martes, 24 de noviembre de 2009

Entrevistas al Flaco Menotti


Siempre un placer leerlo
que mas!

Chau



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ENTREVISTA: Alemania 2006 CÉSAR LUIS MENOTTI Entrenador
"Me identifico con España; es dolorosa su eliminación"
CAYETANO ROS - Múnich - 29/06/2006

Pasan los años y Menotti conserva la melena lacia, los pitillos encadenados y los grandes ojos azules que burbujean cuando habla de su pasión en los últimos 40 años: el fútbol. Ayer, asomado a una taza de café, reflexionó sobre ella.

Pregunta. ¿Qué ha cambiado desde que escribió hace 20 años, junto a Ángel Cappa, Fútbol sin trampa?

Respuesta. Grabamos 20 casetes por día y salió eso, muy informal y futbolero, no desde la élite del entrenador, sino desde el placer de ver jugar mejor. Intentar denunciar las mentiras evidentes, como decía Vázquez Montalbán. Las verdades únicas no existen, pero las mentiras evidentes sí. Y salió eso. La concepción del fútbol, como todos los juegos tan llenos de misterio, se desarrolla en un terreno tan inmenso que permite una serie de acciones incontroladas. A medida que pasan los años, uno descubre más secretos y se hace mejor entrenador. Hay que preparar al futbolista para que entienda las acciones nuevas en un partido. Ahora no aparecen los grandes artistas, que necesitan la pelota. Hasta Brasil ha perdido el sentido de la estrategia: el ordenamiento de las acciones. Brasil vivía siempre de ordenar la acción desde la pelota, desde la elaboración de la jugada. Rápido, a un toque, usando el ancho de la cancha a favor de la precisión de su pegada. Es decir, no necesitaba tres toques para ocupar el ancho.

P. Es triste ver a Brasil sin la pelota.

R. Creo que la puede y la debería recuperar. Esa estrategia es casi genética en Brasil, lo mismo que en el jugador argentino, que la perdió ante México. No hay una regla que diga que para llegar al área hay que dar 20 toques; si podemos en dos, mejor; pero si no podemos, ¿qué hacemos?, ¿la perdemos? La profundidad y la eficacia se logran a través de la capacidad de los futbolistas. Me sorprende que esto lo recupere ahora más Alemania que Brasil. Tiene mucho más la pelota. ¿Adónde estamos llegando?

P. ¿Qué le pareció la eliminación de España?

R. Dolorosa. Las cosas hay dos maneras de hacerlas: bien o mal. Un señor toca bien o mal la guitarra. En el fútbol, lo mismo. Después de haber visto a España jugar con tres centrales en medio de la cancha ante Nigeria en Francia 98, ésta es una España joven, talentosa, con buenos futbolistas, otro camino. Pero tuvo, como contrapartida, una juventud contra un equipo de experiencia que, si no lo haces correr, pierdes el partido. Los españoles son futbolistas enormes que no sostuvieron desde su personalidad el fútbol. Cayeron en la trampa de Francia, se aceleraron, no tuvieron pausa y le regalaron la pelota. Francia era más para pelear que para jugar. Yo me siento muy identificado con España y me molesta y me duele que pierda. Porque el joven que venga pueda pensar que si juega bien, también puede ser internacional. Como el músculo no se discute, si yo soy un jugador talentoso, me queda un solo lugar en la equipo; si tengo músculo, cuatro. Es la primera vez que veo una selección sufriendo por su juventud. No es lo mismo que le pase a Hierro que a Xavi, a Xabi Alonso...

P. ¿Cómo ve el Alemania-Argentina?

R. Menos Ayala, los argentinos no tienen gran experiencia internacional. Habrá que ver hasta cuándo los confunde el gran escenario. Un amigo que es un gran guitarrista decía que no es lo mismo tocar en el teatro Colón que en la cantina de David. Argentina tiene mayor talento creativo y Alemania grandes convicciones. Será una lucha apasionante. Argentina jugó muy bien contra Serbia y se perdió contra México. ¿Qué persigue un equipo para que el entrenador lo disfrute? Lo mismo que una obra de teatro o una orquesta sinfónica. Que no se vulgarice. El aburrimiento lleva a la vulgaridad. Y veo con qué facilidad se vulgarizan Brasil a través del exceso de individualismo, Inglaterra ante cualquier adversidad juega igual que el peor... Klinsmann le aporta a Alemania una mejor distribución geográfica. Yo lo tuve como jugador en el Sampdoria. Siempre le gustó repreguntar y ahora me doy cuenta de que quería ser entrenador. Es muy humilde y sencillo. Y ha producido un cambio muy especial. El equipo es capaz de defender una mala actuación de un futbolista; y también de potenciar un buen día de un futbolista. Ante Francia, Xavi parecía un jugador más cuando es un talentoso increíble. La respuesta colectiva no fue sustentada. También hay miedos que inmovilizan y miedos que generan coraje, que son los del gran futbolista, que encuentra el coraje para pelear desde la idea, no desde lo individual. España quiso sostener eso siendo más punzante, pero sin elaboración, que era lo que le había sobrado.

P. ¿Por qué los jugadores argentinos tiene un carácter tan desgarrado?

R. Por historia, le cuesta mucho el hambre de gloria porque han visto tan grandes jugadores que encontrar un reconocimiento... Cuando salió Maradona, decían 'qué va a hacer Maradona al lado de Moreno'. Y, además, por un profundo sentido de la representatividad. Se juega esquina contra esquina, barrio contra barrio, que se convierten en clásicos. Tienen un sentido de ser generadores de tristeza y de alegrías que los va formando desde los 15 años. Si un chico pierde un partido de cuarta división, esa semana no duerme.

P. ¿Riquelme?

R. Lo vi crecer en el Villarreal. Quiere demostrar que es el mejor metiendo un pase de gol y termina confundiendo. Tiene todo, pero no sé si será capaz de dar ese salto. Te puede meter un gol de larga distancia, dar un pase de gol y cuando tiene un pase de perfil de pierna derecha, lo da con la izquierda y sorprende a todos. Esos son los futbolistas, que me engañan a mí, que estoy 40 años buscando detalles. Lo que hace Zidane, que cuando corta, corta dos veces. La toca y cuando todos creen que termina, toca otra vez y encuentra el espacio. Estas cosas Riquelme las puede tener, pero después le veo la cara y me parece que sufre. Tendría que ser más feliz y jugar más fácil.

P. ¿Messi es comparable a Maradona?

R. Es un proyecto. Hay tiempos: de tristeza, alegría, de que todo te sale bien, mal... El único tiempo que te va a acompañar hasta la muerte es el del aprendizaje. Si uno desatiende el aprendizaje, termina siendo un jugador común, con condiciones genéticas, pero no crece como creció Diego. Maradona se parecía al Messi de ahora, pero cuando Diego tenía 15 años y estaba en Primera. A los 16, a los 17, siempre fue creciendo. Cuando lo tuve en el Barça, un día ganamos 2-0, y él vino a mi vestidor y me dijo: '¡César, qué burro que soy, qué desastre!'. No me olvidaré nunca; me estaba secando. '¿Por qué?', le dije. 'Porque aquella jugada que hablamos que tenía que ponerla en el punto de penalti, la puse al segundo palo'. ¡Se cuestionaba los errores! En otra ocasión, yo estaba alentando mucho a Schuster y, cuando terminó el entrenamiento, pasó Maradona por mi vestuario y me dijo: 'Sé que Bern tiene cosas que yo no tengo, aunque yo las aprenderé; pero las que tengo yo, él no las va a poder aprender'. A Messi lo veo sensato y se ha formado en un equipo con ciertas reglas y no se le exige en el Barça lo que a Aimar, a Saviola o a D'Alessandro en sus equipos. Puede llegar a ser diferente porque tiene una capacidad de transformar una jugada cualquiera en una definitiva. A 60 metros del arco, con dos amagues y una carrera puede ganar un partido.

