lunes, 3 de mayo de 2010

Mourinho el aburrido?

Los fanaticos de futbol, aquellos que aman a Boca, Sao Paulo, Etc, se arañan diciendo que el miercoles Pasado el futbol murio, a raiz de que con un sistem aultradefensivo el Inter elimino al Barza, semejante imbecilidad la escuche cuando Brazil bailo a Italia, pero Italia lo saca de España 82, 3 a 2.

NO ES VERDAD si esos superequipos no ganaron, es porque no pudieron superar el paradigma del rival, por dogmaticos, por no cambiar de libreto, esta bien todo lo del Barza, pero no vi a nadie patear de fuera del area, todo era Xavi y Messi. Mou hizo que el chip se recaliente, y no piensen... y en el futbol se trata de eso, de pensar a cada rato. Y ahi tambien viene la soberbia, quien mando a tratar de ridiculizar con dominio territorial y tecnico al Inter? SE comieron 3 pepas de pura contra.

Aqui en Peru nos vanagloriamos por lo mismo, se olvidan del Partido SaoPAulo Cienciano, donde DIOS fue cuzqueño y ese partido por azar de empato 1 a 1, con autogoal brasilero.

Los de Boca se olvidan de como ganaron sus copas con Bianchi, de las 3 solo una fue bien jugada, recuerdo una contra el Cruz Azul donde todo era tactico y Boca fue dominado por el mexicano en el mismisimo estadio bostero. Los Brasileros se olvidan que Campeonaron en el 94 x PENALES!!!! Los Argentinos se olvidan que en el 90 llegaron dignamente con un Equipo y su supercrack en pesimas condiciones, pero jugando a cualquier cosa menos al futbol, ENTONCES NO NOS HAGAMOS LOS ANGOSTOS,
que esteticamente es feo, es cierto, pero tambien lo es el hecho que al menos el futbol peruano necesita de Logros, y cuando la pelotita no quiere andar linda pues x el otro lado será.

Esto me lleva a pensar algo y repetirlo, la U de Reynoso del año pasado fue un campeon que juega feo, pero que no hubiese sido rival para ALianza 2003,2004,2006, o los ultimos San Martin, no solo eso, el unico jugador bueno era Solano, y x ahi Piero Alva, los cuales no eran titulares el 100% de los partidos, es mas no creo que fuera de REynoso algun tecnico peruano hubiese podido ser campeon con ese modesto equipo crema... Lo mejor que le pudo pasar al futbol peruano fue eso, que abramos los ojos y nos demos cuenta AQUI EN NUESTRO campeonato que no todo es habilidad y tecnica, sino que la tactica, la estrategia y el fisico son ya commodities en el futbol, es decir nisiquiera son condiciones especialesl sino que todos la tienen y por ende, ya deberiamos tenerla aqui tambien...

Espero que este jueves Alianza por lo menos haga algo digno y no se venga con una goleada, que por lo menos, le plante un partido duro a La U, si Dios es blanquiazul ese dia, pues que venga, pero que si se regresan que lo hagan con la frente en alto.

Chau.

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MOURINHO GANÓ EL PARTIDO DESDE EL BANCO

No está prohibido defender
Por: Jorge Barraza Periodista
Lunes 3 de Mayo del 2010

“¡Cómo defienden los tanos!”, se asombró un televidente que se había preparado para el plato fuerte del semestre futbolístico: Barcelona-Inter por la semifinal de la Champions. Pero tenía frente a sí una papa hervida, sin sal ni aceite. Un equipo que empujaba tímidamente contra otro que resistía con fiereza. Se olvidó que los 11 “neroazzurros” eran extranjeros: 4 argentinos, 4 brasileños, un camerunés, un holandés, un rumano. Luego ingresaron un ghanés, un colombiano y un keniata. Y el técnico, portugués. Nunca más exacto el nombre Internazionale. No hay nada menos italiano que el Inter. Su único rasgo itálico fue el viejo y áspero “catenaccio”. Con él alcanzó la final ante el Bayern Múnich.

