jueves, 18 de agosto de 2011

Barza campeon de la supercopa y Messi es el Rey del Futbol...










Que cosa es Demasiado?
Cual es el punto medio?
A los 23 años tal como profetiso el ideologo de este Barza: Cruyff, Messi dejara tirados todos los records, solo Pele le peleara con los 1000 goles y los 3 campeonatos del mundo, pero despues, asi como deja regados a sus rivales dejara regados a sus competidores.,

Llendonos a los 2 partidos de la supercopa, el extraordinario Estratega Mourinho, leyo todo, se adelanto en partidos jugados, pidio mas cracks de pierna fuerte, entono a Benzema, tiene al mejor extremo del mundo: Cr7, etc, etc, roto mejor que su rival en mediocampo, y hasta se dio el lujo de jugarle de tu a tu en varios momentos, Que paso? Pues que su delantera y mediocampo aun no tiene el nivel del Barza, y que mientras el Real ya llego a su 100% el Barza aun se esta encontrando, aun se esta entonando, Xavi y Messi aun no llegan a su pico de rendimiento ideal en todo el partido y pese a ello Messi participo en los 5 goles., y lo que es peor, pese al pressing, en algunos casos al dominio territorial y a la buena circulacion del balon, de los 4 goles madridistas, solo 1 fue bueno, el resto desatenciones defensivas que indican algo, si bien sus cracks estan atentos, Carecen de culminacion eficaz.  Por eso digo que este Barza va por buen camino, se va encontrando poco a poco, se haciendo mas fuerte, pero en lo que ya es fuerte, Definicion, Continua siendolo y mejorara probablemente mas, en cambio este Real es mas efectismo hasta el momento, amaga y amaga, pero veo el limite de los equipos armados en base a la tactica, no son buenos elaborando jugadas ofensivas, son buenos recogiendo fallas del rival, pero cuando el rival no tiene fallas? Como este Barza, se encuentra ante su paradigma perfecto, un paradigma que hasta ahora Mou no puede vencer.

Ya no es el Barza Chelsea, donde ese Barza aun estaba en Formacion, ahora este Barza aspirante a ser el mejor de todos los tiempos, donde su arma principal su medio campo y su delantera son una herrmienta letal, me parece que su consigna fue: no estamos fisicamente como el Real, dejemosle la pelota, que ellos hagan el gasto.

Y Messi, un Messi gomeado a mas no poder en Argentina en la copa america y mirenlo, opacando al resto y metiendo sus pases de la muerte, ahora si como Maradona, no es tener un Iniesta y un Xavi, es tener un equipo que corra y toque, un pressing pero con un buen pie, osea, algo qu no existe casi en clubes, menos en selecciones donde se tiene menos tiempo.

Que lindas estas dos finales y gusto x ver como Mou recibe de su propia medicina, o acaso cuantas veces sus equipos metieron dos goles en dos llegadas? Y ahora le pasa? O cuantas veces espero al Rival, pues ahora x un motivo netamente fisico EL PEP se la hace, ....jajaja

ciao.




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supercopa de españa

Messi, el dique que contiene al Madrid

Marcó dos goles, dio otro y decidió un partido igualado. Cristiano y Benzema pusieron al Madrid al borde de la prórroga. Otra vez horroroso final, con Marcelo, Özil y Villa expulsados