P. ¿Maradona le sigue reprochando que no lo llevara al Mundial 78?

R. Seguro. Cuando se gana, todos quieren estar. En aquella primera fase de nuestro grupo, el cuarto equipo era la Francia de Plantini; ahora el cuarto es Angola. Teníamos a la última Hungría poderosa, la Italia de Bettega, y Francia. De haber quedado afuera, habrían dicho que fue un acierto dejar afuera al chico.

P. ¿Aquel título estuvo deslegitimado por la dictadura?

R. Eso es un recurso de una mediocridad periodística que pretende escapar a su responsabilidad histórica en ese momento haciendo creer que la dictadura la sostuvo Kempes. Porque el que ganó los partidos fue Kempes, Fillol o Pasarella, no yo. Kempes es otro olvidado. Él en su mejor momento y Maradona en el suyo, le hubiese costado trabajo a un entrenador elegir entre uno de los dos. A ese nivel estaba Mario. Potencia, despliegue, habilidad, remate... su carrera se hace corta por otras razones. El único de quien Di Stéfano dijo que se parecía a él. Un día en Madrid le pregunté sobre los argentinos y me dijo: 'El mejor que pisó España se llama Mario Kempes'.

P. ¿Y por qué no mezcló con Maradona en el 82?

R. Porque Kempes ya no estaba bien. Y se me lesiona Valdano, que era la potencia para tanta fineza entre Maradona y Kempes. Italia mató a patadas a Maradona, pero jugamos muy bien contra el Brasil de Falçao, Sócrates... Perdimos con nuestro estilo.

P. ¿Cómo lleva ser considerado el padre de una filosofía futbolística?

R. No es así. Sería más o menos que un músico dijera que para saber de música hay que escuchar a Mozart. El mensaje suena mejor porque lo dice un campeón del mundo. Y porque no me embarqué en esta mediocridad de creer que los entrenadores lo son porque jugaron bien al fútbol. Para mí, es una vocación. Vivo aprendiendo y buscando misterios. Me preparé 40 años para debatir en la mesa de los más importantes. Me siento con Klinsmann y provocó una charla. O con Valdano y hablamos cuatro horas de fútbol, no de cine. No soy entrenador por autoridad, sino por convencimiento. Cuando genero una idea, la llevo al campo. Hay gente que quiere aprender y otra que no. Los músicos argentinos decían que Piazzolla era un soberbio. Lo que había que hacer es estudiar para poder hablar con él.

P. ¿Qué jugadores le están sorprendiendo?

R. El volante Frings, que hasta parece brasilero. Y el lateral izquierdo Lahm, por su respuesta estratégica. A Xavi ya lo conozco mucho.

P. ¿Italia?

R. Lippi siempre apostó por el buen juego y me sorprende esta Italia vulgar. Apuesta más al músculo que a la inteligencia. Lo único que se discute es el talento. Si juegan Gattuso y Ambrosini juntos, nadie se queja. Si son Del Piero y Totti, ya es un problema.

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REPORTAJE: PERSONAJE
Para las urgencias, 'El Flaco'
César Luis Menotti, de 66 años, se hace cargo del histórico Independiente de Avellaneda dispuesto a evitar "el desastre" del descenso
CARLOS ARES - Buenos Aires - 03/01/2005

La tercera aparición de César Luis Menotti como entrenador en el histórico Independiente de Avellaneda, el club con más títulos internacionales del fútbol argentino, indica que comienza a revertirse la tendencia de dar oportunidades en la conducción a ex jugadores de la casa, sin experiencia pero baratos. El aporte de los viejos maestros es fundamental para dar el último toque de horno a los jóvenes que se forman sin modelos a la vista y sin conciencia del estilo y la historia del deporte que representan.

El mítico Flaco Menotti, de 66 años de edad, campeón de la Liga con el Huracán en 1973 y del mundo con Argentina en 1978; ex del Barcelona, el Atlético de Madrid, el Boca Juniors, el River Plate, el Peñarol, la Sampdoria y la selección mexicana, entre otros equipos, ocupa esta vez el cargo vacante desde que renunciara el ex sevillista Daniel Bertoni.

En los últimos años, Menotti siempre es convocado con carácter de urgencia cuando la crisis económica es devastadora y los clubes ya no pueden vender a ninguna figura porque no la tienen ni la forman y están a punto de ir a la quiebra. En 2003 acudió a socorrer al Rosario Central, en el que se inició como jugador, cuando los directivos le llamaron para evitar su descenso a Segunda. Joan Gaspart le consultó también qué hacer con el Barça en su época presidencial.

Dice Menotti estar acostumbrado a que siempre le pongan alto el listón: "La primera vez que me llamaron, el Independiente estaba en el puesto 14º y quedamos los segundos. Cuando fui al Boca, el club no tenía ni para pagar la luz. Es así; al menos, conmigo. Nunca me llaman para desarrollar con recursos un proyecto de medio plazo. Siempre es para evitar el desastre. Luego, cuando se corrige el rumbo del barco, ya todos opinan nuevamente y se sienten con derecho a decidir cómo se sigue. O te venden de un día para otro, sin consultarte, los futbolistas que tanto costó conseguir y formar. Eso me pasó la segunda vez que estuve en el Independiente. Por eso me fui".

El Flaco se dedicaba ahora a trabajar de jueves a domingo en un campo de su propiedad, fuera de Buenos Aires, y el resto de los días en su oficina de la ciudad, donde oficia de consultor permanente, discute, ve partidos por televisión y prepara apuntes para escribir un nuevo libro. Los miércoles por la noche, como de costumbre, su esposa salía a cenar con sus amigas y él con los amigos de siempre: si elegían carne a las brasas, en La Brigada, de San Telmo; si preferían pastas, en Piégari o en Il Matterello, el pequeño restaurante italiano del barrio de La Boca al que también va cada noche Joan Manuel Serrat cuando pasa por aquí. Ya no pensaba trabajar. Pero el Independiente, con un pasivo de 15 millones de dólares, corre el riesgo de bajar a Segunda, no tiene jugadores destacados que vender y vive un clima interno de enorme tensión política. Entonces, el empresario de turno, Julio Comparada, presidente del club cuando se celebren las elecciones, en abril, corrió a buscarle.

Y es que, en medio de ambiciones galácticas, de comisiones astronómicas, de intermediarios extraterrestres, de ladrones universales y de fondos de origen criminal que sobrevuelan el mundo del fútbol como buitres planetarios, Menotti es uno de los pocos técnicos que todavía se dedican a decir y defender ideas como las siguientes: "Los grandes negocios se están devorando los tiempos del fútbol y para que el fútbol sea negocio hay que manejar sus tiempos. Los jugadores deben entrenarse, ensayar, competir y descansar. Si esto no se cumple, el entrenador empieza a tener una enorme dependencia del azar. Los títulos no se ganan a golpe de talonario. Si esto fuera así, el Madrid no estaría tan lejos del Barça. No podemos tener ni un equipo que sea una exhibición de toques ni uno vertical que suponga que los partidos se ganen de arrebato. Yo quiero uno de elaboración, que sepa jugar al fútbol. Hay que empezar siempre por ahí, porque hay algunos que juegan a otra cosa. Claro que les puede ir bien, pero prefiero que mi equipo juegue al fútbol".

