial, con jugadores mejores o peores, con títulos o con decepciones, reconocíamos una manera de interpretar el fútbol. Casi se podía decir, exagerando muy poco, que aun disfrazados con otras camisetas hubiéramos identificado a cualquiera de esos equipos en cualquier momento de la historia.
España, no. España jugaba a lo que se le ocurriera al seleccionador de turno. No había un estilo, fruto quizá del mestizaje futbolístico de nuestros clubes, importadores de dos mundos, que recibían lo mismo alemanes que argentinos, húngaros que paraguayos, marroquíes que yugoslavos. España daba buenos jugadores en proporción razonable, pero no había un estilo ¿Es eso importante? En realidad sí, porque en periodos malos, de falta de confianza, de menos calidad, hay algo en lo que refugiarse. Todo sale mejor si se parte de un acuerdo común, en el que han crecido los jugadores, con el que se han acostumbrado a jugar.
Ahora lo tenemos. Y, dando respuesta a Menotti, hemos decidido ser toreros, con la paradoja de que el estilo nos viene de un rincón de España en el que se discuten los toros. La semilla la plantó dejó Cruyff y se ha desarrollado con los años, hasta dar en este gran Barça y en esta gran Selección en la que a Luis se le debe el atrevimiento de trasplantar ese modelo blaugrana al equipo de todos. Mi ilusión ahora es que este estilo prospere, más allá de la duración de las carreras de sus intérpretes actuales. Que sigamos cultivando, y en más lugares, xavis, iniestas, silvas, cescs... Porque, puestos a tener un estilo, éste es el mejor.
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Alfredo Relaño | 07/07/2010
Así se jugará al fútbol en el Paraíso, supongo, como jugó ayer España. Con toque, con gusto, con solidaridad, con un esfuerzo grato, porque lo compensa la sensación de que el balón te obedece. Si tienes el balón de tu lado, si te entiendes con él, lo cuidas, lo manejas, juegas en realidad cuesta abajo. Como España ayer. Por eso volcó el campo sobre la portería alemana. Los rivales, por contra, cogían poco el balón y entonces tenían que subir pesadamente una y otra vez a la montaña. Como alemanes tenaces que son, lo hicieron varias veces. Con esfuerzo infinito, pero lo hicieron. Bien. Así también jugó Casillas.
Fue el partido que España aún se debía en este Mundial. Un partido excelso, jugado con el tiqui-taca que se abandonó un poco tras la derrota ante Suiza, recuperado felizmente con un simple retoque: Pedro por Torres. Pedro entró en el manejo, además de poner picante por el extremo. Uno más en el enjambre que escondía la pelota, otra vez el juego que nos dio la Eurocopa, aunque con el blindaje del doble medio centro, el toque prudente de Del Bosque. Pero en lo esencial esta vez sí fue el juego deslumbrante que sólo sabe hacer este equipo. Tejido con paciencia, fabricado desde un control absoluto de la situación.
Tardó en llegar el gol, es verdad. Lo marcó Puyol en un córner heroico, de los de toda la vida. Lo pudo haber marcado él mismo antes, en otro córner muy distinto, del que el equipo hizo una obra de arte. O Villa en jugada de Iniesta, cuyo centro-chut se fue por poco. O Xabi Alonso o algún otro en remates claros desde el borde del área. Otras veces la jugada se esfumaba por un pelín en la última puntada. Pero el gol era seguro y llegó. Un gol enorme, por su importancia, su espectacularidad y su clasicismo. Un gol que confirma que este equipo domina todos los registros. Bueno, pues el sueño está cerca. ¡Qué bonito es esto!
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DESDE JOHANNESBURGO
"Mi corazón está dividido"
El Comercio dialogó con Romario, campeón mundial de 1994, quien alabó el fútbol de España y Holanda. “Jugué en los dos países y no puedo dar favoritos”, agregó
Por: Carlos Salas Editor DT*
Viernes 9 de Julio del 2010
Dice que tuvo sexo en pleno Maracaná e hizo dos “goles” en el vestuario. Protagonizó un comercial de la cerveza Kaiser en el que dice que ni Dunga, su estricto compañero de cuarto en el 94, pudo evitar que se escapara de las concentraciones. Se peleó con Zico, se burló de Zagallo y caricaturizó a Edmundo, su compadre de juergas, como un “cobarde” en su extinto bar Café del Gol de Río. Se llama Romario de Souza Faría, le dicen “Baixinho” y no es grande por sus excesos, sino a pesar de ellos.
