Y las ligas europeas llegan a su fin, el Iter, Barza y el Manchester, son campeones de sus ligas,
el ultimo fin de semana hizo lo propio el Wolfburgo frente al Werder de Pizarro, que nado y nado y se ahogo en la orilla, y solo le queda la Copa Alemana.
El Barza campeono, con la derrota del Madrid, el real despues de los 6 goles en el clasico perdio todos y esta K.O., el barza perdio y empato, sin embargo, esta poniendo suplente y esperando a Iniesta y Henry, para la final, el unico que si perdio fue Etoo, pues hasta penales perdio y Forlan nuevamente le arrebata el Botin de Oro al mejor goleador.
De todos modos, este miercoles veremos Toque vs Dinamica, sin embargo ambos promueven el futbol bien jugado, son dos expresiones del excelente futbol colectivo, ambos tienen a latinos como los mas grandes cracks de la actualidad, el Barza me gusta mas, pues soy un romantico del futbol y eso no quita que me siga asombrando del Manchester...
Lastima que C.Ronaldo se vaya al Real Madrid,... quiza sin él El Manchester no vuelva a ser, por un buen tiempo, y Ojala Messi realmente se quede en el Barza, no me gusta ese fiorentino, despues hablare de eso, y ojala que Valdano este para equilibrarlo.
Que viva el futbol, espero ver una sacada de m... de proporciones este miercoles, muchos goles, mucha clase, mucha gambeta y mucho regate en velocidad, desde ya tendremos un gran campeon y un gran 2do puesto.
Salud!
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lunes, 25 de mayo de 2009 2:37 Johan Cruyff
La mejor final para disfrutar
Llegan a Roma los dos que más lo han merecido. Y llegan con títulos en el bolsillo. Así que no es imperioso ganar. Por eso les invito, especialmente al Manchester, a que sean atrevidos. Por el bien del fútbol.
No sabemos qué final veremos en Roma, pero los dos contendientes pueden dedicarse perfectamente a jugar al fútbol. Por una vez, levantar la copa no es vital para nadie. Los dos llegan con los bolsillos repletos de gloria. Uno, con dos títulos; el otro, con cuatro. En juego, el prestigio y el pasar a la historia. Sin urgencias por tener que ganar, espero tensión pero sin nerviosismo. Si las finales son para disfrutarlas, esta más que ninguna otra. Están los que más lo han merecido.¿Qué United veremos en Roma? Dudo mucho que quiera tener el balón más que el Barça. Podría jugarle de tú a tú porque tiene calidad, pero ahí perdería metros para explotar su juego directo en el contragolpe. Si el Barça ataca mucho, que lo intentará, ellos defenderán mucho. Y ahí todos son un bloque. Cuando pierden el balón, todos van hacia atrás. Si hace falta, Park actúa de lateral derecho. Si hace falta, Rooney se pone de lateral izquierdo.Sé lo que propondrá Guardiola y me gustaría que la propuesta de Ferguson esté en consonancia. Jamás le pediré que juegue como el Barça de Pep. Cada uno tiene su estilo y eso enriquece el fútbol, pero me sorprendería que el Manchester hiciera de Chelsea. Es decir, todos atrás y a esperar una contra o una jugada a balón parado. Si yo domino este tipo de estrategia, lo que intentaría es multiplicarla. Para ello hay que enseñar los dientes en ataque tantas veces como sea posible. Y más si tienes en cuenta que la defensa del Barça llega muy condicionada a la final.Plantilla más ampliaInsistiendo por última vez en que los tres ausentes por sanción (Alves, Abidal y Fletcher) tendrían que estar presentes en la final --ninguno hizo nada sucio ni peligroso--, es cierto que la plantilla inglesa es más amplia que la catalana. Y es así por una razón bien sencilla: desgranado el calendario de unos y otros, allí hay más partidos por jugar. Además, el dinero no es obstáculo para contratar una cifra mayor de futbolistas porque la Premier es el torneo que mejor se vende al mundo. Otra cosa es la cifra de ingleses que acaba jugando en sus clubs y la repercusión que ello tiene en la selección.Para terminar, tres incógnitas que tengo respecto a la final. Una: el escenario elegido. Los estadios con pista de atletismo restan mucha temperatura a los partidos. Dos: he leído que hará calor la noche del partido. Espero que mojen la hierba. Un césped seco es sinónimo de lento. Por suerte, ambos finalistas están acostumbrados a jugar rápido, cada uno con su estilo, con una fina capa de agua. Por