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ENTREVISTA: FÚTBOL - Reflexiones desde Argentina de un campeón del mundo CÉSAR LUIS MENOTTI Entrenador argentino
"No sé qué es Pekerman. Nunca dirigió nada"
CARLOS ARES - Buenos Aires - 20/09/2004

Cigarrillo negro siempre encendido, "mentiras evidentes" atacadas con desprecio, "verdades absolutas" defendidas con pasión, la caliente y grave voz del mítico Flaco Menotti resuena constante en el fondo de la conciencia del fútbol argentino. A sus 65 años reacciona con furia adolescente cuando le tocan el juego que lo mantiene con vida. La renuncia de Marcelo Bielsa, el primer entrenador que abandona el cargo desde que Menotti inició en 1974 el proyecto de organización de los equipos nacionales de Argentina, el no de Carlos Bianchi a la sucesión y la inmediata designación de José Pekerman, le dan ahora motivos suficientes para mantener el debate en un punto de jaque perpetuo.
Pregunta. ¿Le sorprendió la renuncia de Bielsa?

Respuesta. No conozco los motivos más allá de los que él explicó. Pero entiendo y comprendo su fatiga, su cansancio. No me sorprende en el sentido de que es la crónica de una muerte anunciada, la del entrenador vocacional. No me refiero a los mercenarios de este oficio. Hablo de aquellos, como Bielsa, que todavía sueñan con entrar al campo como si fuese a un taller de artesanos donde se generan obras, sociedades, fútbol, juego, donde se prepara el gran espectáculo para agradar al público.

P. ¿Es un síntoma de lo que pasa en el fútbol argentino?

R. Sí, se lo está devorando el negocio. Los entrenadores trabajamos sólo para los empresarios que venden jugadores, los enriquecemos para ellos. Así es que yo trabajo para armar un equipo y al final del torneo me lo desarman todo y hay que volver a empezar. ¿Qué relación sentimental se puede construir así con los hinchas? Acá sólo se trabaja para la exportación.

P. ¿El entrenador debe volver a preguntarse para qué sirve su oficio?

R. Claro, porque lo que hay que resolver es si un equipo de fútbol, una obra de teatro, una gran orquesta sinfónica, es un problema de intérpretes, de músicos y directores, o es un problema de ensayo. ¿Qué es el fútbol? ¿Es cuestión de juntar 11 tipos y ponerlos en el campo, aun cuando sean los mejores? ¿Es eso? ¿Una orquesta es el resultado de un director que llama a los mejores intérpretes y les dice mañana tocamos Mozart en el teatro Colón? ¿Es así? Es probable que con grandes jugadores, grandes intérpretes, esa función se salve. Pero si los jugadores y el entrenador tienen verdadera vocación, aun cuando ganen fortunas, necesitan ensayar, necesitan juntarse con los otros para salir a escena el domingo y, cuando se miren, ya sepan todo de memoria. Como sucede con un delantero centro y un media punta, o los dos centrales con los laterales en la defensa y así.... Las verdades del fútbol no las tiene nadie, pero hay mentiras evidentes. Son muy pocos los entrenadores que sostienen una línea de pensamiento y de acción. A mí me da vergüenza escuchar las cosas que dicen algunos entrenadores cuando les preguntan qué fútbol les gusta y contestan: 'tres-uno-dos-uno-tres...'. Parece que están dando números de teléfono.

P. ¿Cómo evalúa los seis años de gestión de Bielsa al frente de Argentina?

R. Él tuvo una formación más académica, teórica, le faltó algo de calle. Es como esos actores de conservatorio que algunos roles los hacen bien, pero hay otros que los quieren hacer y no pueden. Lo bueno es que creo que fue creciendo, tuvo una evolución. Después del fracaso en el Mundial, modificó su dibujo táctico, cambió la elección de futbolistas y fue a buscar la eficacia desde un lugar que le es más cómodo a los jugadores. Eso habla bien de él...

P. ¿Por qué cree que Carlos Bianchi no aceptó el cargo?

R. Bianchi nunca fue considerado de verdad como el entrenador de la selección, sólo hicieron el trámite porque había un consenso general para que le ofrecieran el cargo, pero no lo querían. Yo apostaba cien dólares contra uno a que Bianchi no aceptaba.

P. ¿Era Pekerman el indicado para sustituir a Bielsa?

R. Si partimos desde el punto de vista de los antecedentes, no tiene ninguno. En estos años no ha tenido experiencia práctica con los mayores. Tal vez, desde la observación, sí. Pero yo hace 20 años que veo ballet y no entiendo nada.

P. ¿No basta su experiencia con los juveniles, ganó tres campeonatos mundiales sub 20?

R. No tiene nada que ver. Son cosas muy distintas. Yo no me atrevería a dirigir juveniles. Para mí hay diferencias muy marcadas, hay entrenadores de inferiores, de primera y de nivel internacional. No todos son lo mismo, ni son iguales. La selección es también otra categoría. Una cosa es dirigir acá y otra en España. Y otra en Italia.

P. ¿Qué puede cambiar en el equipo que armó Bielsa con Pekerman como entrenador?

R. Es que no sé qué es Pekerman. Nunca dirigió nada. No lo digo peyorativamente, pero la verdad es que no le conozco como entrenador en un River-Boca, en un Real Madrid-Barcelona, en un Rosario Central-Newell's, en competencia cada domingo. Nunca le vi dirigiendo un equipo que está peleando el descenso. No lo conozco bajo presión, no conozco su personalidad, no conozco su idea del juego en la búsqueda de la eficacia. Si no se tiene una gran personalidad, no se pueden transmitir esas ideas a jugadores profesionales. Si a mí me preguntan por Bianchi, yo tengo un análisis interior, porque le conozco en finales, partidos importantes. A Bielsa le conocí con el Vélez, con el Newell's. Ahora, Pekerman... Lo de los juveniles lo descarto, porque no tienen ninguna presión. No es lo mismo dirigir a un gran actor que a un chaval de teatro vocacional, aunque sea bueno.

P. Está claro que no le convence el cambio.

R. No. Bielsa jamás se comprometió con la miseria mediática. Y resulta que se pasa ahora a un entrenador que el día en que lo designaron estuvo desde las ocho de la mañana hasta las doce de la noche dando entrevistas a cualquier medio. A mí me hubiera gustado que Pekerman dijera: 'Haré todo lo posible por seguir adelante, pero me voy porque tengo que hablar con los jugadores, hay partido dentro de 20 días'. Pero ya veo ahora que está todo permitido para los grandes poderes otra vez. Es el uso que hacen ellos de la libertad de prensa, utilizan el micrófono para mentir o engañar, pero se dan el lujo de censurar a quien piensa distinto.

P. ¿El responsable es el presidente de la AFA?

R. Sería muy cómodo echarle toda la culpa a Grondona cuando hay un Estado que se desentiende de cómo funciona la AFA y estas supuestas sociedades sin fines de lucro, donde los intermediarios y los directivos hacen negocios con el club. En este circo es muy cómodo echarle toda la culpa a Grondona cuando ningún dirigente tiene ni presenta un proyecto alternativo.