Luis Nieto | 18/08/2011
El Madrid se ha vuelto intrépido, ha cogido trapío y mantenido la bravura que entusiasma a Mourinho, pero aún no le da para ganarle al Barça, que cuando coloca a Messi en la balanza sigue pesando más. El argentino es el dique que detiene a un Madrid creciente. Incluso corto de preparación, como ahora. Fue una especie de obstrucción a la justicia que reclamó y mereció el equipo blanco en un análisis global de los de partidos. Pero la Supercopa se quedó en el Camp Nou tras un partido que comenzó soleadoy sin rencores y acabó con el mismo malhumor y reprobable alboroto de la pasada tormenta de clásicos. Marcelo, Özil y Villa perdieron la cabeza en el descuento y acabaron en la calle.
Fue un choque jugado sin aliento. A los 39 segundos Cristiano le había mandado un zapatazo a Valdés, con media docena de jugadores del Madrid apretando en el perímetro de seguridad blaugrana. Guardiola se había entregado a los de Wembley, prueba inequívoca de que tras la niebla de las rotaciones asoma la claridad de los intocables. Pero los intocables no están de punta en blanco. Un error de entrega de Xavi sirvió la primera ocasión del Madrid. Piqué anduvo sin esprint, que es andar a la deriva. Busquets no ofreció grandes soluciones. Pedro sí se defendió bien ante Coentrao, aunque no tuvo el vigor de Alexis, el que corre por seis, pero no dos veces en cuatro días sin salir de agosto.
El toque de Iniesta
El Madrid, como en el Bernabéu, volvió a estar por encima durante mucho tiempo, con gestos de valor, chispa y sin entregarle la pelota al Barça, que por falta de costumbre se maneja mal sin ella. Su toque tiene efecto anestésico, desanima y vacía físicamente a su presa. No lo toleró el Madrid esta vez, aunque se tragase un gol antes del primer cuarto de hora sin explicárselo. Había sido mejor antes y después de ese pase de Messi que dejó a Iniesta cara a cara ante Casillas, incapaz de adivinar el toque sutil del manchego, que no fue Robben. Aun lejos de la plentitud, Messi se acredita como insuperable, como la última barrera que se le resiste al Madrid. De ahí el empeño de Florentino en Neymar, al que ve como posible clon del argentino.
Aquel 1-0 destapó los desajustes de este Madrid hambriento y ofensivo. Sus centrales y Ramos tienen problemas de sintonía para defender las contras con el achique. Coentrao suda sangre como lateral. Con todo, el equipo ofreció la mejor cara posible: Pepe, rápido y listo como una liebre, pero otra vez al borde del acto vandálico en una falta sobre Messi y un codazo sobre Piqué; Cristiano, profundo y rematador; Di María, otra vez con burbujas y desborde; Benzema, con afán de acabar todas las jugadas. No acompañó tanto Özil, que no es jugador de todos los partidos y al que no aprieta Kaká.
El tiroteo
Y el Madrid fue sumando ocasiones hasta subirse al empate, de Cristiano (fin al maleficio del Camp Nou), antes del hermosísimo tiroteo posterior: paradones de Casillas ante Pedro y Messi, con la mano y con el pie; misil al larguero de Cristiano; remate cruzado al que llegaron las yemas de Valdés de Özil. Hasta una nueva aparición de Messi, tras taconazo de Piqué (los lujos están al alcance de todos en este Barça), que congeló de nuevo al equipo de Mou en un momento psicológico, al borde del descanso. El mismo bofetón de hace cuatro días. La misma sensación de que, con casi nada, el Barça le manda a la lona.
Tras el descanso, Mou dio otro paso adelante: Khedira al banquillo, Marcelo a la banda y Coentrao a la sala de máquinas. La maniobra no mejoró al Madrid ni el partido. Si acaso, lo puso a hervir, después de una patada intencionada, innecesaria y alevosa de Marcelo a Messi. Con la cabeza despejó el balón mientras disparaba su pierna derecha a la cadera del argentino. Un gesto reprobable que interrumpió un bello y limpio espectáculo.
Malos modos
El Madrid ya no tuvo el mismo empuje y el Barcelona manoseó un marcador favorable y procuró ahorrar combustible sin ponerse en peligro. Mourinho volvió a apretar, con Higuaín por Di María, cambio que fue más que argentino por argentino. Piernas frescas para ablandar a un Barça desde la superioridad física. Pero las ocasiones fueron blaugranas: Villa cabeceó alto un centro de Messi y el argentino exigió de nuevo a Casillas. Y la respuesta de Benzema, en una volea sin control, y de Sergio Ramos, en cabezazo muy franco que no encontró puerta.
Sin embargo, el clima prebélico lo enredó todo. Y Guardiola fue retrocediendo: Adriano por Villa. Paso en falso, porque en un descuido en un córner dio dos oportunidades a Benzema en el área pequeña. Estoqueó en la segunda antes de que debutase Cesc. Y a tres minutos del final reapareció Messi con la puntería habitual. Al Madrid empieza a parecerle una pesadilla de la que no sabe despertar.