Era un delantero centro atípico porque no era el “9” grandote, sino un pequeño chapulín carioca que trabajaba desde su metro 65 entrando y saliendo del área. Un futbolista de dibujos animados que más que de una simple favela parecía haber salido de los sueños más creativos de la dupla Hanna-Barbera. Parecía dormir la siesta, pero cuando despertaba pum, era gol. Romario hizo 665 (para él son 1002) en 843 partidos oficiales. Un tanto y medio cada 2 partidos (0,79% de efectividad por encuentro). Tiene mejor promedio que Van Basten, Ronaldo y Batistuta. A sus compañeros les bastaba con mirarle la cara para saber sobre su estado de ánimo y su disposición en la jugada. Según Pep Guardiola, su más efectivo asistidor en el Barza 93, Romario era un semáforo: si estaba de espaldas, mala señal; cuando se ponía de cara, significaba que se sumaba a la causa; si ladeaba, estaba pidiendo la pelota para girarse y encarar al gol.
Lo divisé ayer en el Soccer City y era él, aunque su nuevo rol de imagen del Mundial Brasil 2014 lo obligue a usar un traje que odia: el terno. Por orden de la FIFA solo podía hablar de temas relacionados a la organización de la siguiente copa, pero aun así contestó un brevísimo cuestionario sobre la final del domingo.
¿Jugaste en Holanda y España? ¿Algún favorito?
Jugué cinco años en Holanda, año y medio en España. Tengo el corazón dividido, sin dudas. No podría decir quién quiero que gane. Tengo fuertes razones para alegrarme por si gana España o gana Holanda.
¿Pero qué equipo te parece que ha desarrollado mejor fútbol?
Sí estoy seguro de algo: llegan los dos equipos que mejor han jugado y eso es bueno, porque no sé si antes pasaba. Me parece que gana el fútbol con una final Holanda vs. España. Para quienes nos gusta el fútbol, son los dos equipos que mejor lo han representado, técnicamente hablando.
Villa dice que eras su ídolo. ¿Es el delantero de la copa?
Es buenísimo, pero no tengo favoritos para el domingo.
Siendo Brasil el organizador de la Copa 2014, ¿todos los demás deberán luchar por el segundo puesto?
Eso espero. Tenemos un doble reto. Primero porque somos el país más futbolero del mundo. Y segundo porque debemos mejorar lo hecho en los dos últimos mundiales. La fiesta no es de quien la organiza, sino de quien la gana.
¿Qué nota le pondrías a la organización de Sudáfrica?
Vine recién. No estuve al inicio para opinar. Sí está claro que, por lo que se comenta, es un buen Mundial. En Brasil, con 12 sedes, tendremos un reto grande por superar.
¿Es oficial que serás una de las caras de Brasil 2014?
Sí, no me gusta el traje, pero debo acostumbrarme, je. Uno no es anfitrión todos los días.
CHARLA TÉCNICA
“Brasil fue mejor en el primer tiempo y apenas hizo un gol. Admitamos que holanda hizo un mejor segundo tiempo y ganó bien”
SOBRE DUNGA
“Soñaba con una final entre argentina y brasil. ¿Se imaginan lo que hubiera sido?”
SOBRE MARADONA
“Tuvimos problemas en el 98, cuando no fui a la copa por su culpa, pero ya nos amistamos”
SOBRE ZICO
ASÍ SOY YO
ROMARIO DE SOUZA/ EX DELANTERO DE BRASIL
Edad: 44 años.
Equipos: Vasco, Flamengo, Fluminense (BRA), PSV (HOL), Barcelona, Valencia (ESP), Al-Sadd (QAT), Miami FC (EE.UU.), Adelaide (AUS)
Mundiales: Italia 90, EE.UU. 94
Títulos con Brasil: 1 Copa del Mundo (94), 2 Copa América (89, 97), 1 Copa Confederaciones (97)
Internacional: 70 veces
Goles: 55
Año de retiro: 2008.