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FÚTBOL - Reflexiones desde Argentina de un campeón del mundo
"El mejor Beckenbauer fracasaría en el Madrid"
C. A. - Buenos Aires - 20/09/2004

"No, no, del Madrid no hablo. Tengo un gran afecto por Camacho, por Butragueño...", advierte Menotti. Y, enseguida, añade: "Sólo quiero recordar algo que dije hace tiempo. Beckenbauer en su mejor momento y el Flaco Sacchi a los 22 años, uno de los mejores centrales argentinos de la historia, juntos, hoy fracasarían en el Madrid. Y creo que van a pasar por ahí los mejores centrales y van a seguir teniendo los mismos problemas. No debe equivocarse el diagnóstico. Cuando estaba Hierro decían que era lento y no era culpa suya. Ahora culparán a Samuel o al que venga, pero hay que mirar otras cosas. Hay que hablar con otros jugadores y enseñarles cómo funciona una defensa".

Y se calla. Sobre la "inagotable cantera argentina", observa que hay cantidad pero no calidad. Menotti se pregunta: "¿Si uno quisiera comprar hoy un jugador argentino para hacer diferencia en un grande de Europa, a quién se llevaría?" "No hay. No hay un Kempes, un Bertoni, un Passarella, un Batistuta, mucho menos un Maradona. Ni siquiera Aimar ha podido todavía consolidarse como el gran jugador que puede ser. Es que se apura la formación de los pibes para venderlos y se los abruma con responsabilidades enormes cuando aún son muy jóvenes".

¿Puede aceptarse la comparación de Tévez con Maradona? "No, ni hablar. Ni siquiera tomando el momento de la aparición. Diego asomó a los 16 años y ya era extraordinario. Tévez es sin duda el mejor de su generación y cumplió una etapa. Ahora debe pasar a otra en la que ya carga con la fama, la prensa, la presión de ser quien es y aún le falta convertirse en el mejor de Argentina, tiene que jugar en Europa, disputar una Copa del Mundo, no puede ser que se invoque a Maradona en vano".

¿Qué espera todavía Menotti del fútbol? "Sigo soñando con armar el gran equipo, ése que juegue y suene como una sinfonía. Por supuesto, uno siempre espera que los grandes te convoquen, pero me conformaría con un club serio. Uno que siempre me gustó fue el Betis. Por el público, el juego que les gusta a sus aficionados... Ése sería ahora el escenario de mis sueños".


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REPORTAJE: BETIS / SEVILLA
El fútbol arte o el arte del todo vale
Como Menotti y Bilardo, los dos equipos sevillanos representan tipos de juego opuestos
27/08/2003

Años después, el debate sigue abierto. ¿El fútbol como arte o el arte del todo vale para ganar? ¿Menotti o Bilardo? ¿Betis o Sevilla? Los dos equipos sevillanos representan dos tipos de juego opuestos. La floritura del Betis frente a la garra del Sevilla, Víctor Fernández contra Joaquín Caparrós. El pulso se decantó del lado del primero la temporada pasada: el Betis fue el octavo y el Sevilla el décimo, pero ninguno de los dos brilló.

Víctor Fernández, un zaragozano de 43 años, se puso de moda una noche de 1995 cuando levantó la Recopa con el Zaragoza ante el Arsenal. Admirador de Johan Cruyff y compañero de tácticas de Jorge Valdano, su librillo concibe el fútbol como un elemento plástico, una especie de arte. Ese fútbol fue el que paseó en la famosa final de París ante el rocoso Arsenal y ése es el que predica ahora en el Betis, en el que cumple su segunda temporada.


Víctor es otro desde aquella Recopa -"he madurado como persona y como entrenador y ahora sé valorar mucho más el éxito, todo lo que cuesta conseguirlo"-, pero su manual no ha cambiado un ápice. "Lo que queda de aquel técnico de 1995 no va a morir nunca. Es una manera de concebir el fútbol con la que voy a llegar hasta las últimas consecuencias, mi estilo de juego", añade. ¿Y cuál es ese estilo? "Mi filosofía se basa en el buen trato a la pelota, en la vocación ofensiva. Hay que respetar el gusto y el sentimiento del aficionado y eso se hace jugando bonito. Si se juega bien, se gana casi siempre. Ése es el camino, estoy convencido", afirma.


Un abc del fútbol distinto al del Sevilla. "Es verdad que son estilos muy diferentes, pero es cuestión de gustos. El Sevilla defiende otro estilo y ya está", dice Fernández. Es decir, ¿que el Betis es como Menotti y el Sevilla como Bilardo? El técnico bético responde: "A mí me gusta mucho más el fútbol de toque, de combinación, y eso se individualiza en Menotti, aunque hay muchos técnicos con esa filosofía". En el Betis no faltan alumnos. Ahí está, recién llegado, Tote, el amante de la rabona; los regates de Joaquín y Denilson por las bandas y los escarceos de Capi en la media punta. Lo primero es la calidad; luego, el resto. Como opinaba César Luis Menotti, otro joven vencedor en los banquillos. Con 39 años, se convirtió en 1978 en el primer técnico que ganaba un Mundial con Argentina. Fernández tenía 34 cuando ganó la Recopa.


Una anécdota permite acercar ambos estilos. Cierta tarde, el equipo de Menotti, el Boca Juniors, perdía en La Bombonera y el público se impacientaba. Antonio Ubaldo Rattin, el capitán, se dirigió al desgarbado Menotti y le dijo. "Flaco, corré, porque nos van a matar a todos". Menotti se giró y le respondió: "¿Desde cuándo para jugar al fútbol hay que correr?". Ahí se resume la filosofía de Menotti, un estilo que ha sobrevivido y todavía practican entrenadores como Fernández 40 años después. "En el fútbol se puede dejar de correr, se puede dejar de entrar en juego durante largos minutos, pero lo único que no se puede dejar de hacer es de pensar. De un jugador de fútbol se puede hacer un atleta, pero de un atleta no se puede hacer un jugador de fútbol", resume Menotti. "A mí me gusta esa forma de pensar", coincide Fernández; "lo más importante es aprovechar la calidad individual de los futbolistas".


En la orilla de enfrente, el césped, las gradas del Sánchez Pizjuán, conservan todavía cierto aroma del fútbol que caracterizó al Sevilla hace un decenio. El de Carlos Salvador Bilardo en el banquillo, el del juego sin contemplaciones de Prieto, Martagón, Simeone o Diego sobre el campo, el del "písalo, písalo" y "al enemigo, ni agua". El mismo, o casi, que utiliza ahora el Sevilla de Joaquín Caparrós. El arte del todo vale; el juego criticado por los rivales, pero defendido por sus practicantes. Bilardo hizo campeona del mundo a Argentina en 1986 con un estilo diferente al de Menotti. "La técnica no es suficiente", sostiene Bilardo, considerado un analista empedernido del fútbol. Si Menotti, como hace ahora el Betis, apostaba por la libertad del juego, Bilardo, como su Sevilla, por la cuadrícula y el carácter, una idea que se ha identificado con el juego duro.


"Parece que sólo sabemos dar patadas", se queja un empleado del Sevilla. Su equipo fue la temporada pasada el segundo con más expulsiones (11) y se ganó en algunos campos, como en el Bernabéu, la fama de duro. "Hombre, no somos hermanitas de la caridad, pero tampoco somos el equipo más duro de la Liga; hay otros más duros que nosotros", se defiende su técnico, Joaquín Caparrós; "no sólo somos rocosos; eso son etiquetas que nos ponen".