tanto, ahí no hay ventaja para uno o desventaja para el otro. Aquí regar es bueno para el fútbol en sí. Y tres: celebro que la mayor de las preocupaciones en Barcelona en los días previos a la final es quién jugará de lateral izquierdo. Señal de que todo lo demás está más o menos claro. Desconozco si será Silvinho, Cáceres o Keita. Para mí, la cuestión no es quién, sino dónde y cómo va a jugar ese lateral. Si tienes claro que va a actuar la mayor parte del partido de centrocampista más que de defensa puro, Keita puede jugar perfectamente allí. Y lo que vale para Keita vale para cualquier centrocampista habitual. Igual que un extremo puede acabar sumando más minutos como centrocampista retrasado, lo mismo ocurre con un lateral. Más retrasado el atacante, más adelantado el defensor.Variar lo mínimoEn el fondo es conseguir que el futbolista acabe jugando donde está más habituado. Por si sirve de algo, Eusebio era un centrocampista fantástico que utilicé en no pocas ocasiones como lateral derecho. La cuestión no era sacarle de su sitio porque sí, sino hacerlo ajustando su posición a sus calidades y a lo que estaba acostumbrado. Si le hubiese hecho jugar de Sergi Barjuán, habría fracasado antes de empezar. Yo le quería en otra posición. Y si ahora Guardiola apuesta por Keita --no tengo ni idea--, querrá exactamente lo mismo.Salvando las distancias, es como la discusión de quién es mejor, ¿Messi o Cristiano? Depende de a qué juegas y de cómo juegas. Siendo los dos muy buenos, son diferentes. Uno zurdo, el otro diestro. Uno potente físicamente, el otro pequeño... Para mí el único punto que tienen en común es que encajan en el libro de estilo de sus equipos.Lo mejor para LeoEs más, en un hipotético cambio de cromos, Messi en el United y Cristiano en el Barça, creo que todos saldrían perdiendo. Ellos y los equipos en sí. Al menos de entrada, porque los hábitos de juego en uno y otro equipo poco tienen que ver. Y no vale que Messi puede jugar a la contra siempre porque es muy rápido. Rápido es, pero su físico agradece el jugar tan cerca del área rival como sea posible. El hecho de que no se haya lesionado este año y su cifra de goles y asistencias, a mi entender, lo certifican.
La mejor final para disfrutar
Llegan a Roma los dos que más lo han merecido. Y llegan con títulos en el bolsillo. Así que no es imperioso ganar. Por eso les invito, especialmente al Manchester, a que sean atrevidos. Por el bien del fútbol.
No sabemos qué final veremos en Roma, pero los dos contendientes pueden dedicarse perfectamente a jugar al fútbol. Por una vez, levantar la copa no es vital para nadie. Los dos llegan con los bolsillos repletos de gloria. Uno, con dos títulos; el otro, con cuatro. En juego, el prestigio y el pasar a la historia. Sin urgencias por tener que ganar, espero tensión pero sin nerviosismo. Si las finales son para disfrutarlas, esta más que ninguna otra. Están los que más lo han merecido.¿Qué United veremos en Roma? Dudo mucho que quiera tener el balón más que el Barça. Podría jugarle de tú a tú porque tiene calidad, pero ahí perdería metros para explotar su juego directo en el contragolpe. Si el Barça ataca mucho, que lo intentará, ellos defenderán mucho. Y ahí todos son un bloque. Cuando pierden el balón, todos van hacia atrás. Si hace falta, Park actúa de lateral derecho. Si hace falta, Rooney se pone de lateral izquierdo.Sé lo que propondrá Guardiola y me gustaría que la propuesta de Ferguson esté en consonancia. Jamás le pediré que juegue como el Barça de Pep. Cada uno tiene su estilo y eso enriquece el fútbol, pero me sorprendería que el Manchester hiciera de Chelsea. Es decir, todos atrás y a esperar una contra o una jugada a balón parado. Si yo domino este tipo de estrategia, lo que intentaría es multiplicarla. Para ello hay que enseñar los dientes en ataque tantas veces como sea posible. Y más si tienes en cuenta que la defensa del Barça llega muy condicionada a la final.Plantilla más ampliaInsistiendo por última vez en que los tres ausentes por sanción (Alves, Abidal y Fletcher) tendrían que estar presentes en la final --ninguno hizo nada sucio ni peligroso--, es cierto que la plantilla inglesa es más amplia que la catalana. Y es así por una razón bien sencilla: desgranado el calendario de