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SUPERCOPA | VUELTA | BARCELONA 3 - REAL MADRID 2

Así jugó el Barcelona

EFE | 18/08/2011
Así jugó el Barcelona en el partido de vuelta de la final de la Supercopa de España en el Camp Nou, encuentro en el que se impuso por 3-2 y se llevó el título.
Valdés: Salvador. El guardameta fue decisivo para el Barça con intervenciones de mucho mérito. Cristiano y Ozil fueron algunas de sus víctimas. No pudo hacer nada en los tantos del Madrid.
Alves: Defensivo. Estuvo más preocupado de parar las acometidas de Cristiano Ronaldo que de enseñar todo su potencial ofensivo. Muy sobrio en defensa, pero sacrificado.
Mascherano: Impecable. Jugar de central ya no es ninguna sorpresa para el argentino, que se mostró impecable en el corte y abortó numerosas internadas de los madridistas. Amonestado por un rifirrafe con Cristiano.
Piqué: Asistente. Su genial asistencia a Messi de tacón valió un gran gol. En la primera parte tuvo algunos problemas en la creación de juego, con algunas imprecisiones. Mal como todo la defensa en el balón parado.
Abidal: Técnico. No sólo realizó un gran partido en el apartado defensivo, sino que también dejó destellos de jugador técnico y habilidoso, con buenos regates e incluso sombreros.
Busquets: Necesario. Barrió todos los balones por su zona y distribuyó con criterio. El ancla del equipo, fue sustituido por Keita.
Iniesta: Definidor. Finalizó la jugada de su gol con un toque sutil por encima de Casillas. Una definición de auténtico delantero que encarriló la final, además, regates de superdotado.
Xavi: Cerebro. El fútbol del Barça pasa, como siempre, por las botas de Xavi, distribuyó y mandó.
Pedro: Espoleado. La llegada de Alexis Sánchez ha hecho que el canario muestre aún más ganas que de costumbre. Encaró con éxito a Coentrao y rozó el gol con un gran disparo que casi sorprende a Casillas. Cambiado por Cesc.
Villa: Desafortunado. Lo intentó por las bandas y por el centro, pero no tuvo su día ni en el regate ni en el disparo. Gran entrega pero sin recompensa. Sustituido por Adriano.
Messi: Mágico. Dos goles y una asistencia demuestran que el argentino es el número uno. Sensación de peligro inminente cada vez que toca el balón desde su posición de falso nueve.
Adriano: Extremo. Sustituyó a Villa y se posicionó en el extremo izquierdo, una posición poco habitual en él desde que llegó al Barcelona. Asistió a Messi en el definitivo 3-2.
Cesc: Debutante. Jugó sus primeros minutos desde que fichó por el Arsenal. Pocos entrenamientos con sus compañeros, pero lleva el ADN azulgrana en su sangre. Participó en el tercer gol.
Keita: Fuerte. Entró por Busquets para dar fuerza, garra, músculo y aire al centro del campo azulgrana.
Guardiola: Triunfal. Se convirtió en el entrenador de la historia del Barça con más títulos superando a Cruyff.
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Barcelona 3 - Real Madrid 2 | Resaca de la Supercopa