Caparrós define, y defiende, su estilo de juego: "Lo tenemos claro. El orden; lo primero es el orden, y eso lo trabajamos mucho en los entrenamientos. Somos un equipo agresivo en el buen sentido, en el despliegue defensivo, en recuperar la pelota, en el ataque. Pero tenemos jugadores que la tocan: los Gallardo, Casquero, Reyes, Antoñito, que tienen talento, ¿eh?; tienen mucho talento".


¿Pero no llegan ustedes al juego sucio? "No, no, no..., vamos a disputar un balón con todo, pero siempre dentro del reglamento. Los futbolistas reciben siempre acusaciones de juego duro, pero ya están acostumbrados a eso. Están curtidos en mil batallas y lo que digan por ahí les resbala", continúa Caparrós, sevillano de Utrera, de 47 años, cuarta temporada en el club. Algo en él trae a la memoria a Bilardo. Es supersticioso -odia el amarillo hasta el punto de obligar al portero a cambiar de equipación- como el argentino e histriónico en la banda, donde no se está quieto ni un minuto. "Sí, es verdad, y también somos dos amantes del fútbol; estamos siempre pensando en el equipo y llevamos el grupo de manera parecida, pero no somos iguales. Hay algunas diferencias. Por ejemplo, él jugaba con una defensa de cinco; yo, en zona", dice.


Quien también puede opinar sobre el estilo sevillista es Monchi, portero en la época de Bilardo y ahora director deportivo del club. "Hay jugadores que no dan una patada ni queriendo; no saben. Eso sí, nuestra defensa es expeditiva. Tenemos dos centrales agresivos y la fama de duros nos pasa factura en los partidos", reconoce. Se refiere a Javi Navarro y Pablo Alfaro, dos defensas forjados en el cuerpo a cuerpo. Al equipo se ha unido esta temporada el delantero Darío Silva, expulsado ya en la pretemporada por protestar al árbitro en el Trofeo Colombino, ante su Málaga, su ex equipo. Más madera. Es el estilo del Sevilla, distinto al arte que propone su vecino, el Betis. ¿Cuál es el mejor? Caparrós lanza el desafío: "Tenemos futbolistas de perfil distinto. Ya nos dirá la clasificación lo que funciona mejor".


El debate sigue abierto y sobre él habla otro de los protagonistas. Desde Argentina, Bilardo niega que el Sevilla sea sólo juego duro. "Vamos a los nombres. Diego, jugador técnico. Martagón, fuerte. Rafa Paz, técnico. Prieto, fuerte. Suker, técnico. Maradona, ni hablo... Yo tenía en el Sevilla a más jugadores técnicos que otra cosa, pero, sí, el equipo tenía lucha, claro. Yo a los buenos les exijo más sacrificio que a los mediocres", dice. El argentino marcó un estilo propio en el Sánchez Pizjuán.


"Siempre he tenido el mismo estilo de jugar", continúa", "tanto en casa como fuera. Siempre voy a buscar los partidos. Me gusta el jugador de carácter. En Andalucía hay desde siempre jugadores de mucha calidad, pero eso no basta. Hay que sumar más cosas a un futbolista. No podemos quedarnos sólo con la técnica. En España hablan ustedes de la garra española, ¿no? Pues a eso me refiero".


El debate prosigue.

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Marca mediados del 2008
Entrevista a César Luis Menotti (interesante)


Cita:
Con la pretemporada recién empezada, César Luis Menotti, técnico campeón del mundo con Argentina en el 78 y voz autorizada en esto del balón, nos hace un repaso al fútbol español. Sus opiniones siempre son polémicas, atrevidas y, casi siempre, acertadas.

P. ¿Por qué cree que el Barça dejó de jugar buen fútbol la pasada campaña?
R. No es sólo el Barça. En el fútbol actual hay una problemática seria. Hay un 90% de los jugadores que no sabe jugar al fútbol, entendiendo por tal un juego colectivo.

P. ¿Incluye a Messi en ese grupo? Lo digo por su individualismo.
R. Sí, lo incluyo, pero Messi tiene una ventaja muy grande: es brillante en los últimos 15 metros, y eso es único. Para mí Messi es un gran jugador en los últimos 15 metros y un jugador lleno de errores cuando parte desde 50 metros lejos de la portería. Pero como la eficacia está en los últimos metros... es un futbolista muy bueno. Su error es que tiene la misma jugada en los últimos metros que en el centro del campo. Y esa jugada consiste en regatearse a todos los rivales. Quiero decir que si no eres brillante a 50 metros del arco, hay que ser inteligente, salir y tocar rápido en vez de regatear.

P. ¿Y cree que Messi aprenderá? Porque llegará un día en el que no le saldrán los regates.
R. Pues claro que va a aprender. Tiene sólo 19 años. Estamos pidiéndole lo mismo que cuando Di Stéfano llegó al Madrid, ya con 27 años, habiendo jugado diez años con grandes monstruos en River Plate y Millonarios, etc. Y si no aprende, peor para él. Es lo mismo que dijo Cruyff sobre Ronaldinho, al que acusó, con buen criterio, de estar seis años en el pedestal del fútbol cometiendo los mismos errores de concepto.

Ronaldinho es recuperable

P. ¿Cree que Dinho es recuperable?
R. Sí, pero tiene que entender que lo individual no siempre funciona, que hay épocas malas y que hay que darse a lo colectivo.

P. ¿Qué quiere decir con eso?
R. Que cuando un jugador se da una aventura, una jugada individual, tiene que estar preparado para volver al ritmo del equipo cuando acaba esa aventura, acabe bien o mal, da igual. Eso le pasa también a Kaká. Kaká maneja sólo su ritmo y nunca vuelve al ritmo del equipo. Por eso nunca alcanzará a ponerse la corona que tuvieron los cuatro grandes.

P. ¿Aguero falla también en el juego colectivo?
R. Por supuesto. Es otro gran jugador en los útlimos 20 metros, pero regular jugador cuando va por el extremo y normal jugador cuando se tira unos metros más atrás.

P. Quizás el problema es de quién educa a los entrenadores.
R. Ésa es otra de las mentiras del fútbol. Hay una confusión de los entrenadores denominados 'trabajadores'. ¿Qué significa trabajar para un técnico? ¿Estar dos horas en la cancha con un silbato dirigiendo el entrenamiento? Pues no, para mí los jugadores trabajan mejor o peor, no más o menos. El exceso de repeticiones, como pasa en la música, hace que los futbolistas terminen por confundirse y no entender el entrenamiento. Me sorprende esos técnicos que llenan cuadernos de notas durante los partidos. Pagaría millones por leerlos. ¿Qué anotarán? La hora del dentista de la hija, qué programa de televisión deben ver durante la semana.... ¿Qué sé yo? No lo entiendo, la verdad.

P. ¿Qué opina de Iniesta, uno de sus jugadores preferidos?
R. Para mí el Barça son Iniesta y diez más. Además, nunca se queja, no tiene una cara alegre ni cara de pícaro, ni es guapo... y eso le vale muchas suplencias. Tiene más bien cara de oficinista o de estudiante de secundaria, y eso le perjudica increíblemente. Un día de éstos tendría que hacer algo loco, tirarle la pelota a alguien o algo así, para que lo respetaran más. la verdad, hay cosas que no las entiendo.

