viernes, 14 de junio de 2013

El hombre de Acero, METADECEPCION!

Un comienzo interesante, pero q se va diluyendo en un mundo sacado de starwars, jor el encima del animal alado hizo acordar la persecucion de obiwan a grievous

Kripton medieval choca con ese kripton supercivilizado de Richard Donner... mal punto comenzar la pelicula comparando.

Las dudas de clark kent en su adolecencia, contrastan terriblemente viendolo VAGAR durante mas de una decada mientras su madre sola y desamparada en smallville, y a los 33anos de un momento a otro, cae casualmente en una nave kriptoniana y se convierte en superman, lois entrando a la nave, no tiene asidero, y aqui es donde la pelicula ya comienza a flaquear, porque las motivaciones y los pasiones tienen q obedecer al mundo propio q cada pelicula crea, si esas reglas o razonamientos se dejan de lado pues el argumento deja de ser creible, y pierde fuerza.

esta entrada forzada de lois hace q los cimientos de la pelicula sean endebles, pues vemos un superman manganson de 33cheques que pasa de desmayarse x una explosion en una extractora petrolera a orbitar con su traje de kriptoniano el planeta tierra., pasa de ser mas recurseador y mil oficios que chuiman a ser el cristo del siglo21, y digo cristo xq las semejanzas se superman con el mesias son varias, pero hacer q clark kent tenga 33 demasiado osado.

Luego tienes un super dubitativo, q va a la iglesia, q pide concejo de un sacerdote, el resto d cosas es producto del encuentro forzado, esa premisa central de donde surge el amor de super es a mi juicio lo que genera el mal punto de inflexion, pues el personaje de amy adams no es un buen complemento para superman, no es el personaje avesado y dinamico que Lois Lane tiene que encarnar.

Entonces vemos un superman gomeado x los kriptonianos en la tierra, obvio no? Jor el nunca tuvo tiempo de prepararlo, y aqui vemos como una mujer lo hace leña, un robot tambien y como sus poderes no sirven en su nave natal.

Henrry Cavill no es un buen superman, la valla dejada x reeve fue demasiado alta, brandon rough fue mejor superman., en todo caso, los contrapesos jor el, zod, lois tampoco estan a la altura, el zod de richard donner era un malvado cinico y frio, este zod es un loco...

Otra decision mala es haber sacado la opereta caracteristica de jon williams...

Todo esta mal? No lo creo, x lo menos x primera vez el traje azul del heroe esta justificado.

Se ve que quisieron hacer lo mismo que con batman, pero olvidan que a diferencia superman si habia logrado un personaje icono y definitivo, un paradigma, el cambiar las reglas para reinsertar el personaje, trae un heroe chato y previsible.

Zack Snider comete errores de fondo y forma, sobre todo esto ultimo, nos da un heroe timorato e inexperto, pareciera que aprovecharon bien la masiva campaña de mkt para promocionar la pelicula, pero lo que genera tanta espectativa puede convertirse en un rotundo fracaso, pareciera que esta pelicula fue hecha pensando en una eventual liga de la justicia, o en el complemento de Batman... Mala cosa, haber forzado algunas partes, hasta los diseños, excepto el traje de superman estan mal enfocados, en un caso demasiado parecido a Star wars y en otro demasiado parecido a Predator, como el traje de guerra de Zod... 