“Hoy es un día muy triste para el fútbol”, declaró Ángel Cappa, agudo observador, defensor acérrimo del toque, de la bola al pie, de un compromiso irrenunciable con la estética asociada al juego. Lo dijo a raíz de la eliminación de un cándido Barcelona a manos de un Inter que reflotó el defensivismo a ultranza.

Sí, los que amamos el juego como expresión artística y de triunfo (una sin la otra no tienen sentido) no quedamos felices. Le íbamos al Barza. Pero no ha sido un día triste por el resultado, sino porque el equipo catalán no fue la expresión brillante que disfrutamos en este último año y medio, sino todo lo contrario: se pareció a una formación mediocre, sin imaginación para resolver el problema planteado por el adversario (que es otra de las facetas apasionantes del fútbol) y sin el carácter para darle vuelta con otros atributos. No se trata de “morir con la mía”; cuando el toque muta en toquecito y no desequilibra hay que explorar otros caminos. No los buscó o no los encontró. Terminó con cinco delanteros en el campo; podía haber puesto ocho, no hubiese variado nada: Barcelona sufrió un apagón de dos horas.

Se empequeñeció de golpe la aureola de Guardiola. Cuando se desaparecieron sus individualidades no tuvo una fórmula alternativa de desequilibrio. Y, peor, no hubo temperamento para revertir la suerte. El coraje deben aportarlo los jugadores, pero quien lo contagia o lo activa es el técnico. Nunca vimos un equipo pusilánime con un entrenador valiente. Ni al revés. Generalmente el 11 es reflejo del conductor. De sus miedos y de sus agallas.

También quedaron expuestos, en esa semifinal europea, sus serios errores de fichaje. Gastó 100 millones de euros, compró nada. Guardiola siempre alinea a Ibrahimovic como titular. Cuando va perdiendo, lo saca. Nadie reemplaza al centrodelantero cuando necesita desesperadamente goles. Pero Josep es consciente de que el sueco no puede. Menos en estos partidos. Y menos aun con Lucio y Samuel en el fondo interista, dos guardiacárceles. Ibrahimovic parece un jugador de utilería, una fachada de cartón con dos palitos sosteniéndolo de atrás. Es el único futbolista del que, hasta sus más fervientes admiradores, no pueden enumerar una virtud. ¿Patea? “No, pero es un gran jugador”, responden. ¿Cabecea? “No, pero es un gran jugador”. ¿Gambetea? “Bueno, no, pero”. Es como un disco rayado. Un lector español dio en el clavo: “Este tío es el paquete más grande del fútbol mundial. Nadie sabe qué hace ahí”. Debería ser comentarista estelar de las cadenas de televisión internacionales. Mourinho, astutísimo, se lo quitó de encima.

Johan Cruyff, que cuando abre la boca obliga a protegerse con barbijo, dijo que el 3 a 1 del Inter en la ida había sido un robo arbitral. En efecto, el tercer gol, de Milito, fue en posición adelantada. Cruyff olvidó que el año pasado Barcelona fue campeón, entre otras cosas, porque uno de esos calamitosos árbitros europeos (que por supuesto irán al Mundial) ignoró entre 3 y 5 penales a favor del Chelsea, también en semifinales. ¡Y en Londres! En esa oportunidad a Cruyff le agradó la tarea arbitral.

Inter es un justo y legítimo finalista. Ganó la pulseada táctica, supo cerrarle los conductos a Messi (todos dicen que el equipo lo sostiene a él; pero si él no se enciende, el equipo tampoco). Y supo golpear en la red. Eso fue en Milán. En España defendió ardorosamente, ostensiblemente, exclusivamente. Le cabe la coartada de haber jugado 69 minutos con un hombre menos por la injustificada expulsión de Motta.

Públicamente, Mourinho exhibe actitudes repudiables, pero su táctica es legal. No está prohibido defender en fútbol. No es deshonra. Y no pegó. Todo lo que esté dentro del reglamento es válido. Por supuesto, resulta desagradable ver un equipo atrincherado y sacándola a cualquier parte. Es vulgar, pero hay que saber contrarrestarlo, no llorar. El año pasado, jugando exactamente igual que el Inter, el Chelsea superó al Barza. No arribó a la final por la comentada desastrosa prestación referil. Guardiola pudo haber tomado nota de aquel partido y del de Estudiantes. Cuando se le cierran atrás, se le queman los papeles.