Mourinho escandaliza a la prensa internacional

Cristo Martín | 18/08/2011
Los vergonzosos incidentes ocurridos ayer en el Camp Nou han sido reflejados por la prensa extranjera. Muchos medios critican duramente la actitud de Jose Mourinho al final del choque de vuelta de la final de la Supercopa ante el Barcelona.
En Francia el diario L'Equipe es de los que menos se refieren a los acontecimientos que tuvieron lugar al final del encuentro, y en su crónica titulada 'El Barcelona es el rey', sólo se hace referencia a las expulsiones. Figaro en cambio escribe: "La agresividad del Madrid sigue siendo importante. Continuaron los malos gestos de Pepe, Sergio Ramos y Marcelo, expulsado casi al final. Como Özil, dejándo un final de partido irrespirable". Le Monde afirma que "el Madrid, nervioso, entró en provocaciones".
En Argentina, Olé titula: "Al final se arMou". "El gol de Messi calentó el final y, tras un patadón de Marcelo, hasta Mourinho entró para meterle un dedo en el ojo a Tito Vilanova". Clarín por su parte escribe: "Un final vestido de escándalo. ¿Mourinho? No se quedó atrás y tuvo algunos manotazos con integrantes del banco de Barcelona".
En Inglaterra The Guardian asegura que "otro fantástico espectáculo entre ambos equipos se vio empañado de nuevo por las travesuras de Mourinho". The Sun, como muchos otros, se hace eco de las palabras de Piqué acusando a Mourinho de cargarse el fútbol español, y acompaña la información con un vídeo de los incidentes originados por la entrada de Marcelo.
La Gazzetta dello Sport italiana abre su página web con el siguiente titular: "Messi maravilla, Mou, el malo", y añade, "el argentino fue el héroe de la Supercopa, el técnico es hundido por la prensa, (...) sombrío y envenenado, la otra cara de la moneda". Tuttosport también abre su edición digital con el asunto: "Mou inau-dito" (juego de palabras con 'dito', dedos en italiano). "Todos contra Mourinho. El Barcelona y España entera (excepto Madrid) se alinea por unanimidad contra el 'Special One', el protagonista de un gesto que ha levantado el escándalo", añade el medio italiano.
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supercopa de españa

Vilarrubí ataca: "Mourinho es una lacra para el fútbol"

El vicepresidente del Barcelona asegura que fue el entrenador del Madrid quien obligó a sus jugadores a abandonar el campo cuando los jugadores culés recogían la Supercopa


EFE | 18/08/2011
El vicepresidente del Barcelona Carles Vilarrubí cree que el técnico del Real Madrid, Jose Mourinho, es "una lacra para el mundo del fútbol" y que el club madrileño "no puede apoyar a su entrenador en unos hechos como los de ayer", refiriéndose a la agresión del técnico portugués y el desprecio en posterior rueda de prensa al ayudante de Pep Guardiola Tito Vilanova.
Si tras el partido de anoche fueron jugadores como Xavi Hernández o Gerard Piqué los que calificaron de lamentable la imagen que está dando el Real Madrid en las últimas temporadas y acusaron a Mourinho de ser el culpable de la crispación que existe en ambos equipos, hoy fue un directivo de la entidad azulgrana quien se pronunció en términos parecido en declaraciones a 'El Mon' de la emisora catalana RAC1.
Para Vilarrubí, los hechos que se produjeron instantes antes del final del partido, donde se formó una tangana entre los dos equipos, y Mourinho metió el dedo en el ojo a Vilanova, no pueden quedar impunes y "es recomendable que alguien haga algo para que esto no se vuelva a repetir".
El vicepresidente acusó además a Mou de arengar a sus jugadores para abandonar el terreno de juego y no esperar a que el Barça levantara el trofeo de campeón. "Desde nuestra ubicación privilegiada en el campo se ve perfectamente todo y vi como Mourinho ordenó a sus jugadores irse a los vestuarios tan pronto como el árbitro pitó el final del partido", ha desvelado.
"Hay un jugador que personifica la transición entre Dr. Jekyll y Mr. Hyde, que es Iker Casillas. Ha pasado de ser un chico prudente a un alocado. Le han trastornado", dijo.