(*) Enviado especial
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SOÑANDO FÚTBOL
¡Que viva España!
El equipo de Del Bosque jugó ante Alemania su mejor partido en las copas y alcanzó con justicia la final de Sudáfrica 2010. Con un fútbol armónico y dinámico doblegó a la historia y ya merece un lugar en el altar futbolístico mundial
Por: Jorge Barraza
Viernes 9 de Julio del 2010
“Entre toros, fandanguillos y alegrías / nació mi España la tierra del amor / Nunca Dios pudo igualar tanta belleza / Y es imposible que pueda haber dos”.
Apenas dio los tres pitazos el húngaro Viktor Kassai, una lágrima comenzó a pugnar por salir. Y el inmortal pasodoble brotó del corazón latinoamericano. Toda la honda raigambre que nos une a la tierra madre afloró a borbotones, se escapó del alma un grito nacido del cariño: ¡Que viva España!
La Copa del Mundo tendrá un nuevo campeón. Y si la suerte no es esquiva, debería ser España, esta España que jugando fútbol es un pasodoble alegre y pegadizo, que remite a las más bellas tradiciones hispanas. Esta España que archivó para siempre la furia que tantas derrotas y decepciones le causó y juega a lo grande, a dominar, a gustar, a ganar por el camino más hermoso que el fútbol tiene: el toque, la pausa, el amague, la finta, el regate, la solidaridad de todos, la dinámica, porque quien no se mueve no tiene posibilidad alguna de triunfo. Y la marca, porque ningún equipo inocente para la marca puede ganar un campeonato del mundo.
España ha jugado su mejor partido en la historia de los mundiales y estará el domingo cara a cara con Holanda. No solo ha vencido a Alemania, la ha doblegado, le ha impuesto una superioridad nítida e indiscutible. De cabo a rabo, para decirlo en término taurinos. Fue una sólida y paciente tarea de demolición, que pudo ser mayor. Pedro y el “Niño” Torres tuvieron de rodillas al toro alemán para clavarle las últimas banderillas y se atolondraron. Por eso el rácano 1 a 0. Pero en el juego fue menos ajustado que en el marcador.
Con seis cracks del Barcelona en campo, todos en esplendor, no es difícil explicar por qué Alemania abdicó al trono. Impasables Piqué y Puyol en el fondo, genial Xavi en la conducción de todo el andamiaje, astuto Iniesta en el acompañamiento, escurridizo Pedro en ataque, sobrio Busquets en la contención. Los seis azulgranas fueron el basamento del triunfo español.
Después de sus fantásticas demostraciones ante Australia, Inglaterra y Argentina, Alemania era el candidato no solo para esta semifinal, también para el título. Tiene razón Beckenbauer, “Alemania nunca ha jugado así”, con tal respeto por la pelota, con esta mezcla de marca, juego vistoso y llegada letal al área. Una antípoda de aquellas Alemanias físicas y veloces, arrasadoras solo por potencia y agresividad. Este de Joachim Löw es un equipo que encanta. Y más allá de la derrota ante una formación superior, la federación alemana debiera extenderle el contrato a este sorprendente entrenador que tuvo aciertos notables con jugadores como Khedira, Özil, Müller, el arquero Neuer (nobleza obliga: su flojo comienzo nos llevó a desacreditarlo, pero se reveló como un valor capaz de ocupar la valla germana durante años).
Un equipo con respeto reverencial por la pelota y de uso eficiente de ella.
Ejemplar. Fue un partido maravillosamente limpio, con apenas 16 faltas cometidas entre ambos en 95 minutos de juego, sin una tarjeta ni reconvenciones del juez para ningún protagonista. La pelota estuvo casi siempre en juego; debe ser uno de los encuentros con mayor tiempo neto del Mundial. Los 22 se dedicaron a jugar. Ni siquiera hubo una discusión, un roce.
Genio. La prensa española —y mundial— se empeña en poner a Andrés Iniesta en un pedestal por encima de Xavi, pero este es el gran estratega, el cerebro que mueve los hilos del equipo, del partido, que domina los tiempos, que invita a jugar, a triangular. Siempre tiene decidido el pase antes de recibir el balón, como los auténticos grandes. La figura esencial de España.
