jueves, 28 de octubre de 2010

ALIANZA LIMA YA FUEE!!!!! para este 2010

Termino sin pena ni gloria una gestion que esta siendo marcada por el puchero convenido del Pocho, por la reaccion al momento en que convenga, por subirse al carro del exito del momento, para hacer lo que al bolsillo le conviene, pero sin pensar a futuro, sino miren, Primero queria botar a Ovelar, y al fin de año termina rogando porque vuelva, vende al trio de oro Montaño Aguirre y Slatan y no TRAE RECAMBIOS, se queda solo con Ovelar para la parte final como delantero y SE LE LESIONA!!!! Un dia condecora a Pelusso y a las semanas despotrica contra EL!!!!!

Al final Alianza Siempre fue un equipo DESEQUILIBRADO, cuando tenia buen medio campo y delantera en Libertadores, no tuvo buena defenza, pero cuando vendio a los delanteros y la defenza se afirma para el torneo local, se quedo sin atacantes, tons el problema de Costas vuelve a lo mismo, Este año Costas ha estado SOLO!!! no se le puede achacar la culpa de estos problemas, mas bien hizo la tareita, ahora solo le queda pensar en el bendito tercer lugar por libertadores, y punto., a rogar que no te venga uno fuertote...

Del partido dire que San MArtin lo esperaba FRESH y Alianza lo tenia un 1% a su favor, cuando viene el goal de San MArtin se vuelca al ataque y la Harvard a lo Mourinho, a contragolpear una defenza abierta... Al final fueron 4, y punto.

Chau Titulo y ojala el pocho mofletudo, y cacheton lo acompañe un poco mejor a su tecnico el proximo año. Feo fin y el tercer lugar un premio consuelo para el equipo que llego a los niveles mas elevados de futbol en este año.

Chau.

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Santos óleos
Alianza volvió a pasar vergüenza ante San Martín. Cayó por 4-0 y quedó a 15 puntos del equipo de Aníbal Ruiz

Por: Elkin Sotelo

Es el colofón de una gestión errática de Guillermo Alarcón en materia deportiva. Siempre caminó al filo de la cornisa; salió a flote con un empate, se apoyó en el carisma de Gustavo Costas, se repuso con un triunfo insospechado o pasó ‘piola’ con la gambeta de un potrillo naciente. Siempre impostando una voz y una imagen de bonachón que ya no va.

Sabrá Dios quién costea ese grupo de hombres de seguridad que ayer sacó al presidente blanquiazul del Callao mucho antes de que se terminara el partido vergonzoso que hizo Alianza ante el virtual campeón del grupo impar, San Martín. Las pifias y los insultos se los tuvieron que comer los jugadores y no le tocó mayor reproche al dirigente que trastocó la política del club y que dejó expuesto al equipo sin armas para pelear competitivamente por un título.

Porque durante una hora, cuando las acciones se jugaron fuera de las áreas, parecía que había un partido luchado, con mucha fricción y hombría. Alianza llegó a insinuar una efímera superioridad; pero claro, sin gol, sin el certero toque final, sin lo más importante en el fútbol; sin eso que Alarcón vendió indiscriminadamente a mitad de año.

La balanza se inclinó totalmente después del gol de Germán Alemanno a los 60’. Los aliancistas Vílchez y De la Haza se dieron un respiro en el peor momento y ante un arbitraje riguroso de Víctor Hugo Rivera, que no les perdonó una a los blanquimorados. El vivísimo Héber Arriola habilitó a su compatriota y un toque a la mano izquierda de Libman fue suficiente para quebrar un partido amarrado.

Vino uno más de Alemanno un minuto después, casi como un calco del anterior. Alianza ya no se pudo reponer en lo anímico y en la tribuna la sensación cambió por completo con respecto a los ingresos que había hecho Costas (André Carrillo y Roberto Ovelar), imprecisos hasta en la respiración.

Arriola aumentó a los 77’ solo frente a Libman y Alemanno se sirvió su tercer golazo a los 92’. Entre los tres argentinos que tiene el equipo de ‘Maño’ Ruiz anotaron 50 goles en la temporada y no se ha visto salivar al presidente de San Martín, Raúl Bao, al gerente Álvaro Barco o al propio técnico por venderlos. No se priorizan las finanzas en Santa Anita antes que los objetivos deportivos. En Alianza, Alarcón efectuó todo lo contrario, alucinando que había equipo de sobra para campeonar. Y así es el triste final.

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