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Supercopa | BARCELONA 3 - REAL MADRID 2

Gran partido y penoso final

La Supercopa fue un homenaje al fútbol hasta que Marcelo perdió los nervios. Messi fue el salvador del Barcelona al marcar el gol decisivo en el 87'

Juanma Trueba | 18/08/2011
Antes de cualquier otra consideración y borrando el último minuto: lo de ayer fue un homenaje al fútbol que honra igual al Barcelona, digno campeón de la Supercopa, que al Real Madrid, fabuloso aspirante. Insisto: descontando el último minuto. Sin esa mancha que se extenderá peligrosamente, el encuentro reunió cuanto le pedimos a un partido de fútbol, cuanto cabe exigir a Madrid y Barça, los equipos más poderosos del planeta.
Dicho esto, que es de justicia, resulta imperdonable que Marcelo perdiera los nervios en el 93' y ensuciara la impecable imagen del Madrid hasta el momento. Su modo de perder no tuvo conexión con la eliminación de la Champions. El Madrid se marchaba sin Copa, pero con la cabeza alta, mejor durante muchos minutos, competitivo y valiente. La entrada de Marcelo a Cesc, bochornosa, provocó una tangana que involucró a futbolistas y camorristas habituales, y de la que salieron con roja Marcelo y Özil. Otra vez el Madrid como el malo de la película. Otra vez el Barça campeón y superhéroe.
Olvidemos, si es que se puede olvidar, cuanto se apartó del fútbol. Centrémonos en el excelente partido, en la intensísima emoción que resolvió Messi a tres minutos del fi nal, con el segundo de sus goles, siempre Messi. Sí, se han reducido mucho las diferencias entre Madrid y Barça, pero queda él.
Antes, mucho antes, vivimos una primera parte muy similar a la del partido de ida. La presión del Madrid acogotó al Barcelona y le generó muchísimos problemas en la salida del balón. La novedad es que en esta ocasión, con los jugones sobre el campo, las salidas buenas solían ser muy buenas. Salvo ese detalle, el juego calcó los méritos de aquella primera parte en el Bernabéu. El Madrid era más fuerte, intenso y dominador.
Con ese panorama, el Barça se adelantó sin arabescos ni rondos trenzados: le bastó que conectaran Messi e Iniesta. Uno inventó el pase, excelso, y el otro, solo frente a Casillas, marcó sonriendo. Los buenos son así, gente extraña.
Estoy por afirmar que el Real Madrid volvió a sentirse víctima de una injusticia. Sin embargo, igual que había hecho tres días antes, supo rehacerse, lo que le confi rma propietario de otra fortaleza, además de la física, la del ánimo.
Apenas habían transcurrido cinco minutos cuando empató Cristiano. Resultó un gol confuso, repleto de manos levantadas y con el balón rozado por varios jugadores, pero fue un gol limpio.

Dominio.

El partido, sin embargo, se había agrandado. El Madrid volvió a mandar y el Barça se entregó a los contragolpes como método de supervivencia. Intentó tocar y lo hizo a ratos, pero es una evidenciaque el equipo (Xavi, para ser concretos) aún no está afinado.
Lo maravilloso es que cada contendiente sacó brillo a su apuesta y el encuentro pasó de tener mucho a tenerlo todo: despliegue físico, rigor táctico, talento y, cómo no, ocasiones. Casillas sacó de la escuadra un remate de Pedro; poco después Cristiano reventó los guantes de Valdés, al que salvó el larguero. Özil la tuvo en sus pies y Casillas, acto seguido, la salvó con los suyos. Todo era bueno. Había cantidad y calidad, puchero y tortilla desestructurada, alternativas y fuego. El gol de Messi, en el 44', insistió en las similitudes con el primer partido. No se correspondía con el discurso del juego, sólo con su inmenso talento y con el ingenio de Piqué, que asistió de tacón.
Tras el descanso, Mourinho dio entrada a Marcelo, al que Coentrao había relegado al banquillo sin justificación sufi ciente. El portugués pasó al mediocampo, en sustitución de Khedira. El choque se igualó al extremo y no es casual. Pasado el hervor de las primeras partes, el Madrid se reposa (y no es peor esta versión) y el Barcelona respira. Ha ocurrido siempre, anoche de nuevo.
A 20 minutos del final, Sergio Ramos tuvo la oportunidad de empatar, pero su cabezazo silbó junto a un palo. La tensión era máxima. Hasta que a nueve del final, Benzema condujo el partido a la prórroga al resolver un barullo en el área. Inmediatamente después entró Cesc, utilizado como antídoto de emergencia. Su papel fue pequeño, pero con frase. Primero combinó con Messi y Adriano en el gol decisivo. Después le tocó hacer de mártir, ante Marcelo. Y, por último, con la Supercopa en las manos, ejerció de campeón.

