Los medios salen a decir que el Milan superó al Barza, y no es verdad, es una mentira, una falacia, el barza tuvo un control del balon bastante alto... el Milan se defendió sin verguenza, sin medir la estética, solo pensando en el resultado y ello es más que válido.
Lo que me llamó la antención, fue que el Barza no corrigió la poca fluidez de su medio campo, Ivlev Moscoso, el buen periodista y mejor analista, argumenta que fue por la desconexión que sufrió Iniesta, a mi particularmente, vi muy bajo a Messi, e Iniesta encerrado en o la banda izquierda, caian 3 o 4 milaneses luego de cada balón, lo que le faltó al Barza fue movilidad, pues ahí se generan los espacios, y por ende, tampoco es excusa que MEssi haya tenido un mal, dia. Jordi Roura no atinó con ningun cambio, y eso es increible., Barza fue a Milan en piloto automático.
No podemos hablar de gran planteamiento del Milan pues fue todo muy circunstancial, y dependió de un gol ayudado con la mano...
Messi fue más terrenal que nunca, pero es humano y puede tener partidos asi.
La vuelta será terrible para el Milan, ojala que Tito esté., pues sin cambios y planteamiento no se ganan estos partidos... Barza lo tiene cuesta arriba, sobre todo por el antecedente del Inter de Mou y porque en esta temporada no ha sido eficiente metiendo goles cuando tenia la obligacion de hacerlo...
Ciao
Ramon
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El Barça dio síntomas demasiado malos
Dos a cero perdió el Barça, lo que complica seriamente su pase a cuartos. Pero lo complica aún más la impresión de que aquello no era el Barça, o estaba dejando de serlo. Nunca hay que sacar conclusiones excesivas de un solo partido, pero se vio a un Barça demasiado pardillo, según la expresión que utiliza en la crónica Santi Giménez, demasiado incauto para caer en la trampa del oficio que le tendió el Milán. Una trampa vieja y conocida, que al Barça le han tendido innumerables veces y de la que ha salido indemne casi siempre. Eran los mismos de esas tantas otras veces, pero el equipo no era el mismo.
Porque no fue igual, por ejemplo, que lo del Chelsea del curso pasado. El Chelsea le eliminó en semifinales, pero se llevó cuatro tiros en los postes y pasó las de Caín. Anoche, el Barça no hizo una sola ocasión de gol, Abbiati no se lo podrá creer aún. Enfrentarse al Barça es salir con dos goles de Messi en la red y alguno más de algún otro, según cómo de inspirado estés. Pero Abbiati no vio nada de eso, sino dos goles cobrados por su equipo en la otra portería, y sin demasiado esfuerzo, todo hay que decirlo. Esa es otra: al Barça le están empezando a marcar goles con una frecuencia que antes no existía.
Son los mismos, no están mayores. Lo que faltó fue ese plus de ilusión, esa obsesión por la excelencia, ese mandato interior de ganar o, cuando menos, hacerlo todo siempre rematadamente bien. Guardiola era un obseso que mantuvo eso en todo lo alto hasta que se agotó a sí mismo. El mérito de Tito Vilanova fue conservar aquella inercia. El desafío de Roura, al que le ha caído esto en las manos de repente, es ese, recrear la obsesión por la excelencia. Es difícil, pero no es imposible. El Barça aún no ha perdido nada, el Madrid será un estímulo para la reacción, pero los síntomas fueron malos.
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LIGA DE CAMPEONES | LIGA DE CAMPEONES | MILÁN-BARCELONA
Pardillos culés en San Siro
Mucho más intenso, se impuso en la segunda mitad con los goles de Boateng, previa mano de Zapata, y Muntari. Los 'rossoneri' anularon a Messi y el Barça está en un lío.
Estaría muy bien que alguien se acercara al vestuario del Barcelona y le comunicara a sus jugadores que la Champions ha vuelto a empezar y que esta es una competición que no admite errores. Y que no se puede hacer el canelo en las eliminatorias. Y menos, ante equipos tan tristes como el Milán. Porque visto lo de ayer en San Siro, uno no entiende como el Barça se dejó timar por un Milán mediocre.