P. ¿Ve bien la marcha de Frank Rijkaard?
R. Es difícil opinar sin estar dentro. Nosotros, los entrenadores, conocemos este oficio desde dentro y hay mil circunstancias que influyen. El Barça llegó a jugar muy bien con él, pero la pasada campaña no sé qué pasó. A veces he pensado que a Frank le pasó como a esas personas que cuando tienen dos trajes se visten bien, pero cuando ya tienen mucho dinero y tienen muchísimo donde elegir, se pierden. Quizás el exceso de jugadores confundió a Rijkaard. Antes estaban Deco, Ronaldinho, Xavi y poco más. Luego llegaron Henry, Iniesta, Bojan, Messi... Son muchos buenos.

P. ¿Ve mucho fútbol actual?
R. Sí, pero me aburre a veces. Me cuesta muchísimo soportar la cantidad de mentiras evidentes que circulan en el fútbol, que parten de conceptos falsos. No sé hasta dónde vamos a llegar con este fútbol. Se habla de cosas que apenas son interesantes y se confunden conceptos: estrategia con táctica, por ejemplo. La falta de conocimiento que hay para tener un tránsito fluido en la cancha es asombrosa. Sólo algunos proponen otros caminos, y entonces nos topamos con Zidane y, ahora, con Iniesta.

P. ¿Qué falla hoy en día?
R. La gente dice que no hay espacios, que cada vez hay menos. Mentira, mentira. La cancha sigue teniendo 7.000 metros cuadrados, la pelota sigue siendo más rápida que cualquier hombre... Lo que pasa es que la elaboración pasó a ser una obligación sólo para tres o cuatro jugadores... Todo es al revés. Se exige a todo el equipo esfuerzo, sacrificio, entrega en la recuperación de la pelota... Recuperar para jugar. Pero ¿a jugar quién? ¿Todos? Ah, no, ahí no juegan todos. Sólo se les exige jugar a los que pueden hacerlo, como si un tipo que llega a Primera no se le debiera exigir buen juego.

P. Se le ve molesto.
R. Lo último es lo que le han hecho a Inglaterra. Yo tengo ganas de mandarle una carta a la Federación. Antes tenía algo interesante, como era la capacidad de jugarla a un toque, rápido. Ahora, los ingleses no saben ni dónde están. No me puedo creer lo que le han hecho a ese país. Empezaron con Eriksson y ahora con Capello, y siguen jugando igual... igual de mal, claro. El único que puede jugar bien hoy en día es España, y lo ha demostrado en la Eurocopa.

P. ¿Qué espera de Guti, otro de sus referentes?
R. Sí, lo que yo no sé es si Guti tiene una buena actitud para imponerse ante la adversidad. Es un tipo parecido a Riquelme, aunque ahora Juan Román mejoró mucho. Son futbolistas brillantes que ante la adversidad se encaprichan por demostrar que ellos son los mejores y no participan del juego colectivo. Realmente, el caso de Guti me sorprende. Es difícil analizar su caso en la distancia. Me sorprende que nunca sea titular fijo, siempre está en duda, siempre aparece y desaparece.

P. Incluso con Schuster hubo una época en la que tampoco fue titular.
R. A mí me da la impresión de que Schuster nunca encontró el equipo durante la pasada temporada. No sé si es un problema de Schuster o de la calidad de sus jugadores para adaptarse a una idea, a su idea. Meterse a opinar cuando no estás ahí dentro es dicífil pero la realidad es que el Real Madrid jugó muy mal pese al título. El porqué no lo sé.

P. Tema Diarrá. ¿Usted cree que es un jugador hábil para el Madrid?
R. Como jugador de contención delante de la defensa de cuatro, claro. Pedirle al chico éste que juegue de Guti es como pedirme a mí que toque como Paco de Lucía. Son jugadores diferentes. ¿Pueden jugar juntos Guti y él? Probablemente, sí.

P. La pena es que siempre tiene que jugar un doble pivote, y ambos defensivos.
R. El 'doble cinco' es una mentira. El supuesto equilibrio exige más jugadores de contención que creativos. La pelota se puede recuperar no por acumulación de efectivos sino desde la recuperación de espacios, como hacía la Holanda de Cruyff.

P. ¿Cree que Schuster se ha ganado seguir en el banquillo del Madrid?
R. No tengo dudas de que se lo merece. Si hablamos desde la eficacia, ha ganado la Liga. Para consolidar el equipo es evidente que necesita tiempo, ensayos. Este año sí llego la hora de exigir y decir qué quiere y qué no, y ver hacia dónde va.

P. El problema es que los entrenadores aceptan lo que les traigan.
R. Si yo encargo una casa, le digo al arquitecto el estilo que quiero, pero no le digo cómo poner los ladrillos, por dónde empezar la obra. Pues igual con los presidentes y los técnicos. Si un presidente trae un técnico, tiene que dejarlo asumir la responsabilidad. Al menos el presidente tiene que respetar la idea futbolística del técnico y si éste quiere a Messi, no le pueden traer a Gattuso. Sería un disparate.

P. ¿Tiene dudas sobre Gago?
R. Lo llevaron en una cifra tan millonaria que a veces se espera que resuelva todos los problemas en dos jugadas. Y ha llegado en un momento de aprendizaje. Técnicamente es bueno, sabe jugar y la experiencia le pondrá en su lugar correcto. Él, además, es un jugador para jugar solo en el mediocentro. Si lo comparte, se desacomoda. Como Higuaín. Está lleno de condiciones, pero la obligación no le deja progresar.

P. ¿A quién se traería de delantero para el Madrid?
R. Depende de lo que Schuster quiera como equipo. A mí me gusta mucho Klose, el alemán, que juega, toca, cabecea... O Drogba, un tipo más duro. Pero depende del fútbol que quieras hacer. Si tú tienes a Palermo y nadie tira centros, jugarás con diez.

P. Por último, Bilardo dijo en MARCA que el bilardismo ya no existe más. ¿Sigue existiendo el menottismo?
R. No, el menottismo en sí no existió. Lo que ocurre es que, como se ganó el Mundial 78, se aprovechó como argumento mediático para defender un estilo que, en definitiva, fue respetuoso con la historia del fútbol argentino. Tengo claro que lo que yo diga tiene repercusión, para bien y para mal. Pero nada más. No es que hoy no existe el menottismo, es que nunca existió. Eran corrientes tan dispares que se aprovecharon mediáticamente, también en España, pues se aprovechó el Menotti-Clemente.

fuente: marca.com

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Kicker nov 2009

Con la Argentina fue campeón mundial 1978 como técnico; ahora distinguido por su trayectoria con el premio Bensemann 2009.

Versión en castellano de la entrevista publicada en la revista alemana Kicker, en septiembre de 2009.
Por PABLO ARO GERALDES

A los 70 años, César Luis Menotti es más vigente que nunca. Activo, como manager de Independiente, tiene una aguda mirada sobre el fútbol mundial. El entrenador campeón del mundo de 1978 elogia a España, critica el exitismo a cualquier precio, y habla del fútbol de varios países, entre ellos el alemán.
No es nuevo el vínculo de Menotti con Alemania. Conoció el país de joven y siempre estuvo relacionado (Puma, DPA...). Así lo cuenta: “En Alemania me siento cómodo y disfruto mucho; la gente estereotipa al alemán como alguien de personalidad rígida, fría, pero es un error. Aquí hay gente alegre, buenos amigos... y todo lo hacen bien: la ropa, los autos, la comida, la tecnología, el orden...”.
Su próximo viaje a Alemania será en octubre, para recibir el premio Bensemann por su trayectoria. Pero antes, dialogó con Kicker en Buenos Aires, la capital argentina.