Héroe. Si Xavi es el mariscal, Carles Puyol es el titán. Que haya marcado el golazo de la victoria es casi anecdótico. Puyol es un futbolista nacido para disputar finales (esta lo fue, anticipada). Y ganarlas. El día del partido más fiero es el león indomable, invencible. Juega mejor frente a Alemania en la semifinal del mundial que ante el Albacete por la Copa del Rey (sin que se enoje Juan Carlos). Un monstruo que ha demostrado cientos de veces su grandeza.
Fenómeno. Bastian Schweinsteiger. Habría que hacer un compacto con él y pasarles el video a los juveniles que están empezando. Extraordinario es poco. Hace todo bien: marca, juega, pasa el balón, llega al ataque, tiene un despliegue fantástico, está superconcentrado, toca de primera, le sobran recursos técnicos y anímicos, es inteligente, ganador… Beckenbauer le avisó al Real Madrid: “Que ni piense en él”. Si lo retiene, el Bayern Múnich va a pelear todas las Champions League en los próximos años. Y tiene para un mundial más al máximo nivel.
Campeaba noche cerrada, la pelota se enfriaba en el vestuario; era hora de vino y pasodoble. “La gente canta con ardor Que viva España / La vida tiene otro color España es la mejor”.
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ENFOQUE MUNDIAL
España, de la furia al toque
Por: Luis Puiggrós Analista
Viernes 9 de Julio del 2010
España
El 7 de julio, Día de San Fermín, salieron como todos los años seis toros en Pamplona, y entraron a la cancha del Moses Mabhida de Durban once toreros, que en extraordinaria faena salieron por la puerta grande al derrotar merecidamente a Alemania para llegar a su primera final de una Copa del Mundo. Usando el estilo del FC Barcelona —siete de sus jugadores salieron de titulares—, basado en el “pressing”, posesión y toque, le quitaron el balón al rival, que tiene un estilo parecido de juego, e impuso condiciones. La marca a presión se ejerció desde la salida rival, sobresaliendo su cuadrado defensivo compuesto por Piqué, Puyol, Busquets y Alonso. Una vez recuperado el balón, lo entregaron para que lo administraran Iniesta, Xavi y compañía, en un concierto de toques. Con Pedro en lugar de Torres, corriéndose Villa para jugar en punta, se abrió la cancha. El lunar, las constantes subidas, casi todas sin sorpresa, de Ramos.
Alemania
Le quitaron el balón y nunca pudo recuperarlo. Al no tenerlo, retrocedió a sus dos volantes externos, Trochowski y Podolski, para que se juntaran con sus volantes anclas Khedira y Schweinsteiger, ubicando dos líneas de cuatro y dejando como enganche a Özil y en punta a un solitario Klose, para esperar bien parado atrás y tratar de aprovechar su mortal contragolpe con rápidos toques, jugando el balón a ras. Atrapados Özil, Khedira y Schweinsteiger en el “pressing” del rival, perdió el balón. Con el marcador en contra incorporó a Gómez para acompañar a Klose, en busca del empate a través del juego aéreo, pero encontró una muralla infranqueable liderada por Piqué y Puyol.
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ESPECIAL GDA
El 4-2-3-1 ganó el Mundial
Por: Lisandro Rengifo
Viernes 9 de Julio del 2010
El 4-2-3-1 ya ha ganado de largo el Mundial. Es el sistema de moda. Inter y Bayern Múnich, los finalistas de la última Champions League, han ejecutado la misma fórmula. Barcelona jugó todo el segundo semestre así. Manchester United logró su mejor versión de la temporada pasada con este número telefónico, ideal para Wayne Rooney. Antes de autodestruirse, el Brasil de Dunga se movía bastante bien a partir de este esquema.
Se ejecuta con la línea de cuatro para defenderse, la necesidad de laterales que se proyecten, la coexistencia de dos mediocampistas centrales que se complementen y permite mucha flexibilidad en ataque con cuatro jugadores permanentes en esa zona. Los extremos pueden jugar con los perfiles invertidos y cambiar de posición durante el partido. El enganche o mediapunta se mueve por el centro. Y el “9” es el definitivo punto de referencia. Hay mayor diversidad en la ofensiva. Alemania tiene en la derecha a Müller, y por la izquierda, a Podolski, reconvertido en “wing” tras haber sido delantero. El zurdo Özil se encarga del último pase y Klose hace los goles.