Los de Roura cayeron en una trampa perfecta de la que salieron escaldados. Al Barça le hicieron ayer el timo del tocomocho. Los italianos plantearon un encuentro a la defensiva. Dejaron claro de entrada que el 0-0 era bueno para ellos. El Barça, ensimismado en su belleza, se confió pero no se aplicó. Pecó de molicie y fue entonces cuando los italianos de la nada sacaron dos goles que dejan a los catalanes en situación crítica. A favor del Milán hay que decir que no necesitó jugar bien para ganar. A los de Allegri les bastó con forzar un escenario en el que el Barça jugara tan mal como ellos. Si el Barça juega mal, no es nada. Si el Milán juega mal, puede ganar. Los de Roura hicieron el pardillo y cayeron con todo el equipo.
El 2-0 encajado es remontable, pero lo que costará corregir es la imagen de equipo tontorrón que ofreció ayer el Barcelona donde nadie dio la sensación de estar enterándose de que se jugaba un partido fundamental. Ahora tocará evocar noches mágicas y gestas heróicas. Regresar a épocas de Recopa. Antes de apelar a cosas así, haría bien el Barça en preguntarse por qué teniendo la Liga ganada y con todos sus efectivos principales en estado de revista, llega al partido decisivo de la Champions y hace el ridículo. Ni una ocasión seria de peligro creó el Barça. Ni una. Más allá de la falta de acierto de cara a puerta, cosa que puede pasar, lo preocupante es que el Barça ofreció una imagen plana, más propia de un advenedizo en estas lides que la de un equipo que ha ganado cuatro Copas de Europa. El Milán les robó la cartera.
Estaba claro que el Milán iba a proponer un partido sin partido. Los italianos apostaron a que el Barça no jugara y los blaugrana, que salieron a jugar pensando más en el partido de vuelta que en el de ida, aceptaron el reto. Cayeron en la trampa. Relatar las ocasiones de la primera parte es como buscar flores en el desierto. No hubo ni una. En el caso del Milán es lógico. Bastante hacían con correr. En el caso del Barça, es caso de denuncia. El Milán no proponía nada porque no podía, el Barça, porque no se esmeraba. Molicies varias.
Y así, entre bostezo y bostezo, llegó la seguna parte, donde el Barça seguía dando la sensación de que sus jugadores estaban más atentos de la tarjeta de embarque para regresar a Barcelona que del balón. Los del Barça dieron por bueno el 0-0, pero los del Milán no. Y la suerte sonríe siempre a los audaces dando la espalda a los timoratos. El Milán se benefició de un error arbitral para marcar su primer gol, pero el Barça se mereció el castigo a pulso.
Con el 1-0, el Barça se desorientó y el Milán vio que allí había un filón. El 2-0 cayó por la inercia que lleva al timador a timar de nuevo al pardillo de turno.
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LIGA DE CAMPEONES | REVISTA DE PRENSA
La prensa italiana, crítica: 'Barça, tanta posesión para nada'
"Milan de ensueño", "Lección, devolviendo a los marcianos a la tierra" o "Barça, tanta posesión para nada" son algunos de los titulares que se pueden leer hoy en la prensa italiana tras el choque de anoche.
EFE
La prensa italiana elogió hoy la actuación del AC Milany sobre todo de su entrenador, Massimiliano Allegri, tras conseguir "aniquilar" ayer al Barcelona por 2-0 enSan Siro con los goles de Kevin Prince Boateng y Sulley Muntari.
El principal diario deportivo de Italia, el milanés "La Gazzetta dello Sport", titula con "Milan de ensueño"y elogia la "obra maestra táctica" de Allegri en el partido de ida de octavos de final de la Liga de Campeones.
Un Allegri quien, según el diario, fue "capaz de adivinarlo todo, a quién cubrir y a quién hacer daño" y que dio una "lección, devolviendo a los marcianos a la tierra", en referencia a los azulgranas.