Por ejemplo hubiese sido más creible ver a Clark Kent adolecente, impotente sin rescatar a su padre, hubiese sido más logico ver a un clark recien salido del colegio, vagar por USA, tratando de encontrarse a si mismo, y no a los 33años, eso se llama Chiquiviejo... A los 33, lo tienes que tener bien entrenadito por Jor El, Lois entrando a la nave kriptoniana es un exceso, no tiene asidero, peor que los esbirros de Zod pidan que Lois vaya a su nave orbitando la tierra, Lois en la base militar y vestida de militar tampoco, la paliza que se come Superman ya fue comentada, fuera de lugar, la muerte de Zod a Manos de superman es tambien otra violación al cannon, ver que la atmosfera Kriptoniana hace a Superman tan mortal como cualquier humano, en una nave espacial es tontisimo... en fin, muchas metidas de pata y violaciones a las reglas del comic al personaje que flaco favor le hicieron... si Lo que va en contra del canon favoreciese a la historia, otra cosa seria, pero los momentos dramáticos no convencen... en algunos momentos la historia se hace larga, en otra se apura, una pena, pues creo que la idea estaba...Que hace a la pelicula Digerible? Pues los efectos especiales, ello te nubla, te hace alucinar, como hizo Lucas con el Ep3, si te animas a verla mas de una vez, pues jodido...te vas a aburrir...



Para esto, para este resultado final hubiese querido que sigan con Brian Singer...quien peco con su superman al otro extremo, de pegarse demasiado a Donner...

CIao

Ramon.

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Man of Steel

06/13/2013
MAN OF STEEL.- Dirigida por Zack Snyder. Protagonizada por Henry Cavill, Amy Adams, Michael Shannon, Russell Crowe, Kevin Costner, Diane Lane y Lawrence Fishburne. Clasificada PG-13. Duración: 143 minutos.
MAN OF STEEL.- Dirigida por Zack Snyder. Protagonizada por Henry Cavill, Amy Adams, Michael Shannon, Russell Crowe, Kevin Costner, Diane Lane y Lawrence Fishburne. Clasificada PG-13. Duración: 143 minutos.
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Zack Snyder regresa a las cintas de superhéroes con una explosiva versión del Hombre de Acero en la que hace alarde de sus destructivos poderes.
¡Es un pájaro! ¡Es un avión! Es… ¿Superman?
Al menos la imagen del legendario superhéroe retorna como nunca le hemos visto antes en la pantalla grande en Man of Steel, un ostentoso espectáculo visual digno de la temporada veraniega, repleto de esos asombrosos efectos especiales de los que dependen la mayoría de los estrenos de esta época para proporcionar la emoción, temáticamente llano y tan fácilmente consumible como el popcorn que motiva a mantener en constante traspaso entre la bolsa y la boca. O sea, escapismo cinematográfico en su máxima expresión.

La expectativa que rodea a la megaproducción está comprensiblemente por las nubes y el director Zack Snyder hace todo a su alcance para compensar a los espectadores por su inversión, proveyéndoles lo que hasta ahora había escaseado el Hombre de Acero en el séptimo arte: acción desenfrenada. Olvídese de la clásica versión del 78, que resaltó los valores del personaje, y el filme del 2006, dirigido por Bryan Singer, que exploró las complejidades emocionales y psicológicas de lo que significa ser un salvador para la humanidad. Con Snyder es más sobre la inmediata satisfacción visceral de ver a un súper hombre hacer añicos una ciudad mientras combate con oponentes que están a su mismo nivel. Si eso es lo que siempre ha querido ver, Man of Steel se lo proveerá en abundancia.
El guión de David Goyer –tan frío como el acero y sin rastro de humor- presume que ya todo el mundo conoce este cuento, por lo que no pierde tiempo en darle un mayor desarrollo dramático a su protagonista más allá de mostrar -por medio de recurrentes flashbacks, no muy bien intercalados en la narrativa- cómo fue víctima de “bullying” a lo largo de su vida, forzándolo a reprimir sus poderes y poner a prueba las valiosas enseñanzas que aprendió de sus padres adoptivos. En donde sí se esmera el libreto es en su origen extraterrestre, al resaltar los aspectos alienígenos del personaje que hasta ahora no habían tenido prominencia en sus manifestaciones cinematográficas. 
Comenzamos, por supuesto, en Krypton, planeta al borde del colapso donde el científico Jor-El (Russell Crowe) y su esposa acaban de convertirse en los padres del primer niño naturalmente engendrado en más de un siglo, de nombre Kal-El. La médula temática del guión de Goyer recae sobre la libertad de una persona de decidir lo que quiere ser y se establece desde este efectivo e intenso prólogo mediante bienvenidas alteraciones al viejo y conocido origen del personaje. El momento de felicidad de los padres es truncado por un golpe de estado perpetrado por el General Zod (Michael Shannon), lo que obliga a Jor-El a tomar acción y salvar a su hijo antes de que Krypton estalle, enviándolo a la Tierra.
Acto seguido el filme da un salto al futuro, 33 años para ser exactos, en una de muchas alegorías que se trazan entre Kal-El y Jesucristo, algunas más obvias y forzadas que otras. Kal-El –interpretado por Henry Cavill- deambula de pueblo en pueblo bajo falsas identidades realizando distintos trabajos (mesero, obrero, ahem… pescador) hasta que en uno de estos halla una antigua nave de Krypton que esconde secretos de su pasado. Tras sus pasos se halla la reportera Lois Lane (Amy Adams), quien está al tanto de las hazañas sobrehumanas que él ha realizado y quiere sacarlas a la luz pública.
Entre las diferencias canónicas más marcadas de Man of Steel se encuentra el hecho de que aquí se le permite al personaje ser superhéroe primero. Aún no hay una identidad secreta ni trabajo de periodista en el Daily Planet. La película es prácticamente una precuela anclada en el dilema interno de Kal-El entre aceptar ser un héroe o no al ser confrontado por la amenaza de Zod cuando llega a la Tierra en busca del último hijo de Krypton. Esto resulta refrescante al subvertir las expectativas, pero a raíz de esa ambivalencia surgen ciertos problemas.  