Holanda pone a Robben sobre la derecha y el noble Kuyt juega donde lo ubiquen. En este Mundial ya ha ocupado las tres posiciones del ataque. Si bien no es delantero de área, Van Persie se sacrifica por el equipo ocupando ese lugar. Y Sneijder, el indiscutible conductor.
España encontró una productiva posición para David Villa. El goleador del Mundial arranca los partidos de “11”. Xabi Alonso y Busquets comparten la mitad de la cancha. Delante de ellos, se mueven Xavi, Iniesta y Villa. Torres va de punta.
Alemania elige el punto de partida retrasado para aprovechar la velocidad de sus atacantes. En cambio, España achica para adelante, con los zagueros a la altura del círculo central, al estilo Barcelona. El envase solo no dice nada. Es el contenido lo que da sentido al sistema, siempre al servicio de una idea. En Sudáfrica, el prefijo para llamar al fútbol es el 4-2-3-1.
[*] “El Tiempo” Colombia
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Una pica en Flandes
Por: Jerónimo Pimentel
Viernes 9 de Julio del 2010
De 19 mundiales, Holanda solo asistió a 9. De hecho, antes de las dos finales consecutivas del 74 y el 78 hay que retroceder a la década del 30 para encontrar rastros de la “oranje”. El silencio se interrumpió con el nacimiento del archifamoso fútbol total, hoy indistinguible, pues todo equipo más o menos competitivo lo usa, por lo que la única forma de reconocerlo es recurriendo al archivo: México 70, con sus bellos amagues y lentitudes, es el contraste idóneo para un estilo que cambió la atención del individuo (Pelé) al equipo (la “Naranja Mecánica”).
A partir de entonces, todo trató de controlar el espacio. En resumen de Jonathan Wilson: “Si haces que la cancha sea grande cuando atacas, será más fácil retener el control de la bola; si la achicas cuando defiendes, será más difícil que tu opositor la tenga”. Para aplicar el axioma se necesitan relevos sincronizados, estado físico (“pressing”) y una técnica de pase exquisita. España ha llevado este postulado al paroxismo, lo que hace más curiosa la final: los hispanos son en verdad catalanes, y los catalanes, flandeses, pues reinventaron su juego a partir de Michels y el mítico Cruyff. Cuando España se enfrente a Holanda no hará más que competir contra la versión original de sí misma.
Sin embargo, algo cambió en los Países Bajos. Dejaron las florituras por un pragmatismo que recuerda al fútbol de Mourinho, seco y efectivo. Sería un suicidio para ellos seguir su tradición y enfrentar de igual a igual a los ibéricos (así cayeron Chile y Alemania). La única forma de vencer al once de Del Bosque es aplicar lo que el Inter al Barza: interrumpir el juego, defender cada centímetro del campo y anotar la que tengan. La empresa, aunque parece chata, es de alto vuelo, pero los holandeses poseen un moderado optimismo. El talento ideal para realizar tal tarea es alguien que ya la hizo y Sneijder, como ha dicho Gullit, “no tiene la calidad de Messi o Cristiano, pero tiene más cerebro”.
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Moderna religión de masas
Por: Eduardo Arroyo Sociólogo
Viernes 9 de Julio del 2010
El Campeonato Mundial de Fútbol evidencia la conversión de este deporte en una pasión de la humanidad, sin hacer diferencias de género, credo o clase social. Tal vez sea que en un mundo sin ideologías ni utopías, como preconiza el mercado, se han fortalecido como contrapartida civilizaciones, naciones, religiones. De un lado hay descreimiento, vida simple y pragmática; de otro lado, grandes creencias masivas. De un lado, consumismo e individualismo; del otro, movidos por lo que Michael Maffesoli llama “contagio afectivo” se recupera el carácter colectivo orgiástico y el individuo se fusiona con las masas. El fútbol como religión moderna integra a todos. Los equipos nacionales son las iglesias con grandes feligresías ilusionadas por sus casaquillas tratando de arrancarle un gol a la vida, el gol como símbolo del triunfo, un verdadero canto de fe. Los guerreros del siglo XXI son las barras bravas que buscan estandarizar su afición lejos de toda tolerancia.