"La Gazzeta dello Sport" también se muestra crítica con la actuación del Barcelona y cuestiona el juego "lento y previsible del equipo". "Barça, tanta posesión para nada".
"Este 2-0 del Barcelona más estéril y gris de la era moderna -que quede claro que ha sido un mérito del Milan hacerlo así- es un resultado que hará mucho ruido en Europa: el equipo más fuerte no es ya tan fuerte", afirma el periódico, quien añade que "el Barcelona está aniquilado".
El diario milanés dedica su portada a una fotografía de Boateng y Muntari, los dos protagonistas de la noche encargados de endosar el 2-0 al equipo de Tito Vilanova.
El también deportivo "Corriere dello Sport", en su versión digital, destaca "Milan, lección al Barça ¡Qué show en San Siro!"
"Corriere dello Sport" coincide con la "La Gazzeta dello Sport" en el que Leo Messi fue anulado gracias a la actuación de los jugadores del Milan, que estuvieron en todo momento encima de él.
"Messi no ha sido marcado al hombre, como habría querido su presidente - Silvio Berlusconi-, pero ha sido vigilado de una manera especial: siempre redoblado, acorralado por tres o cuatro hombres cuando tomaba la posesión del balón, dándole poco margen de juego".
El diario generalista "Repubblica" coincide con la línea de los principales diarios deportivos al afirmar que el de ayer "fue el partido perfecto del Milan", mientras que el "Barça y Leo Messi estuvieron anulados".
También el "La Stampa" destaca el "extraordinario" encuentro del Milan, así como el escaso riesgo que Messi supuso para los hombres de Massimilliano Allegri durante los 90 minutos de juego.
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Ambrosini, capitán de la humildad
Se produjo el milagro. Lo que buscaba el Milán se ha logrado de la manera más increíble que todos los aficionados rossoneri podían imaginar. No solamente el Milán ha ganado, sino que le ha metido dos goles al Barça sin encajar ninguno y, además, con el portero Abbiati sin apenas una intervención. El fútbol es así, un engaño que divierte por desmentir todos los pronósticos, aunque siempre al fondo tenga una explicación. El Milán ha ganado por méritos, porque sabiendo que no entraba en el campo como favorito ha disputado un partido de máxima concentración con un espíritu de equipo y una humildad que ha sido la clave ganadora. Messi pareció un fantasma, pero no solo él ha decepcionado, sino la presunción de un equipo que ha esperado demasiado para marcar su teórica superioridad. Los goles de la victoria llevan el nombre de Boateng y Muntari, pero el símbolo de este triunfo es el capitán Ambrosini, veterano de 35 años, el último, junto al portero Abbiati, que se mantienen del equipo que ganó su última Champions en 2007. Ahora falta el segundo tiempo de este partido de 180 minutos, pero el milagro ya parece muy cercano. El Camp Nou será un infierno, pero el diablo rossonero sabe vivir bien en el infierno.
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Declaración de inoperancia
El Barça puede remontar, pero ayer luchaba para perder por la mínima. Esa es una declaración de inoperancia. Hubo una posibilidad, el gol que pudo marcar Puyol.
JUAN CRUZ
Puyol. Es un héroe, pero ayer lo tuvieron que condecorar con un vendaje imposible para que pareciera que sobre el campo de San Siro había un resto del Barça que conocemos: el capitán tratando de evitar la fuga de agua por la que se desangró un equipo que tuvo capitán pero no tuvo ángel. Defendió como un jabato cuando le tocó, estuvo a punto de ver cómo el marcador se desquilibraba antes, pero cuando el Milán marcó el primer gol él estaba ahí, también, tratando de evitar que las rendijas se abrieran demasiado. Y se abrieron demasiado.
