Yo cada vez me convenzo mas que el oligopolio de poder, esta detras de esto, si el estado no prioriza el interes colectivo todo se jode, y eso se ha jodido en USA estan trabajando para el oligopolio de poder, quiza siempre fue asi, solo que antes USA bastaba y ahora no, quiza USA ha caido en un exceso de las reglas sociales inherentes a su politica... Obama no es mas el hombre mas importante del mundo, y no son mas la gran potencia, y no lo seran mas, solo tienen la divisa predominante (todavia) y tienen eso si el maximo poderio en el mundo...
Seran capaces de generar la tercera guerra mundial por ello? hmm no creo...
Pero si creo es que la U.E y las potencias asiaticas han sido mucho mas pragmaticas en su progreso, y creo que los gringos lo saben, los oligopolios no quieren aceptarlo, solo eso...
Chau
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¿Quién es el dueño del futuro? (I)
Un notable artículo del profesor estadounidense James Petras explica la diferencia entre las estrategias aplicadas por Estados Unidos y China para consolidar sus respectivos poderes. Según Petras, China, al igual que Corea del Sur, se ha abocado al crecimiento económico mientras EE.UU. se está limitando a actividades militares. A partir de las informaciones contenidas en un solo número del Financial Times –¡un solo número!–, Petras ilustra sobre la construcción de ambas estrategias. Todas las noticias citadas pertenecen a esa edición del diario y son un grito dirigido al sentido común de la nación que hasta hoy es superpotencia. Léalas y hágase su propia opinión: 1) Mientras Obama pide una “revisión de la lista de organizaciones terroristas”, China inaugura el tren de pasajeros más rápido del mundo. 2) Mientras Obama crea un cuarto frente de batalla (Yemen) en la 'guerra contra el terror’ –después de Irak, Afganistán y Pakistán–, Corea del Sur gana un contrato de 20,400 millones de dólares para el desarrollo de centrales nucleares de uso civil en los Emiratos Árabes Unidos, superando a sus competidores de EE.UU. y Europa. 3) Se destaca la red de ferrocarriles china y su superioridad sobre la de Estados Unidos. El ultramoderno tren de alta velocidad chino transporta a los pasajeros entre dos ciudades importantes, a 1,100 kilómetros de distancia en menos de tres horas, mientras que el tren 'express’ “tarda 3 horas y media para cubrir los 300 kilómetros entre Boston y Nueva York”. Además, mientras el sistema ferroviario de pasajeros estadounidense se deteriora por la falta de inversión y mantenimiento, China gasta 17,000 millones de dólares en la construcción de su línea de alta velocidad, y planea la construcción de 18,000 kilómetros de nuevas vías de su ultramoderno sistema para el 2012, mientras que EE.UU. gastará una suma equivalente en la financiación de su ofensiva militar en Afganistán, Pakistán y Yemen. 4) China construye un sistema de transporte que une a los productores y los mercados laborales de las provincias del interior con los centros de fabricación y puertos de la costa, mientras que EE.UU. sigue aferrado a su política de enfrentar la 'amenaza islamista’ en una “guerra sin fin contra el terror”.
Ocupación y guerras contra los musulmanes han desviado cientos de miles de millones de dólares de fondos públicos sin ningún beneficio para el país, a la vez que China moderniza su economía civil. 5) Mientras EE.UU. subvenciona a Israel y se aleja de 1,500 millones de musulmanes, el PIB de China se multiplicó por diez. Y mientras que Estados Unidos asignó más de 1,400 millones de dólares a Wall Street y los militares –aumentando el déficit fiscal y duplicando el desempleo y perpetuando la recesión–, China lanza un paquete de estímulo dirigido a los sectores interiores de las manufacturas y la construcción que ha producido un crecimiento del 8% del PIB, una reducción significativa del desempleo y el “relanzamiento de las economías vinculadas” en Asia, América Latina y África.
Ayer iniciamos esta serie de notas cuya información proviene de un artículo de James Petras que, de la edición de un solo día del Financial Times, ha sacado valiosas conclusiones. “Mientras EE.UU. gastaba más de 60,000 millones de dólares en vigilancia interna y en la multiplicación del número de sus organismos de seguridad en busca de terroristas, China invertía más de 25,000 millones de dólares en consolidar sus intercambios energéticos con Rusia”. Lo que dice en la práctica esta edición del Financial Times es que hay una realidad más profunda que ilustra la gran división en el mundo de hoy. “Los países de Asia, encabezados por China, están alcanzando estatus de potencias mundiales a base de inversiones nacionales y extranjeras en la industria manufacturera, el transporte, la tecnología y la minería y el procesamiento de minerales. En contraste, EE.UU. es una potencia mundial en declive, con un deterioro de la sociedad resultado de su construcción del imperio por medios militares y de su economía financiera especulativa”. E inicia la comparación: “1) Washington busca clientes militares de menor importancia en Asia, mientras que China amplía sus acuerdos comerciales y de inversión con importantes socios económicos: Rusia, Japón, Corea del Sur y otros. 2) Washington drena su economía nacional para financiar las guerras en el extranjero. Mientras, China extrae minerales y recursos energéticos para fomentar su mercado interior de trabajo en la industria. 3) EE.UU. invierte en tecnología militar para luchar contra insurgentes locales que se enfrentan a sus estados satélites. China invierte en tecnología civil para crear exportaciones competitivas”.