-¿Ve partidos de la Bundesliga?
-A veces, cuando los horarios no coinciden con el fútbol de aquí.
-¿Cómo ve al fútbol alemán?
-Cuando hablan de Alemania se menciona el orden, la disciplina y la crcapacidad de trabajo pero no hablan del talento. ¿O Beckenbauer qué era? Alemania empezó a sufrir en su fútbol cuando dejaron de aparecer estos aventureros que le daban al orden ese salto de calidad y de belleza.
Alemania tiene un orden estructural de equipo, es una orquesta con un sonido muy bueno pero nunca dejó de tener a sus grandes solistas, como Müller, Overath, Breitner y tantos otros. Beckenbauer era un jugador superlativo, un artista. Entonces no confundamos el mensaje con la etiqueta del “orden”.
-¿Y ésta selección de Loew?
-Alemania tiene muy buenos jugadores, pero no aparecen esos futbolistas con la capacidad de la aventura. Jorge Luis Borges decía que la literatura es “orden y aventura”. El fútbol es igual: si sos todo orden sos un aburrido, y si sos todo aventura sos un caos. En el último Mundial Alemania tuvo un equipo más comprometido con la gente, pero le faltó ese salto que le puede dar un aventurero.
-De los jugadores alemanes actuales ¿a quiénes destaca?
-De la Selección, Schweinsteiger. Ballack me gusta, pero es más regulador del orden que aventurero, no es como el Iniesta del Barcelona, que hace lo mismo que él pero en los últimos 20 metros te aniquila. No mostró lo que hacía Littbarski, por ejemplo.
-Hace unos años nos dijo a Kicker que le gustaría la idea de que Beckenbauer sea Presidente de la FIFA. ¿Todavía le gustaría?
-Sí, lo dije. Pero también dije que hay dos Beckenbauer: el jugador de fútbol y el dirigente de un club. Yo lo que deseo es que él un día sea presidente de la FIFA pero como jugador, que tenga esa misma sensibilidad que demostró dentro de la cancha. La capacidad la tiene, es un hombre generoso y con mucha experiencia. Que esté más preocupado por defender la calidad y no la cantidad: él sabe, como jugador, que no se pueden jugar 80 partidos al año. A este gran producto de mercado que es el fútbol hay que defenderlo desde la calidad. ¿O Pavarotti podía cantar todos los días en cualquier teatro?

EL DEPORTE AMADO
-¿Por qué el fútbol fascina en todo el mundo, más que otros deportes?
-Conozco el deporte en España, en Francia, en Cuba... Soy un estudioso de esto. En una escuela de Rosario, mi ciudad, fui con el intendente y juntamos en el patio a unos 300 chicos. Les pregunté cuántos querían ser jugadores de básquet: cuatro. ¿Boxeadores? Uno. ¿Futbolistas? Todos. En la Argentina el fútbol es un hecho cultural que genera una máxima atracción, por eso nosotros tenemos la obligación de cuidarlo, de cuidar a los jóvenes de esta locura que los rodea. No soy tan inocente ni me hago el estúpido: ya sé que el fútbol es un negocio. Pero los negocios son diferentes. Negocio es qué pongo yo, qué ponés vos y cómo repartimos. Pero ¿qué pone el mundo de los negocios en el fútbol? Si yo quiero poner un bar tengo que empezar de cero, comprar todo, difundir la marca... Un club como Independiente tiene más de 100 años, ya está hecho. El fútbol es un producto único que se vende en el mundo entero, está impuesto, no hay que salir a venderlo. Y eso lo lograron los grandes futbolistas.
Yo puedo invertir dinero y construir un gran hotel que compita con los mejores, pero si quiero “inventar” un club, construir un estadio, le pongo de nombre “Deportivo Alegría”, salgo a competir con los mejores y me fundo. ¿Con qué cuenta la organización, que los hombres de negocios no tienen? Con un siglo de historia, con un producto impuesto.
En Inglaterra llega un jeque y compra un club, o en México, donde también son propiedad de las grandes empresas, pero acá es otra cosa, y el fútbol argentino merece un debate serio.
-¿Está anestasiada la sociedad?
-El poder económico, a través del poder político, ha producido una desculturización aterradora, que ha llegado al fútbol. Había una cultura, un estilo que en el nombre del modernismo se empezó a destruir. “Hay que ser moderno” en el fútbol, en la música, el arte... Parece que para ser moderno hay que matar a Mozart o a Beethoven. Si eso es el modernismo, prefiero ser antiguo como Mozart y no moderno como Julio Iglesias.
-¿Y aquello del fútbol de izquierda o de derecha?
-Un día dije que había un fútbol de izquierda y otro de derecha. Los más generosos, los más artistas, los más cultos siempre fueron de izquierda, siempre estuvieron más cerca de mí que lo otro, el mercado. Un fútbol generoso, abierto, comprometido con la gente, el orgullo de la representatividad, el orgullo de la pertenencia... todo eso que pregono me suena más a la izquierda que a la derecha. Después hay otro fútbol, al que no le importa la gente, solamente le interesa el resultado. Cuando salía campeón del Inter con el catenaccio todos hablaban maravillas de eso, pero no decía que los tres equipos que habían descendido jugaban igual. El Inter tenía a Suárez, a Mazzola... jugadores que podían ganar con cualquier esquema. Pero si puedo elegir, me quedo con el Milan de Arrigo Sacchi, con la Holanda del 74... o con la misma Alemania de ese Mundial, que era un equipazo.
-¿Sigue pensando que la final del 74 fue el mejor partido que vio?
-Como exhibición de fútbol lo más grande que vi fue a Brasil de 1970. Pero como partido esa final del 74 tuvo todo: fue de ida y vuelta y protagonizado por dos equipos buenísimos.
-Este verano hubo mucho movimiento con Cristiano Ronaldo, con Robinho... Parece que los jugadores están en clubes fantásticos pero igual no están contentos. ¿Qué le parece? ¿Falta ética?
-A la misma plata, el que no disfruta del juego, sufre los cuestionamientos de toda la prensa que espera que él solo gane un partido, no es feliz, y se va a buscar otro horizonte. Pero si Robinho hubiera jugado en Barcelona, no se hubiera ido. Andá a ofrecerle a Iniesta que se vaya a jugar a Italia o Inglaterra... El rendimiento general de ese Madrid era muy malo.
-¿Cómo ve los 94 millones de euros que gastó el Real Madrid?
-Debe ser bueno, habrá que ver cómo juega. Siempre me gusta relacionar el fútbol con la música: un buen director, con regulares músicos puede hacer una orquesta afinada; con grandes músicos puede hacer una sinfónica. Un mal director con músicos regulares es horrible; con buenos músicos puede hacer una orquesta afinada. Los músicos son fundamentales. Es importante que Pellegrini tenga su tiempo de ensayo. Por ahora no me dicen nada. Hubo una época en la que Hollywood llevaba a Vittorio Gassman, Elizabeth Taylor, etc y las películas eran malísimas; tenían a grandes actores pero no había un buen guión.