unos y otros, allí hay más partidos por jugar. Además, el dinero no es obstáculo para contratar una cifra mayor de futbolistas porque la Premier es el torneo que mejor se vende al mundo. Otra cosa es la cifra de ingleses que acaba jugando en sus clubs y la repercusión que ello tiene en la selección.Para terminar, tres incógnitas que tengo respecto a la final. Una: el escenario elegido. Los estadios con pista de atletismo restan mucha temperatura a los partidos. Dos: he leído que hará calor la noche del partido. Espero que mojen la hierba. Un césped seco es sinónimo de lento. Por suerte, ambos finalistas están acostumbrados a jugar rápido, cada uno con su estilo, con una fina capa de agua. Por tanto, ahí no hay ventaja para uno o desventaja para el otro. Aquí regar es bueno para el fútbol en sí. Y tres: celebro que la mayor de las preocupaciones en Barcelona en los días previos a la final es quién jugará de lateral izquierdo. Señal de que todo lo demás está más o menos claro. Desconozco si será Silvinho, Cáceres o Keita. Para mí, la cuestión no es quién, sino dónde y cómo va a jugar ese lateral. Si tienes claro que va a actuar la mayor parte del partido de centrocampista más que de defensa puro, Keita puede jugar perfectamente allí. Y lo que vale para Keita vale para cualquier centrocampista habitual. Igual que un extremo puede acabar sumando más minutos como centrocampista retrasado, lo mismo ocurre con un lateral. Más retrasado el atacante, más adelantado el defensor.Variar lo mínimoEn el fondo es conseguir que el futbolista acabe jugando donde está más habituado. Por si sirve de algo, Eusebio era un centrocampista fantástico que utilicé en no pocas ocasiones como lateral derecho. La cuestión no era sacarle de su sitio porque sí, sino hacerlo ajustando su posición a sus calidades y a lo que estaba acostumbrado. Si le hubiese hecho jugar de Sergi Barjuán, habría fracasado antes de empezar. Yo le quería en otra posición. Y si ahora Guardiola apuesta por Keita --no tengo ni idea--, querrá exactamente lo mismo.Salvando las distancias, es como la discusión de quién es mejor, ¿Messi o Cristiano? Depende de a qué juegas y de cómo juegas. Siendo los dos muy buenos, son diferentes. Uno zurdo, el otro diestro. Uno potente físicamente, el otro pequeño... Para mí el único punto que tienen en común es que encajan en el libro de estilo de sus equipos.Lo mejor para LeoEs más, en un hipotético cambio de cromos, Messi en el United y Cristiano en el Barça, creo que todos saldrían perdiendo. Ellos y los equipos en sí. Al menos de entrada, porque los hábitos de juego en uno y otro equipo poco tienen que ver. Y no vale que Messi puede jugar a la contra siempre porque es muy rápido. Rápido es, pero su físico agradece el jugar tan cerca del área rival como sea posible. El hecho de que no se haya lesionado este año y su cifra de goles y asistencias, a mi entender, lo certifican.
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Juanma Rubio 17/05/2009
Partido sin tensión competitiva en Son Moix. El Mallorca se impuso a un Barça en el que sólo había un jugador de los teóricos titulares de cara a la final de Roma: Samuel Etoo. Guardiola dio minutos al camerunés, que marcó un gol y pudo hacer varios más, penalti incluido, que le hubieran servido para dar un paso de gigante en su lucha individual por el Pichichi y la Bota de Oro. El Barcelona, ya campeón, se queda a tres goles de superar los 107 del Real Madrid 89/90.-->
Así son estos partidos en pleno sprint final de la Liga. Los hay dramáticos, con temporadas, proyectos y presupuestos en juego, corazones en vilo, y los hay con aire a canción del verano. Mientras unos meten el codo y aprietan los dientes en esta dramática recta final, otros llegan silbando, mirando el paisaje y saludando al tendido. El premio del alumno aplicado. Y en Son Moix coincidían dos: el Mallorca que ha asegurado la permanencia con una segunda vuelta de nota y un Barcelona al que el Real Madrid ahorró el último trámite, el minúsculo engorro de cerrar una cuestión decidida hace dos semanas en el Santiago Bernabéu. Los festejos se adelantaron tras la capitulación de un Madrid en desbandada ante el mismo Villarreal que los había aplazado seis días antes. Pequeñas historias del fin del campeonato.