Otros puntos importantes: “4) China comienza a reestructurar su economía para desarrollar el país, y asigna un gasto social mayor a la corrección de sus grandes desequilibrios y desigualdades, mientras que EE.UU. rescata y refuerza el sector financiero parasitario que saqueó la industria y especula sobre objetivos financieros sin impacto sobre el empleo, la productividad o la competitividad. 5) EE.UU. multiplica las guerras y la acumulación de tropas en Oriente Medio, Asia Meridional, el cuerno de África y el Caribe; mientras que China ofrece inversiones y préstamos de 25,000 millones de dólares para construir infraestructuras, extraer minerales, producir energía y construir plantas de montaje en África”.
“6) China firma acuerdos comerciales de millones de dólares con Irán, Venezuela, Brasil, Argentina, Chile, Perú y Bolivia para asegurar la energía estratégica y los recursos minerales y agrícolas. Por su lado, Washington proporciona 6,000 millones de dólares en ayuda militar a Colombia, apoya un golpe en Honduras y denuncia a Brasil y Bolivia por diversificar sus vínculos con Irán. 7) China aumenta relaciones económicas con América Latina; EE.UU. se asocia con México, que tiene el peor desempeño económico del hemisferio y en el que cárteles de la droga controlan regiones y han penetrado en el aparato estatal”.
Conclusiones de Petras sobre lo publicado en el Financial Times: “China no es un país capitalista de excepción. Bajo el capitalismo chino se produce la explotación del trabajo, abundan las desigualdades, los pequeños agricultores se ven desplazados por megaproyectos de embalses y las empresas chinas extraen minerales y otros recursos naturales en el Tercer Mundo sin demasiadas contemplaciones. Sin embargo, China ha creado decenas de millones de empleos en la industria y ha reducido la pobreza con más rapidez, y para más personas, en el lapso más breve de la historia. Sus bancos financian sobre todo la producción. China no bombardea, no invade ni saquea otros países. En contraste, el capitalismo de EE.UU. se halla enfeudado a una monstruosa máquina militar mundial que drena su economía nacional y reduce los niveles de vida del país para financiar sus interminables guerras en el extranjero. El capital financiero, inmobiliario y comercial socava el sector manufacturero y obtiene sus beneficios de la especulación y las importaciones baratas. China invierte en países ricos en petróleo; EE.UU. los ataca. China vende bandejas y tazones para los banquetes de boda afganos; EE.UU. los bombardea. China invierte en industrias extractivas y construye ferrocarriles, puertos, aeropuertos y proporciona crédito accesible. China no financia ni arma guerras étnicas, ni organiza 'revoluciones de colores’ como la CIA. China autofinancia su propio crecimiento, su comercio y su sistema de transporte; mientras que EE.UU. se hunde bajo una deuda de varios billones de dólares para financiar sus guerras sin fin, rescatar sus bancos de Wall Street y apuntalar otros sectores no productivos, mientras que muchos millones de personas permanecen sin empleo”.
Petras continúa su análisis: “China crecerá y ejercerá poder a través del mercado, y EE.UU. entrará en guerras sin fin en su camino a la bancarrota y la descomposición interna. El crecimiento diversificado de China está relacionado con interlocutores económicos dinámicos; el militarismo de EE.UU. se ha vinculado a narcoestados, regímenes dirigidos por señores de la guerra, supervisores de repúblicas bananeras y el régimen colonial de Israel. China atrae a los consumidores del mundo; las guerras globales de EE.UU. producen terroristas en el interior del país y el extranjero”.
Para finalizar: “China podrá hallarse ante crisis e, incluso, rebeliones de los trabajadores, pero tiene los recursos económicos para darles solución. Estados Unidos está en crisis y puede enfrentarse a una rebelión interna, pero ha agotado su crédito y sus fábricas están en el extranjero, mientras que sus bases militares representan pasivos y no activos. Hay cada vez menos fábricas en EE.UU. que vuelvan a contratar a sus trabajadores. Para ser un Estado 'normal’, habría que cerrar todos los bancos de inversión y las bases militares en el extranjero, y regresar a América. Tenemos que reconstruir una industria al servicio de nuestras necesidades nacionales y vivir dentro de nuestro propio entorno natural”.
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