Notará que el nombre “Superman” tan sólo aparece dos veces en esta crítica, lo que representa una vez más de las que se menciona en la película. Y es que mientras Cavill se ve como el personaje de DC Comics  y manifiesta todos sus poderes, nunca se siente como él. Los valores intrínsecos de este superhéroe no se exponen en pantalla e incluso la película va en contra de ellos cuando, en medio de sus apoteósicas peleas contra Zod, destruyen pueblos y edificios con la misma facilidad que usted derrumba una torre de naipes. Hay que presumir que dentro de esas estructuras había personas y el nivel de devastación es tal que la cifra de muertos debe alcanzar, mínimo, las decenas de miles.
A Kal-El, sin embargo, no parece importarle, lo cual sí atenta contra de una de sus mayores virtudes como el ángel guardián de la humanidad. Si su preocupación era que la Tierra lo aceptara por lo que es, contribuir con la muerte de miles, aunque sea accidentadamente y por el bien mayor, no lo va a ayudar mucho en ese aspecto. Pero la película, tal y como no lo hizo The AvengersTransformers: Dark of the MoonStar Trek Into Darkness ni ninguna de las que culminan en otra extendida secuencia de destrucción metropolitana, no hace referencia alguna a las víctimas.
Lo primordial, en este caso, es que se vea espectacular, y así es. Durante gran parte del largometraje Snyder hace uso de la cámara a mano para acercarnos a su sólido elenco –entre los que despuntan Crowe y Shannon- y darnos una visión del Hombre de Acero más íntima y terrenal. Eso acaba tan pronto comienza la acción, que abarca cerca de los últimos 45 minutos del filme, en los que Kal-El y Zod batallan como dioses haciendo alarde de sus poderes. El combate inicia en Smallville y es aquí donde mejor se aprecia la fantástica acción por darse en un escenario más amplio. Una vez se traslada a Metrópolis se torna un tanto monótona y mucho más frenética, alcanzando una extensa meseta colmada de asombrosas imágenes pero sin un claro pico culminante que eleve contundentemente las emociones.   
Reservas aparte, Man of Steel es un estreno que requiere la amplitud de la pantalla grande para exponer dignamente su épica escala, una que es mucho más ambiciosa que la de cualquier cinta de superhéroes hasta ahora. Es sin duda el blockbuster del verano y perdérselo sería como no haber ido al cine en el 2013. En él no existirá esa versión del superhéroe con la que muchos crecimos, imitamos y que tenemos en un pedestal, pero sí se alcanza a ver rasgos de éste en estado embriónico, por lo que las futuras secuelas que ya se encuentran en desarrollo ciertamente lucen prometedoras. 
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LA CRÍTICA DE LA SEMANA: MAN OF STEEL de Zack Snyder ACTUAR COMO SUPERMAN ES FÁCIL. SER SUPERMAN: ¿ES IMPOSIBLE? Alfred Hitchcock dijo alguna vez que hacer una película de una historia demasiado conocida te obligaba a ser fiel a la historia original, y no podías cambiarla a tu antojo; de hacerlo, el público quedaría mortificado con tu película, porque ya tendrá expectativas construidas de antemano. A “Man Of Steel” le sucede exactamente lo que el viejo predijo hace más de 60 años. La historia de Superman es más conocida que David Beckham. Todo remake tiene que versionar a personajes que ya están en la retina de los ojos de todos nosotros; pues bien, se puede elegir el hacerlos como originalmente se crearon o bien cambiarlos y mejorarlos para bien, nunca para mal, porque eso sería desastroso. Inmediatamente el espectador elegiría subconscientemente al anterior como su favorito.  