Se forman así verdaderas neotribus que ganan las calles, nómades, en busca de emoción, de aprecio, de reconocimiento (como diría Hegel, para quien la búsqueda de reconocimiento es el motor de la historia universal), de una fe por qué vivir. Así, se erige como el deporte más popular que capta y expresa la identidad de los pueblos. Ante el gris de la vida, la humanidad busca héroes. No los encuentra en los políticos ni en los financistas de la banca internacional. Los ídolos contemporáneos pueden estar en el “revival” del pasado (Alejandro Magno, Julio César, etc.) o en la actualidad con Kaká o Cristiano Ronaldo. Son modelos triunfadores a seguir, ya que la gente se identifica con sus cracks y se proyecta en ellos. El triunfo es la reafirmación del yo en el nosotros colectivo y afianza la seguridad de las naciones al dirimir superioridades.
El fútbol se hace espectáculo y venta de marcas y, por tanto, indicador del consumismo. Es fantasía porque al margen de cuán hermoso sea el “jogo bonito” sigue la crisis financiera en la U.E. y el derrame de petróleo en el Golfo de México. Los centros comerciales son catedrales del consumo y los estadios son las modernas catedrales de la fe y esperanza nacionales. El contagio afectivo expresa la gran necesidad de afecto popular que tienen los pueblos que encuentran en el fútbol una creencia. A estas feligresías ilusionadas por sus casaquillas se añade la eclosión de multitud de grupos religiosos. En un “rush” impresionante ganan adeptos en estos tiempos turbulentos ofreciendo la salvación a tanto desarrapado necesitado de comida y afecto.
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el octópodo más famoso del mundo pronostica que la roja levantará el título el próximo domingo
El Pulpo Paul no duda de que España ganará el Mundial
No tuvo dudas en elegir la urna con la bandera española · Hizo caso omiso de la caja con la bandera holandesa · Por ahora ha acertado en todos sus pronósticos a lo largo del Mundial
CARLOS BALBOA 09/07/10 - 11:51.imprimeenvía
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¿La rapidez con la que tomó su decicisón podría hacer pensar en una goleada? A diferencia del dilema que manejó para decantarse por el ganador de la final de consolación, en esta ocasión no hubo espacio para especular con cuál sería la opción de Paul.
¿Cuál es la fiabilidad de Paul? En esta presente edición mundialista, del 100%. Ha pronosticado con acierto todos los partidos de Alemania, tanto sus victorias (ante Australia, Ghana, Inglaterra y Argentina) como sus derrotas (ante Serbia y España). La única mancha en su expediente, eso sí, de grandes proporciones: la final de la Eurocopa, donde predijo la victoria alemana.
Que Paul se hubiera decantado por el triunfo de La Roja en el partido de semifinales ante Alemania causó que sus popularidad en el país teutón decayese mientras que, por el contrario, ha ido creciendo en España.
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LA COCINA DEL FÚTBOL, POR ENRIQUE ORTEGO
Así se gana a Holanda
La principal premisa para ganar la final es que España sea fiel a sí misma y, como nunca ha dejado de serlo, no hay por qué pensar que lo vaya a hacer en el partido más importante de su historia. Mantener el estilo de juego, la concentración y jugar como si fuera un día más, con el convencimiento de que son los demás los que se tienen que preocupar.
1. Defender tan bien como ante Portugal y Alemania. La diferencia entre la selección y el resto de los equipos de este Mundial es que defiende con la posesión del balón. Mientras lo tiene, no es potestad del contrario y el desgaste es mínimo. En el segundo caso, cuando se ha puesto por delante en el marcador y los rivales se la han jugado a la desesperada, ha defendido muy bien el juego aéreo. Piqué y Puyol, espectaculares.
2. Tener el balón y circularlo con velocidad. Tan obvio y trivial como vital. Holanda, como Alemania, tampoco aprieta arriba, se repliega en su campo y es ahí donde los dos mediocentros intentan la recuperación. A hombres como Robben o Sneijder les cuesta defender, por lo que España puede tener superioridad numérica durante muchos momentos en el centro del campo y debe aprovecharla moviendo rápido el balón de lado a lado.