La imagen del día, así las cosas, precedía al propio partido, y no era otra que el pasillo con el que el Mallorca honró al campeón, o más bien a su camiseta porque por Son Moix apenas asomó, final de Roma a la vista, una versión más C que B del rutilante Barça. Ni Valdés, ni Puyol, ni Xavi, ni Piqué, ni Messi, ni los lesionados Henry o Iniesta... apenas tres titulares, bien por su obligada ausencia para la final de la Champions (Alves y Abidal), bien por pequeñas exigencias de guión, y ese era el caso de Etoo, que jugó para distanciar a Forlán y Villa en la lucha por el Pichichi y apretar a Janko en la carrera por la Bota de Oro.
El camerunés respondió sólo a medias al guiño de Guardiola. Zanjado el caballeroso tema del pasillo, con ovación en la grada y benevolencia climatológica, se puso manos a la obra y pareció de largo el jugador más interesado en que pasaran cosas en el césped de Son Moix. Él y Bojan, que jugó bien entre líneas y buscó obsesivamente a Etoo, que demostró que no está terminando el año con finura en la definición. Marcó un gol, en el minuto 10 de cabeza a pase de Bojan, claro, y suma 29 goles en 34 partidos. Pudieron ser algunos más, un puñado de ellos incluso, pero se diluyeron entre paradas de reflejos de Moyá y esa precipitación ansiosa que se apodera en estas situaciones de Etoo, que se encontró dos veces con el poste en los últimos minutos, primero en un remate de cabeza, después en un penalti ya en el descuento.
El gol de Etoo fue la segunda parte de la historia, después del pasillo, y abrió la puerta a más de 80 minutos de epílogo con tintes de pachanga. El Mallorca, un equipo siempre ordenado y respetuoso con el balón, vagó por el campo en la primera parte, se dejó ir contemplando las maniobras de un Barça que no es tanto Barça sin Xavi, Messi, Iniesta y compañía pero que tiene un plan tan aprehendido y tan invariable que resulta siempre reconocible. En esa primera parte lucieron Bojan o Pedrito y apenas dejaron ningún detalle de jerarquía suplentes habituales como Hleb o Gudjohnsen. Oier no tuvo trabajo y Xavi Torres dejó apuntes de aseada eficiencia en el centro del campo.
El Mallorca aparece en el partido
En la segunda parte cambiaron las tornas. El Barcelona comenzó con un par de buenas combinaciones, siempre de Bojan hacia Etoo, fallón, y se puso a sestear de forma definitiva. El Mallorca decidió poner un mínimo de interés en el asunto y pasó a dominar y a buscar la portería contraria, a años luz en el primer tiempo, siempre dentro de un tono general que hacía pensar que quizá Guardiola podría haber dado minutos a algunos de los cracks a modo de entrenamiento distendido. Y con público, claro.
Con una marcha más, el Mallorca rondó el gol y lo encontró por partida doble sobre la media hora, primero en una falta tirada por Arango, clase glacial, en la que Oier pudo hacer más, después en un remate de Cleber Santana a la salida de un córner, sólo en el área grande. Revolcón en el marcador y sonrisas en la grada, como si el Barcelona correspondiera cortésmente al pasillo, a los aplausos, a la distensión general, incluso al sol.
En la recta final y hasta el penalti fallado por Etoo, mantuvimos la vista en el partido para ver a Jeffren y Thiago, el hijo de Mazinho, a los que Guardiola dio minutos en este partido de fogueo. El Mallorca pudo ampliar la cuenta y entregar un marcador aún más resultón contra el campeón, Arango el más desequilibrante, Aduriz el más insistente en la escuadra de Manzano. Al final, en fin, ganó el Mallorca, que se da una alegría para rematar su gran final de Liga y perdió el Barcelona con el título en el bolsillo y las estrellas descansando y pensando en el Manchester. Sólo en el Manchester. Al fin y al cabo, de eso se trataba, así que todos contentos.
Partido sin tensión competitiva en Son Moix. El Mallorca se impuso a un Barça en el que sólo había un jugador de los teóricos titulares de cara a la final de Roma: Samuel Etoo. Guardiola dio minutos al camerunés, que marcó un gol y pudo hacer varios más, penalti incluido, que le hubieran servido para dar un paso de gigante en su lucha individual por el Pichichi y la Bota de Oro. El Barcelona, ya campeón, se queda a tres goles de superar los 107 del Real Madrid 89/90.-->
Así son estos partidos en pleno sprint final de la Liga. Los hay dramáticos, con temporadas, proyectos y presupuestos en juego, corazones en vilo, y los hay con aire a canción del verano. Mientras unos meten el codo y aprietan los dientes en esta dramática recta final, otros llegan silbando, mirando el paisaje y saludando al tendido. El premio del alumno aplicado. Y en Son Moix coincidían dos: el Mallorca que ha asegurado la permanencia con una segunda vuelta de nota y un Barcelona al que el Real Madrid ahorró el último trámite, el minúsculo engorro de cerrar una cuestión decidida hace dos semanas en el Santiago Bernabéu. Los festejos se adelantaron tras la capitulación de un Madrid en desbandada ante el mismo Villarreal que los había aplazado seis días antes. Pequeñas historias del fin del campeonato.