El crack


Messi. Su extrema calidad decidió. Le metió una gran asistencia a Iniesta en el 1-0 y marcó el 2-1 y el 3-2. Enorme.

¡Vaya día!


Özil
Apenas tocó la pelota en un partido destinado para brillar y acabó expulsado en la tangana final.

El dandy


Iniesta Marcó un gol de genio, picando la pelota ante Iker. Volvió a impartir una clase de visión de juego.

El duro


Marcelo
Vio la roja directa por hacerle una fea y desproporcionada entrada por detrás a Cesc (minuto 93).


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Vimos a dos Cristianos

Guillem Balagué | 18/08/2011
Será mejor que la reinvención del Barcelona con Cesc y Alexis le salga bien, que les haga mejores. Porque a este Barcelona, el Madrid le tiene tomada la medida. No son todavía tan buenos y se puede perder, pero Mourinho sabe cómo jugarle. Por eso Alves no subió mucho, por eso el Barça utilizó el contraataque más que nunca y retrasó a veces la defensa, por eso se repartió la posesión más que nunca hasta el último cuarto de hora. Los pequeños detalles estuvieron cuidados al máximo por los blancos y el Barcelona está obligado a mejorar (¿es eso posible?).
En esa máquina cada vez mejor engrasada que es el Madrid volvimos a ver dos Cristianos. En la primera parte, marcó, dio al poste y defendió. En la segunda, se le echó en falta, presionó menos, le sobró un regate. El juego se enmarañó y ahí es donde le toca aclarar, definir, buscar más al compañero. Para llegar donde él quiere, para hacer lo de Messi, necesita una segunda parte como la primera.

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¿Por qué? Pues esta vez, por Messi

Alfredo Relaño | 18/08/2011
¿Hasta dónde va a llegar Messi? Esta Supercopa la ha jugado a los pocos días de regresar de vacaciones, en un Barça que anda aún a medias, con poca pretemporada y varios jugadores tocados. Y frente a un Madrid magnífico, con una pretemporada larga y exitosa, que había apuntado en rojo estas dos fechas. Y que, de hecho, ha jugado en términos generales mejor que su rival los dos partidos. Pero Messi ha puesto lo que le faltaba al Barça y bastante más. Pocas acciones, porque el Barça no le alimentó como suele, pero sensacionales y determinantes. Tiene 23 años, me pregunto con qué palmarés se retirará.
Y, la verdad aunque duela, el Madrid no supo perder. La patada final de Marcelo, a partido concluido, fue el epílogo fatal a un partido que podría haber sido hermosísimo, de hecho empezó siéndolo, pero que se ensució progresivamente en la segunda mitad por tres valentonadas de Pepe y dos de Marcelo. El Madrid tiene que controlar esto. Estos partidos se ven en todo el planeta y mientras el Barça da una imagen de exquisitez y buen juego, el Madrid se va haciendo un cartel de equipo feroz, valentón, pendenciero. Es hora de que Florentino reflexione seriamente sobre esto, porque empieza a ser grave.
Una pena. Porque el Madrid jugó con tanto atrevimiento como en el Bernabéu. Estuvo incluso por encima del Barça, perdió por la excelencia de Messi, podría haber ganado el partido o haberse retirado como un digno derrotado. No lo hizo. Aún anda desquitándose de las injusticias de la Champions, que ya pasaron. Pero ni en el Bernabéu tuvo por qué quejarse del árbitro, ni mucho menos ayer de Fernández Borbalán. Esta vez, si alguien pregunta: ¿Por qué perdió el Madrid? Por Messi. Y volvió a perder en la sala de prensa cuando Mourinho no fue capaz de disculparse por su horrible actitud con Tito Vilanova.