3. Atacar por la izquierda, el lateral sube y Robben no baja. Suele cargar más el juego la selección por la banda derecha, donde Sergio Ramos se proyecta bastante más en ataque que Capdevila, pero puede ser el día en el que haya que cargar por el otro costado y buscar el dos contra uno al lateral diestro Van der Wiel, que apenas cuenta, en el aspecto defensivo , con la ayuda de Robben. Es Van Bommel el mediocentro que le hace las ayudas defensivas. Si Del Bosque recupera la figura de Villa como extremo puede frenar las acometidas del lateral y después buscarle la superioridad con las entradas de Capdevila o de uno de los centrocampistas que doble por dentro.
4. Cerrar bien a Robben y sus diagonales interiores. Mano a mano, por velocidad, es muy complicado frenarle. Con el balón controlado es rapidísimo. Conduce vertiginosamente, sale por las dos piernas y Capdevila es más lento. Es el clásico día para las ayudas defensivas y en el que el central izquierdo (Puyol) y el mediocentro que corresponda (Busquets y Xabi Alonso) tienen que estar muy atentos a sus diagonales, escalonarse bien y cerrar huecos. En la selección apenas se cambia de banda.
5. Encarar a los dos centrales y la espalda de los laterales. Salvo el lateral derecho, uno de los mejores de Europa y en la agenda de muchos grandes clubes a pesar de no tener mucho nombre, los zagueros holandeses son tan veteranos como vulnerables, sobre todo en los espacios cortos. Los dos centrales sufren cuando no tienen una referencia o cuando se les mide en velocidad. Los laterales dejan metros a su espaldas porque, por posicionamiento, juegan bastante adelantados.
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EL DELANTERO DISFRUTA DEL GRAN MOMENTO DE LA 'ORANJE'... Y DEL FÚTBOL DE LA ROJA
Van Nistelrooy: "España es favorita, su fútbol es inalcanzable"
· "Ahora me toca disfrutar desde el sofá, es la ley del fútbol", asegura el ex madridista
En vísperas de un Holanda-España es imposible no acordarse de Ruud van Nistelrooy, que como siempre atiende la llamada de MARCA.
El mejor delantero que ha tenido la 'Oranje' desde Van Basten habría dado cualquier cosa por estar en la final del Mundial, pero admite con franqueza que su ciclo en la selección ya pasó.
El domingo verá la final en Hamburgo, desde donde apoyará a Holanda... y también se alegrará si gana España.
"España tendrá el balón, pero Robben y Sneijder te pueden matar a la contra", explicó el ex del Real Madrid a Juan Ignacio-García Ochoa.
"Nadie mueve tan bien el balón como la selección española y eso, unido a sus tres últimos años, la convierten en la gran favorita para ganar. Ya lo era antes de empezar el Mundial y ahora, más. Pero mal harían en fiarse, porque Holanda está muy bien", dijo 'Van Gol' en la entrevista que le concedió a MARCA.
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Había predicho que España ganaría a Alemania
El pulpo Paul acertó
Antes del partido, la prensa germana se hacía eco de la decisión del pulpo Paul, pero se agarraban a una elección errónea en 2008 para que fuese Alemania la que jugase la final del Mundial
El Pulpo Paul se ha convertido en un talismán para la selección española. Ya lo habría predicho. España ganaría las semifinales ante los alemanes y así ha sido.
Paul, de nacionaliad germana, es famoso por acertar en todos los partidos de la selección alemana.
El sistema de elección es simple. Paul tiene que elegir una caja de mejillones de las dos existentes. Cada una de ellas tiene la bandera de cada país, en el caso de hoy la de Alemania y España. Este pulpo ha acertado todos los partidos de la selección germana en lo que llevamos de Mundial, por lo que la expectación para la elección del pulpo Paul era elevada.
Antes del partido, la prensa germana se hacía eco de la decisión del pulpo Paul, pero se agarraban a una elección errónea en 2008 para que fuese Alemania la que jugase la final del Mundial. Como anécdota, el pulpo Paul siempre ha elegido la caja visitante en todas sus predicciones.
¿Acertará Paul el resultado de la final España Holanda?
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