En esta película se cambia por completo las mentes de los personajes tan marcados en la también marcada historia; como que el General Zod ya no es un General clandestino, perverso y egoísta; sino que ahora es en General de verdad, es noble en sus intenciones y para nada es egoísta. Por el contrario, para un Kryptoniano, resultaría un héroe, ya que busca el bien para su planeta y su pueblo. Bien, podemos optar por tomarnos ese riesgo, perfecto, pero, la toma de riesgo en las demás cosas, como cambiar el color del planeta Kryton de blanco a negro (¿ciudad gótica?), o como matar a Jor El y no dejar que muriera por la destrucción de su planeta: ¡Demasiado riesgo! Aquí ya cambiamos todo y encima le quitamos la esencia al padre de nuestro héroe.  Jor El era un héroe aún superior al mismo Superman. Superman, salvando a un millón de personas en un día, nunca podría ser más héroe que un Jor El resignándose a morir como el capitán que nunca abandonó su barco. Cuando Michael Shannon apuñala a un descuidado Russell Crowe, mata tontamente al personaje, y con él mata a un ahora tonto Jor El, que muere por descuidado. ¡Qué mala decisión! Arruina el personaje. Ocurre al principio de la película, y con la cara de un Russell Crowe sorprendido por el apuñalamiento, doblaba los codos y se agarraba la cabeza el Cristo del Pacífico, yo chocaba, con los ojos cerrados, la palma de mi mano derecha en mi frente y la voz farfulladora de Marlon Brando enviando a su único hijo a la tierra se metía como humo cálido a la cabeza de los espectadores. Tratar de inventar la pólvora, cuando ya está inventada hace mucho tiempo, es ya una tarea super difícil; ahora, inventar la pólvora sobre el cadáver de Superman, resulta, a estas alturas de la historia del cine, ya imposible. ¿Se puede acaso hacer una película de Superman sin Clark Kent? ¿Ridículo? Pues, esta película lo hace, o al menos lo intenta hacer. Pero dirán, “Clark está en la película, es Superman”, pues, la verdad es que Clark (ese torpe periodista del Diary Planet) nunca apareció, y hasta el más atrevido diría que ni el mismo Superman apareció nunca. Todo el mundo espera, desde 1978, la re-aparición del mito que dejó Christopher Reeve en su paso por este planeta, y: ¿cómo lo tiene que hacer? Obviamente, con la aparición en la ciudad, ante la gente, mostrando lo que será el héroe, de ahí en adelante, desde esa mítica escena de la caída del helicóptero, en la que toda la audiencia no sabía, junto con Luisa Lane, qué iba a pasar con el helicóptero que caía directo hacia la cabeza del hombre de la capa y de la periodista. Nadie dice que remeden al mito, pero, crear una escena del nivel de esa hubiera sido la mejor escogencia para la película y así evitar decepciones. Pero, en esta ocasión, Superman nunca apareció. Nadie lo conocía. Es más, lo quisieron arrestar, con un personaje interpretado por Christopher Meloni que no significaba nada y que además, junto con un Lawrence Fishburne que salva heroicamente a una de sus empleadas, no sólo no aportan nada a la historia, sino que además, estos dos personajes que fungen de héroes en una historia en la que nadie los ha llamado, están de más, y