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ATAQUE Y DEFENSA

La Supercopa abre los fuegos

Por: Raúl Tola Columnista
Jueves 18 de Agosto del 2011
La definición de la Supercopa de España, que luego de los partidos de ida y vuelta terminó en manos del Barcelona, con dos goles de Lionel Messi, sirve para anticipar la temporada 2011-2012 de la Liga Española que pronto comenzará. De momento, al menos pareciera que las distancias entre el Barza y su eterno rival se han estrechado, y probablemente atestiguaremos un campeonato apasionante, con clásicos ríspidos y memorables, mejores si se puede que los de la última época.
En el primer partido, jugado en el Santiago Bernabéu, el Real Madrid consiguió por primera vez lo impensable: ganar al equipo de Pep Guardiola en su juego: la posesión del balón. La presión, el despliegue del equipo blanco fue conmovedor, y consiguió desarmar el afinado sistema de pases del mejor equipo de la historia. Conspiró para ello que solo cuatro titulares blaugranas (Valdés, Alves, Messi y Villa) alinearan en su posición. El Barcelona consiguió un empate inmerecido, en contra de su costumbre, y con un golazo de otro partido, marcado por David Villa, y una jugada aislada y con mucha fortuna de Lionel Messi, se pareció más a aquellos equipos que lo enfrentan con muchos recaudos, amarrando el resultado, confiados en la fortuna, más que en la lógica, que a sí mismo.
En el segundo partido, el Barcelona se acercó un poco a la versión del campeonato pasado. De todos modos le falta mucho para alcanzar el mágico punto de rendimiento que lo coloca nítidamente por encima del resto, con el mediocampo coreográfico de Busquets, Iniesta y Xavi, la solidez defensiva de Piqué y Puyol, la generosidad de Pedro y la infinita brillantez de Messi. Para conseguir el desequilibrio que definió a su favor la Supercopa, fue clave Guardiola, con dos movimientos: el ingreso de Fábregas, que consiguió poner algo de orden en el caos planteado por Mourinho para contrarrestar la sinfonía catalana y la sorpresiva ubicación de Adriano, al final del segundo tiempo, como extremo derecho.
Ahora queda esperar que la huelga de futbolistas españoles se resuelva, y la pelota se eche a rodar.
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Supercopa de España | Barcelona - Real Madrid

Mourinho metió un dedo en un ojo a Vilanova y este le devolvió un tortazo

El técnico aprovechó la tangana que se formó al final del partido para acercarse al ayudante de Pep y meterle un dedo en el ojo derecho. Poco después, Vilanova le dio una bofetada

AS.com | 18/08/2011
El técnico aprovechó la tangana que se formó al final del partido para acercarse al ayudante de Pep y meterle un dedo en el ojo derecho. Poco después, Vilanova le dio una colleja.
Tras la tangana final del partido de vuelta de la Supercopa entre Barça y Madrid que terminó con las expulsiones de Marcelo, Özil y Villa, también se pudo ver como el técnico José Mourinho le metió un dedo en el ojo a Tito Vilanova, segundo entrenador del Barcelona.
Vilanova le respondió, minutos después, dándole una bofetada y esto provocó que los cuerpos técnicos de ambos equipos continuaran la bronca.
Preguntado en la conferencia de prensa por lo sucedido Mourinho respondió: "¿Tito Vilanova? Que hablen las cámaras o el cuarto árbitro. Yo he sido educado para jugar como un hombre y no caer el primero. No conozco quién es Vilanova".
Además, en el minuto 55 del partido José Mourinho ya se había convertido en el centro de las miradas. Momentos después del pique entre el madridista Marcelo y el culé Messi, a raíz de una entrada del brasileño sobre el argentino, las cámaras de televisión captaron al entrenador portugués haciendo un gesto que podría ser interpretado como de desaprobación por mal olor cuando ante él tenía a Dani Alves y Leo Messi. En ese momento campeaba en el marcador el 2-1 favorable al FC Barcelona.