La imagen del día, así las cosas, precedía al propio partido, y no era otra que el pasillo con el que el Mallorca honró al campeón, o más bien a su camiseta porque por Son Moix apenas asomó, final de Roma a la vista, una versión más C que B del rutilante Barça. Ni Valdés, ni Puyol, ni Xavi, ni Piqué, ni Messi, ni los lesionados Henry o Iniesta... apenas tres titulares, bien por su obligada ausencia para la final de la Champions (Alves y Abidal), bien por pequeñas exigencias de guión, y ese era el caso de Etoo, que jugó para distanciar a Forlán y Villa en la lucha por el Pichichi y apretar a Janko en la carrera por la Bota de Oro.
El camerunés respondió sólo a medias al guiño de Guardiola. Zanjado el caballeroso tema del pasillo, con ovación en la grada y benevolencia climatológica, se puso manos a la obra y pareció de largo el jugador más interesado en que pasaran cosas en el césped de Son Moix. Él y Bojan, que jugó bien entre líneas y buscó obsesivamente a Etoo, que demostró que no está terminando el año con finura en la definición. Marcó un gol, en el minuto 10 de cabeza a pase de Bojan, claro, y suma 29 goles en 34 partidos. Pudieron ser algunos más, un puñado de ellos incluso, pero se diluyeron entre paradas de reflejos de Moyá y esa precipitación ansiosa que se apodera en estas situaciones de Etoo, que se encontró dos veces con el poste en los últimos minutos, primero en un remate de cabeza, después en un penalti ya en el descuento.
El gol de Etoo fue la segunda parte de la historia, después del pasillo, y abrió la puerta a más de 80 minutos de epílogo con tintes de pachanga. El Mallorca, un equipo siempre ordenado y respetuoso con el balón, vagó por el campo en la primera parte, se dejó ir contemplando las maniobras de un Barça que no es tanto Barça sin Xavi, Messi, Iniesta y compañía pero que tiene un plan tan aprehendido y tan invariable que resulta siempre reconocible. En esa primera parte lucieron Bojan o Pedrito y apenas dejaron ningún detalle de jerarquía suplentes habituales como Hleb o Gudjohnsen. Oier no tuvo trabajo y Xavi Torres dejó apuntes de aseada eficiencia en el centro del campo.
El Mallorca aparece en el partido
En la segunda parte cambiaron las tornas. El Barcelona comenzó con un par de buenas combinaciones, siempre de Bojan hacia Etoo, fallón, y se puso a sestear de forma definitiva. El Mallorca decidió poner un mínimo de interés en el asunto y pasó a dominar y a buscar la portería contraria, a años luz en el primer tiempo, siempre dentro de un tono general que hacía pensar que quizá Guardiola podría haber dado minutos a algunos de los cracks a modo de entrenamiento distendido. Y con público, claro.
Con una marcha más, el Mallorca rondó el gol y lo encontró por partida doble sobre la media hora, primero en una falta tirada por Arango, clase glacial, en la que Oier pudo hacer más, después en un remate de Cleber Santana a la salida de un córner, sólo en el área grande. Revolcón en el marcador y sonrisas en la grada, como si el Barcelona correspondiera cortésmente al pasillo, a los aplausos, a la distensión general, incluso al sol.
En la recta final y hasta el penalti fallado por Etoo, mantuvimos la vista en el partido para ver a Jeffren y Thiago, el hijo de Mazinho, a los que Guardiola dio minutos en este partido de fogueo. El Mallorca pudo ampliar la cuenta y entregar un marcador aún más resultón contra el campeón, Arango el más desequilibrante, Aduriz el más insistente en la escuadra de Manzano. Al final, en fin, ganó el Mallorca, que se da una alegría para rematar su gran final de Liga y perdió el Barcelona con el título en el bolsillo y las estrellas descansando y pensando en el Manchester. Sólo en el Manchester. Al fin y al cabo, de eso se trataba, así que todos contentos.
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El Barcelona busca el Triplete y el Manchester United mantener su trono
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