distraen la vista del héroe principal. Acá la película se fue de mal a peor. Ni qué hablar de las naves espaciales que hacían parecer que se trataba de la tercera parte de la nueva saga de Star Trek. Antes habíamos escuchado a Zack Snider decir que no iba a contar con la música de John Williams, y que iba a mostrar el lado “humano” de Superman. Si mostrar a un extraterrestre como un humano es ya tarea difícil (tanto como decir que voy a mostrar a un león más humano), el hacer una película de Superman sin Clark, sin entrada heróica y, además, sin música, es ya casi como cometer un suicidio y estar preparado para enfrentarse a comentarios de burla. La película parece Transformes o la secuela de Avengers. Superman no es Avengers, no es Transformes, ni es un circo. Superman es una historia de sentimientos encontrados, es amor (Lois Lane), es odio (General Zod), es comedia (Perry White), es, por último, la mente criminal más privilegiada de la tierra (Lex Luthor). No hubo música, y si la había es una ofensa ya a la memoria del cinéfilo y un asesinato atroz al único superhéroe que se figuraba en tu mente con sólo escuchar su música (si es el único, ¡no lo mates, pues! ¡no le disparas al sui generis!). Y, moraleja, si se quiere mostrar el “lado humano” de Superman, no sirve ponerle pelos en el pecho (¿qué antiestético?), sino, obviamente, dejar de lado la computadora. ¿Cómo voy a mostrar un personaje humano dibujándolo en una computadora? ¡Qué mal plan! ¿Cómo voy a lograr una escena mítica como las que logró Richard Donner, con el guión de Mario Puzzo, en 1978, sin grabarlas? Una historia no se logra rompiendo 15 rascacielos en una computadora ni rompiendo los oídos del espectador, explosionando cosas a diestra y siniestra, durante 30 minutos seguidos. Para lograr una escena mítica, tienes que grabarla, no vale dibujar nada. El cable que enganchaba la correa de Christopher Reeve conmovía más que cualquier programa de computadora.  La historia de Superman es la que el público va a ver, es un intento fallido de exploración dramática el ponerle más historias a la historia, como la que cuenta que los habitantes de Krypton estaban diseñados de antemano para hacer lo que debían hacer, o que el planeta estaba en guerra, o que los ovnis sobrevuelan la tierra y la gente en la calle sigue haciendo sus cosas con normalidad y hasta invitan a salir a Lois Lane con entradas a un concierto, o que Kal El, además de ya ser Superman, tenía en su cuerpo la posibilidad de crear un nuevo Krypton, ¡qué disparate! El guión se carga de muchas cosas que explicar y la historia, maravillosa de por sí, de la leyenda de Kal El, se pierde en cosas que están de más. Y no faltan las ridiculeces, como la de mandar a Zod y sus hombres al espacio como prisioneros, y, al final, son los únicos que se salvan de la destrucción de Krypton, ¡qué estúpidos deben ser los kryptonianos para mandar a sus presos al único lugar en donde se salvarían! Pésimo.  Lo rescatable: La tremenda actuación de Michael Shannon en el papel de Zod que, separándolo del Zod del 78, pone un buen nuevo personaje en pantalla. Y, Russell Crowe, en el papel de Jor El, que fuera de lidiar con un guión que desperdició al personaje, trata con mucho oficio las situaciones a las que se enfrenta. Logró conmover con mucha astucia. Delirios

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