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SUPER COPA

Miembros de Messi

Barcelona otra vez jugó al ritmo de Lionel, y se llevó la Supercopa al superar por 3-2 al Real Madrid con doblete de la ‘Pulga’

Por: Pedro Canelo
Jueves 18 de Agosto del 2011
A Pep Guardiola algunos lo señalaron como loco por detener el tiempo en el derbi español de ayer para que Adriano, un natural lateral izquierdo, ingrese en lugar de Villa para ocupar el sitio de extremo derecho. Cuando el brasileño le centró a Lionel Messi para anotar el tercer y definitivo gol del Barcelona, los acusadores se escondieron y el técnico azulgrana celebró como científico exitoso, como un hechicero del fútbol que puede preparar las fórmulas más imposibles. El elixir esta vez funcionó a la perfección, durmió al Real Madrid en la final de la Supercopa y mantuvo una paternidad responsable.
Barcelona, a diferencia del partido de ida en el Bernabéu, recuperó el balón y reactivó los pasos ligeros de sus dos mejores jugadores del momento: el indiscutible Lionel Messi y el injustamente postergado Andrés Iniesta, un jugador, como dice el gran Juan Pablo Varsky, que reúne las condiciones ideales de tiempo y forma. ‘Gasparín’ es un volante excepcional pero sin prensa, que hace lo que el manual del fútbol siempre le mandó. Cuando tiene que entregarla lo hace bien, cuando corre solo puede ser igualado por Messi y cuando dispara solo hay que escribir su nombre en You Tube para saber lo acertado (y letal) que puede ser.
Con ese rendimiento favorable, los azulgranas merecían otra vez imponerse en una final ante el Real Madrid. Messi, ya recuperado del terremoto anímico que significó su participación en Copa América, cruzó el balón con delicadeza de cirujano para que Iniesta señale el camino.
Después, Sergio Ramos aprovechó el tránsito accidentado de un disparo de Benzema para igualar. Lionel recibió un taco de billar de Piqué (fue demasiada expresión técnica para un zaguero central) para recuperar la ventaja con beso al escudo catalán que pronto tendrá rebote mediático en Argentina; y el mismo Benzema condenaba a la prórroga con el 2-2 que calcaba el resultado en Madrid.
Pero hay locuras divinas que convierten a los manicomios en el mejor cielo. Y Pep esta vez se consagró de iluminado: puso a Cesc, adelantó de su posición a Adriano y apretó ‘play’.
Suficiente armonía para esperar que el director de orquesta cierre con calidad. Y así lo hizo Lionel Messi. Sin perdonar, con omnipresencia. Como para recordarnos que sigue siendo un todopoderoso.
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No pudo la táctica
Opinión imoscoso@diariolaprimeraperu.com
Mourinho salió con el mismo sistema que en el partido anterior. Es decir con cuatro hombres al fondo, dos volantes de contención, tres de ataque y un delantero en punta. Otra vez dejó a Ozil en el centro para que Cristiano Ronaldo y Di María vayan por las bandas y también trabajen en la recuperación. La única modificación fue de Coentrao por Marcelo como lateral izquierdo.

Guardiola esta vez no guardó nada. Puso a Pedro, Busquet, Piqué y Xavi desde el arranque. Dejando al Chileno Sánchez quien no se acomodó en el partido de ida, al banco. Dudo mucho que Alexis pueda ser titular en algún momento.

Cuando Barcelona ganaba 2-1, Mourinho mandó a Coentrao para que haga dupla con Alonso en la volante central. Mientras que Marcelo que reemplazó a Khedira volvió como lateral izquierdo. El portugués la pasó mal con Pedro en LA PRIMERA parte, pero la principal idea de Mourinho era fortalecer su lado izquierdo.

Luego arriesgó cuando puso a Higuaín por Di María. Se esperaba que Real ataque con Benzema y el argentino. Pero ubicó en una misma línea a los dos y a Cristiano Ronaldo. Con lo que Ozil pasó a una fila de tres con Coentrao y Alonso. Luego puso a Kaká por el alemán, siendo aún más ofensivo. Logró su objetivo cuando empató Benzema luego de una jugada de Pepe.

Parecía que Barza daba ventaja teniendo a Adriano como extremo por derecha. Pero fue justamente él quien le cedió a Messi en el tercer gol. Esta vez ni toda la táctica de Mourinho frenó al Barcelona.

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