Ahora habrá una final ítalo-germana. No se la envidiamos a Europa. El Bayern es un conjunto eficiente, aunque aburrido. Semeja el equipo de una compañía de seguros. Juega con saco y corbata. Los dos son ultratácticos, Van Gaal y Mourinho. Que se arreglen entre ellos.

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Thursday, April 29, 2010 1:57 AM Johan Cruyff
Ganar sin querer el balón

Esperábamos, necesitábamos, al mejor Barça y no salió. El Inter sí fue exactamente el que conocemos: jugó y pasó sin querer nunca el balón. Jamás.


El equipo está cansado, pero se dejó la piel en el campo. No tuvo la frescura necesaria para superar a un rival que, lo sabíamos, iba a plantear el partido esperando saber si debía o no atacar. Como el primer gol no llegó nunca, el Inter pudo jugar como quiso, es decir, renunciando al balón y viéndolas venir. Y así llegó a la final de Madrid.

1 Una expulsión beneficiosa
No diré que al Inter y a José Mourinho le vino de perlas que expulsasen a Motta, pero su descarte le permitió reforzar, aún más, su idea de jugar todo el partido sin querer el balón, simplemente esperando al rival. Y como Pep Guardiola repobló el centro del campo, el partido no tuvo fluidez en ningún momento. Es más, el Inter, viendo que el Barça acumulaba gente en el centro, colocó a Chivu a última hora para tapar la incorporación de Alves al ataque, al centro. Con esa hábil maniobra, Mourinho neutralizó la sorpresa de Guardiola. ¿A qué se jugaba entonces? Pues simplemente a un fútbol más emocional que táctico. Ya no había sorpresa en las alineaciones, ese factor quedó anulado con la entrada de Chivu. Y, encima, los italianos se quedaron con 10 en el minuto 27 de la primera parte. Era como si Mourinho gritase a los suyos: «¡regalen el balón!» El Barça supo, en ese instante, que con el 2-0 pasaría. El Inter no pensaba atacar. Ni pensaba, ni lo intentó. Por eso la posesión fue un récord: 78%.

2 Con extremos pero sin remate
El Barça intentó de nuevo abrir el campo. Y lo intentó a lo largo de todo el partido. Y lo hizo sabiendo que esa era una de las maneras, no solo de intentar superar la poblada defensa italiana, sino sabiendo que por ahí llegaría el peligro, los centros. Y llegaron, pero esta vez fallaron los rematadores. Ya no digo solo Ibra, sino todos aquellos que, normalmente, de vez en cuando llegan desde atrás, tipo Keita, Touré o el propio Xavi. Hubo intención, sí, mucha, pero nadie consiguió romper el cerocerismo del Inter porque, por vez primera, hubo ausencia de rematadores.

3 Tampoco hubo virtuosismo
El Barça, el mejor Barça, el Barça de los últimos 20 meses, el que ha acumulado no solo buen juego, no solo triunfos, muchos, muchísimos y grandes, el Barça de los seis títulos, ha tenido y tiene dos maneras de ganar. Bueno, tiene muchas formas de crear juego y ocasiones, pero dos primordiales: el pase al hueco, la cesión mortal, la asistencia de gol de Xavi, siempre oportuna y prodigiosa, o la jugada de inspiración de Messi, ese uno contra uno que fulmina al rival. Ni ante el Espanyol, ni en Milán ni anoche hubo esas dos posibilidades. Y eso dañó, y mucho, la inspiración y el juego ofensivo azulgrana.

4 La Liga no se puede escapar
El Barça ha caído en semifinales de la Champions, uno de los objetivos mínimos del club. Cuantas más semifinales alcances, más posibilidades tienes de ganar la Copa de Europa de nuevo. En ese sentido se ha cumplido, y con buena nota. Ahora hay que rearmarse en pocas horas y pensar que el sábado se puede dar un paso, casi decisivo, para ganar la Liga. Vila-real será el escenario donde sabremos si este equipo, fatigado, exprimido, cansado, que lleva 20 meses dándolo todo, se sobrepone y se rearma, de nuevo, con otro gran triunfo.
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