ARGENTINA Y MARADONA
-¿Qué selecciones le agrada ver hoy?
-Holanda sigue insistiendo con su estilo, Rusia con Guus Hiddink ha hecho un buen juego. Alemania ha sido bastante generosa en el último Mundial.
Y sobre todo España que está eligiendo buenos jugadores. Hace veinte años dije en España que tenían que elegir si querían morir como un toro o como un torero. Si querían morir, porque podrían elegir el éxito, y ahí también cabe elegir si quieren terminar como un toro o un torero. Ahora resulta que después de tanto tiempo se acabó la Furia, lo peor que le pasó al fútbol español. España en el Mundial 98 jugó en el mediocampo con tres centrales (Nadal, Amor, Luis Enrique), tres defensivos. Ahora juegan con chiquititos, tiene una idea y parece que los periodistas están esperando que pierda para criticarla.
-¿Brasil? ¿Argentina?
-Nooo, Brasil y Argentina son una cosa increíble. Nosotros hacemos la historia y después la tiramos a la mierda. Siempre copiamos lo peor: estamos en un fútbol agresivo, vertical, confuso, atlético, de choque... Y en el fútbol brasileño sorprende ver las patadas que se dan... En los 60 viví en Brasil y me tocó ver a Pelé, Coutinho, Garrincha, Tostao, Didí... ¡Dios mío ¿Dónde están?!
-Hasta ahora pareciera que la conducción de Diego Maradona en la Selección Argentina está sustentada más en lo anímico que en lo futbolístico. ¿Es suficiente con ser gran un motivador?
-La motivación es una mentira. La única motivación es la del conocimiento. No lo puedo motivar a mi hijo para que vaya y pelee con Tyson, porque lo estaría matando. La selección tiene un problema muy serio y es que ni siquiera podemos saber qué es lo que quiere Maradona, porque no puede entrenar. Es difícil tener una idea clara de lo que Diego busca, porque no puede mostrarla. Entonces más que un entrenador esr un “seleccionador”. En Europa es más fácil, por las distancias, pero acá no se puede. No lo estoy defendiendo, ni mucho menos. Maradona podrá demostrar su idea recién en el Mundial, cuando tenga un mes para armar el equipo.
-¿Por qué Argentina no supera los cuartos de final en los mundiales y Brasil sí?
-Brasil siempre ha tenido figuras que sostuvieron sus deficiencias colectivas: Romario, Ronaldo, Ronaldinho... Pero Argentina no; desde la salida de Maradona ha tenido buenos jugadores, pero no logró lo que se supone que puede dar Messi ahora. Ese tipo de jugadores genera algo especial: la gente va a ver a Messi, como pasaba con Maradona, y eso le quita peso al resto del equipo.
-Argentina tiene a Agüero, a Messi, a Tevez, fue campeón olímpico...
-Pero son muy jóvenes, su crecimiento lo hacen en Europa. Antes un capitán era Passarella, un tipo con una trayectoria en la selección. Ahora son pibes.
-Quién es el mejor jugador del mundo hoy?
-Iniesta.
-Fernando Torres decía que España campeón de Europa es algo bueno para el fútbol...
-¡Muy bueno!
-Bruckner, Capello, Hitzfeld, Lippi, Rehhagel, del Bosque. En Europa los DT de selecciones son hombres entrados en años. ¿Tiene explicación para esto?
-Es que el joven no tiene la fuerza para imponer su régimen de trabajo. Poner a un técnico de mucha personalidad es peligroso para ciertos dirigentes argentinos, pero se ve que hay países que todavía respetan el conocimiento de los mejores, sin importar su edad.
-¿Por qué regresó a Independiente?
-Hay una vieja historia con el club, donde recurrir a Menotti significa intentar reordenar una idea conceptual, valorizar jóvenes jugadores, porque el mercado no permite traer otros grandes. Veré si estoy a gusto, tratando de armar un equipo competitivo en el corto plazo; y más adelante pensar en la formación de jóvenes.
-Esto no significa que no quiera volver a entrenar...
-En absoluto. Tengo la potestad de elegir el próximo entrenador el año que viene.
-Si Américo Gallego no sigue, el paladar del hincha de Independiente querrá a Menotti...
-Pero esa será una resolución mía, no del club. Puedo presentar dos nombres de entrenadores y ellos elegirán. Falta un tiempo para eso.

-El fútbol es...
-...espacio, tiempo y engaño. Suena a sencillo, pero hay que hacerlo. Y tiene cuatro acciones que se pueden enumerar fácilmente pero que también hay que llevar a la práctica: defender, recuperar la pelota, gestar jugadas y definir. Un fútbol complejo solamente lo hacen diferente los grandes jugadores, y los grandes entrenadores. El técnico tiene una idea y debe demostrar y convencer que a sus jugadores de que con esa idea lograrán la eficacia. Y después comprometer a la defensa de la idea. Son tareas que no se logran en dos días.
-Suele pregonar que se juega como se vive: los argentinos son pícaros, engañadores; los brasileños alegres; los alemanes poderosos; los ingleses estrucurados, etc. Sin embargo Italia, el país de la bellesa, las artes, el diseño está identificado con un fútbol mezquino, especulador...
-Es increíble lo de Italia. Puede jugar tan bien o mejor que España, pero cuando apueste a los grandes jugadores que tiene. Cuando Italia jugó horrible y salió campeón mundial nadie dijo nada. Ahora que Italia sigue jugando igual pero no gana, lo critican por todos lados. Parece que el músculo no se discute, pero la inteligencia sí. Es un debate. Si Baggio está sentado en el banco tiene que esperar a que Del Piero ande mal para entrar... ¡¿Nunca va a entrar Baggio por Gattuso?!
-¿Un once de todos los tiempos?
-Quizá no tenga sentido comparar épocas. Pero sí puedo nombrar a los reyes: el primero fue Alfredo Di Stefano; después aparece Pelé, más tarde Cruyff y después Maradona. Después se produjo un vacío de esa corona: pudo ser Romario, Ronaldinho, Zidane, se desdibujan... aparece Cristiano Ronaldo, pero tampoco. Lo que sí hubo enormes príncipes detrás de los reyes: Beckenbauer, Platini, Laudrup...
-Había dicho que un día habrá un campeón mundial africano...
-Un Mundial tiene “participantes”, “protagonistas” y “candidatos”. Hasta ahora no se rompió nunca ese orden, los candidatos son los de siempre: Alemania, Brasil... Lo que sí es que está más cerca el día de que se rompa la hegemonía de los candidatos. A los africanos tienen un protagonismo muy grandes, pero les cuesta, aunque tengan a grandes jugadores.
-¿Es acertada la elección de Sudáfrica?
-Tengo una visión diferente. Si es para difundir al fútbol, no me suena. Me parece que el Mundial se tiene que jugar en Italia, Argentina, Alemania, Brasil, Inglaterra, Holanda... Establecería ocho o diez escenarios privilegiados para el Mundial, no solamente elegir a países que tengan dinero. ¡En estos países futboleros el jugador! Puede ser por la exigencia del público, pero juega mejor. Yo vi en el Mundial de Corea y Japón que desde la tribuna no había un ambiente de exigencia hacia el futbolista.
El aficionado inglés tiene una manera de pensar el fútbol muy exigente. Y a la Premier League pueden ir futbolistas de todo el planeta, pero tienen que jugar como los ingleses quieren. Si no, se corre el riesgo de desculturizar al fútbol, que a favor del éxito a cualquier manera la liga inglesa termine siendo miserable. Hasta ahora está a resguardo, con conductores como Ferguson o Wenger que respetan la historia, y el público que exige. En la Argentina eso se perdió, cada vez hay más espectadores y menos público: antes del partido están las porristas mostrando el culo, como en el básquet de la NBA, los periodistas se meten en los vestuarios...

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