El fracaso. El fracaso fue una intuición temprana. El Barça jugó, al principio, como si ya llevara ventaja. Que en un partido como el de anoche el único ay del encuentro se haya pronunciado cuando ya habían acabado los noventa minutos significa una declaración jurada de inoperancia extrema. Esto es muy raro, porque implica a todo el equipo. A un Xavi que parecía entorpecido por sí mismo; a un Pedro que se despertaba a duras penas de una modorra que venía desde la media. A un Messi, que era el dios desconocido. En medio de ese desastre que conducía a la melancolía, Iniesta respondió con algunas intuiciones clásicas, pero era un partido para arriesgar. Y el Barça se conformó con lo peor de su sombra.
Arriesgar. El Milán, sin embargo, fue adquiriendo la costumbre de ganarle al Barça incluso antes de que empezara a marcarle. Con un atrevimiento estético que desarmó a los azulgrana, el equipo de Allegri consiguió poner contra las cuerdas a una defensa que parecía el espejo oscuro de lo que el Barça suele ser. Los contraataques milaneses fueron espectacularmente rápidos, o eso pareció. Porque en realidad lo que sucedió es que el equipo de Tito y de Roura marcó un ritmo lento que parecía nacido de su miedo a salir de sí mismo. No arriesgo, no hizo ningún daño, y se expuso a la frescura de una escuadra que parecía destinada a la derrota y terminó dando una lección de paciencia y de velocidad.
El resto. El Barcelona no jugó al fútbol; al principio jugó a su fútbol, hizo un rondo que debió avergonzar a los milaneses, y a partir de esa jugada, que parecía una bofetada en el rostro rossonero, los jugadores del Milán se sintieron poseídos por una ira diabólica que fue la que en un momento determinado alentó la velocidad de su juego. Frente al rondo, parecieron decir, la agilidad, el carácter felino de un juego que desconcertó a un Barça de mantequilla. El resto del partido, tras aquel rondo, fue del Milán. Messi no disparó a gol nunca, Xavi no supo abrir los elementos que propuso el Milán como cerrojo. Dio la sensación de que el equipo jugó muy lento. Ahora le toca jugar al fútbol ya que anoche jugó a perder.
¿Y ahora? Piqué tuvo razón anoche: perdieron, y sin paliativos. Pudo haber sido otra cosa si el Milán no marca el gol que uno de sus futbolistas arrancó con la mano. Pero no valen estas consideraciones: para esta rendición absoluta no caben paliativos ni lágrimas sobre la leche derramada. Ahora lo que tiene que hacer Roura es trasladar a sus futbolistas la verdad de la vida. Si no juegan a ganar pierden, y si pierden también es inútil que jueguen a perder por la mínima. Tienen que levantarse de esta vergüenza haciendo lo que sabían hacer. Y si no, que hagan memoria. Saben hacerlo; la amnesia de anoche parecía una locura transitoria.
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DICE QUE ESPERAN CONSEGUIR UNA REMONTADA HISTÓRICA ESTA VEZ
Xavi: "No estuvimos finos, los errores se pagan en Europa"
Xavi Hernández habló del mal partido del Barça en San Siro y de las opciones de remontada en el partido de vuelta. "Hemos estado dando vueltas e imagino que el staff también, el viaje de vuelta se hizo largo. El primer gol es una desgracia, toca las manos y el rebote... En fin, no estuvimos finos en ataque", dijo.
"El resultado es muy desfavorable, quedan 90 minutos en el Camp Nou y el Milan se cerrará aún más. Ellos defensivamente estuvieron espectaculares, no creamos sensación de peligro que normalmente creamos. No fue buen partido. Esta generación todavía no ha hecho una remontada histórica y nos gustaría hacerla. Estamos en deuda con la afición, saldremos en tromba para remontar la eliminatoria. Nos faltó, en resumen, competir mejor en la segunda parte", dijo.
"Sabemos la dificultad, un 2-0 es de lo peorcito, pero el campo estará bien, la afición con nosotros. Ayer nos costó la circulación del balón, el campo tampoco ayudaba. Si eres bueno o malo hay que demostrarlo cada día y ayer no lo demostramos. Se nos complicó mucho, se debe demostrar a diario. Intentar competir mejor. El juego ayer no fue el esperado por todos", reconoció.
"Soy optimista, la posesión será nuestra, el campo estará bien, no harán falta dos o tres controles, abrir el campo, circular la pelota, chutar desde fuera del área. Ocasiones tendremos y debemos estar atentos a los contragolpes, ellos salen como balas, dijo.
"En los últimos años cuesta, jugar fuera de casa siempre es complicado. Dos goles a contragolpe. Fue el partido soñado para ellos. No supimos como afrontar la línea defensiva del Milan. Es Europa, es así. No creo que haya sido nuestro peor partido, no estuvimos bien, no finos, pero tuvimos el control y no aprovechamos espacios en la banda, igual debimos tirar más desde fuera del área. Pero no fue de los peores", dijo.
"Hay que corregir y saber que es lo que hicimos mal, saber por dónde fallamos y por dónde podemos hacer daño al Milan. Ponerse en dudas sería peor. Ahora más unidos que nunca para poder remontar. Somos más de hacer jugada, de entrar por banda, pero hay que probar también desde fuera, crear espacios y sobre todo abrir espacios", comentó.
"Debemos crear espacios, ayer no estuvimos tan rápidos ni tan finos. Aquí intentaremos ser más directos pero sobre todo abrir más el campo. Quedan días todavía, depende del míster hacer cambios, pero debemos salir en tromba. Podemos hacerlo. Soy optimista y el equipo también", dijo.
"Fracaso es una palabra que no me gusta nada. No, no. En el deporte fracaso... El que lo intenta no es un fracaso. Desilusión sí, pero fracaso no es una buena palabra", explicó.
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La caída del Barza
Pese a tener el 66 por ciento del balón,Barcelona no pudo ganarle a Milán. Desechando la idea que teniendo la pelota en su poder, los catalanes son invencibles. El equipo italiano preparó una estrategia para neutralizar a los españoles y a partir de allí buscar el arco rival y hacer daño.
Milán tuvo en LA PRIMERA parte más sensación de peligro que su rival. Pero tampoco hizo gran daño. Y es que los dos extremos, Boateng y El Sharawy debían recostarse y formar una línea de cinco con Ambrosini, Montolivo y Muntari. Es decir cuando no tenían la pelota defendía con 9 elementos.
Incluso Pazzini que era el delantero centro, también apoyaba. Mostrando una gran idea de sacrificio y juego colectivo.
Xavi se juntó con Messi y ambos tocaron, pero cuando Iniesta juega de extremo (como lo ubicaron en este partido) y Fábregas de volante, el primero ya no puede juntarse con Messi o Xavi como regularmente lo hace si es que arranca como mediocampista.
Es decir, deja a Barza sin su principal arma que es la triangulación entre Messi, Iniesta y Xavi.
La fuerza del Milán fue que mandó a Montolivo, Muntari y El Sharawy a marcar, siendo jugadores con poca vocación defensiva. Pero cuando los italianos tenían la pelota, sabían que hacer con ella. Así fue el segundo gol. Si hubiese ubicado jugadores de vocación defensiva para tareas ofensivas, probablemente fracasaba.
La táctica dio resultado, pero gracias a un gol polémico. No siempre salen los partidos de esa manera.
Incluso Pazzini que era el delantero centro, también apoyaba. Mostrando una gran idea de sacrificio y juego colectivo.
Xavi se juntó con Messi y ambos tocaron, pero cuando Iniesta juega de extremo (como lo ubicaron en este partido) y Fábregas de volante, el primero ya no puede juntarse con Messi o Xavi como regularmente lo hace si es que arranca como mediocampista.
Es decir, deja a Barza sin su principal arma que es la triangulación entre Messi, Iniesta y Xavi.
La fuerza del Milán fue que mandó a Montolivo, Muntari y El Sharawy a marcar, siendo jugadores con poca vocación defensiva. Pero cuando los italianos tenían la pelota, sabían que hacer con ella. Así fue el segundo gol. Si hubiese ubicado jugadores de vocación defensiva para tareas ofensivas, probablemente fracasaba.
La táctica dio resultado, pero gracias a un gol polémico. No siempre salen los partidos de esa manera.